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Los poríferos (ver grupo) conforman el grupo de animales más sencillo del reino animal y su origen aún sigue siendo incierto, a pesar de la existencia de varias hipótesis. Estos animales de hábitos acuáticos se encuentran prácticamente en todo el mundo, siendo muy diversos en aguas poco profundas y cristalinas. La alimentación de los poríferos es muy dependiente de las corrientes de agua, ya que el alimento que las esponjas consumen se encuentra en ella.
Una esponja bombea cantidades considerables de agua diariamente, con el fin de obtener la cantidad necesaria de alimento para sobrevivir. Por ejemplo, Leuconia, una pequeña esponja de unos 10 cm de altura y 1 cm de diámetro, tiene más de 81.000 poros incurrentes, a través de los cuales ingresa el agua a una velocidad de 0,1 cm/s, por lo que puede procesar un volumen de agua grande. Otras esponjas de gran tamaño pueden procesar hasta 1.500 litros de agua en un solo día. Varias observaciones indican que 1 kg de esponja puede procesar hasta 24.000 litros de agua por hora.
Las esponjas son de gran importancia en los ecosistemas marinos, pues suelen representar una especie de refugio para una gran variedad de invertebrados, peces y otros comensales. Además, algunas especies pueden desarrollarse sobre otros seres vivos, ofreciéndoles camuflaje y protección. Las actividades de alimentación de los poríferos contribuyen en gran medida en la captación de carbono orgánico disuelto en el agua y la eliminación de bacterias de la columna de agua.
Captura de los alimentos
Las esponjas son organismos muy extraños, ya que están cubiertos por miles de poros llamados ostiolos, que son de pequeño tamaño. El cuerpo está conformado por una agregación laxa de células que cumplen diversas funciones. No existen tejidos verdaderos ni órganos sensoriales y, además, son animales sésiles. A través de los ostiolos, existe un flujo continuo de agua que transporta el alimento que procesan la gran mayoría de las esponjas, siendo su cuerpo un sistema de filtración por excelencia y la forma principal de alimentación de los poríferos.
Las esponjas dependen del agua que fluye a través de su sistema de canales internos para obtener oxígeno y alimento. También presenta uno o varios agujeros de mayor tamaño u ósculos, a través de los cuales sale el agua que ingresa por los ostiolos.
El flujo de agua y absorción de alimentos depende del grupo de esponjas. Al ingresar a través de los ostiolos, el agua fluye por un sistema de canales tapizados por células flagelas llamadas coanaocitos. Estas células son las principales responsables de mantener el flujo de agua desde el exterior al interior. Además de esto, los coanocitos son los responsables de capturar las partículas alimenticias que consumen las esponjas.
En las esponjas del grupo de las asconoides, los ostiolos fluyen directamente hasta una cavidad central llamada espongocele, la cual está recubierta por coanocitos. Las esponjas siconoides poseen una pared del cuerpo más compleja, en la que existen una serie de canales radiales más eficientes, que se encuentran también tapizados con coanocitos. Estos canales desembocan en el espongocele, el cual está recubierto por células epiteliales.
Por otro lado, en la alimentación de los poríferos leuconoides, el sistema de células de absorción de alimentos es más especializado. En este grupo de esponjas, los coanocitos están organizados en cámaras de células flageladas que reciben el agua de los canales incurrentes y la expulsan hasta el ostiolo, a partir de canales excurrentes.
Procesamiento del alimento
La digestión de las partículas alimenticias es intracelular. Después de que los coanocitos capturan las partículas de alimento, las fagocitan y posteriormente entregan las partículas a los arqueocitos, los cuales se encargan de la digestión intracelular. La alimentación de los poríferos consiste principalmente en partículas de detritos suspendidas en el agua, organismos planctónicos y bacterias.
La dimensión de las partículas capturadas varía entre 50 mm y 0,1 milímetros, siendo el tamaño de las partículas menor al diámetro de los ostiolos. Los pinacocitos, células que conforman el pinacodermo o superficie externa de las esponjas, también pueden fagocitar partículas que transfieren a los arqueocitos. Los arqueocitos son células ameboides móviles del mesohilo de las esponjas, estos pueden colectar partículas directamente del pinacodermo de manera independiente.
Muchas partículas de gran tamaño que ingresan por los ostiolos, son consumidas directamente por los arqueocitos en los canales de flujo del agua, siendo las más pequeñas fagocitadas por los coanocitos (principalmente detritos y bacterias).
Una particularidad de la alimentación de los poríferos, es que también pueden absorber nutrientes que están disueltos en el agua a través de los coanocitos, mediante el proceso de pinocitosis. Todos los productos de desecho son expulsados por difusión celular, debido a que no existen órganos excretores en las esponjas. Estos desechos salen a través de los ósculos de estos organismos.
Esponjas carnívoras
En la alimentación de los poríferos, algunas esponjas son la excepción a la norma y se han convertido en organismos exclusivamente carnívoros, dejando sus hábitos filtradores. Un ejemplo es la demosponja Asbestopluma hipogea, la cual cuenta con modificaciones morfológicas importantes para la captura de macroinvertebrados. Estas esponjas capturan de manera pasiva una gran variedad de presas mediante el uso de filamentos que contienen espículas en forma de gancho. Generalmente, captura crustáceos que presentan apéndices largos y delgados, siendo las presas ideales los organismos menores a los 8 mm.
En la alimentación de los poríferos carnívoros, cada presa es procesada en cuestión de unas horas, si es de pequeño tamaño, o varios días si se trata de una presa más grande. Las células de la esponja migran desde todo el cuerpo para concentrarse alrededor de la presa. En estas esponjas ocurre un proceso de predigestión extracelular, mediado por las células esponjosas, que posiblemente liberan enzimas sobre la presa, además de mediar la acción bacteriana y la autolisis de la presa.
Todo el proceso de digestión final ocurre en los arqueocitos y bacteriocitos. Este hábito alimenticio es único entre las esponjas marinas e implica la captura y digestión de una presa viva sin una cavidad digestiva especializada. Esta adaptación inusual surgió como una forma de obtener alimentos en ambientes de aguas profundas, donde la disponibilidad de plancton y detritos es baja.
La importancia evolutiva de estas esponjas carnívoras, y la forma de alimentación de los poríferos carnívoros, reside en que es una prueba de la posible transición desde un modo de vida filtrador a un plan de organización distinto. Esta adaptación produjo la pérdida del sistema acuífero común y células diagnósticas como los coanocitos. A partir de este plan corporal, poco frecuente en las esponjas, pudieron aparecer animales más complejos como los metazoos.
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Cuadro resumen sobre la alimentación de los poríferos
Referencias
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