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La mariposa de la seda o gusanos de la seda, cuyo nombre científico es Bombyx mori, es un lepidóptero de la familia Bombycidae. Históricamente, este insecto ha sido aprovechado por el hombre y surgió a partir de la domesticación y selección a partir individuos silvestres de la especie Bombyx madarina. En este artículo te explicamos la alimentación de los gusanos de seda y algunos datos más sobre su biología.
La seda producida por estos insectos ha sido ampliamente utilizada en la industria de la textilería, para producir una gran cantidad de productos a partir de la seda, en una actividad conocida como sericultura. El origen de esta especie, hoy ampliamente distribuida en el mundo debido a su uso artesanal e industrial, se encuentra en el continente asiático, particularmente desde la región norte de la india hasta el norte de china, en países como Corea y Japón y al oriente de Rusia.
La alimentación de los gusanos de la seda es netamente herbívora, sin embargo, el alimento que se les ofrece y la calidad nutricional del mismo tienen una gran influencia en el desarrollo y productividad de los gusanos de seda, tanto en la fase larvaria como en la fase de formación del capullo. A pesar de ser herbívoros, son insectos monófagos al igual que una gran cantidad de mariposas cuyas larvas se alimentan de una sola especie de planta.
Algunas consideraciones de los gusanos de seda
La seda producida por estos gusanos protege a la crisálida durante el proceso de metamorfosis. Esta estructura de seda conocida como capullo puede tener distintas tonalidades de acuerdo a la variedad de larva que se esté criando para su aprovechamiento. El color de la seda puede variar entre la tonalidad blanca y amarilla. La alimentación de los gusanos de la seda puede influir ampliamente en la calidad de la seda producida.
Además de ser insectos empleados para la producción de seda, resultan ser un importante organismo para la realización de investigaciones en el campo de la genética y como organismo modelo en el estudio del desarrollo de los insectos. Adicionalmente, esta especie ha sido utilizada como un biorreactor para la producción de proteínas recombinantes.
Ciclo de vida de los gusanos de seda
El ciclo de vida de los gusanos de la seda normalmente depende de la disponibilidad de hojas de morera. La disponibilidad de alimento es mayor entre los meses de septiembre y abril, época en que las mariposas adultas, las cuales no tienen la capacidad de volar ni de alimentarse debido a la selección humana, se reproducen. Cada hembra puede colocar entre 200 y 300 huevos, los cuales son fertilizados de manera interna. Los huevos nacerán al principio de la primera tras pasar un largo periodo de hibernación durante el invierno.
Los huevos fertilizados tardan alrededor de 15 días en eclosionar a una temperatura de entre 20 y 25 °C. Una vez salen del huevo, las larvas solo miden entre 1 y 3 milímetros de largo. Cuando comienzan a alimentarse, crecen rápidamente, ya que asimilan una gran proporción del alimento que consumen.
Las larvas pasan por cinco fases larvales que se distinguen entre sí solo por diferencias de tamaño y cambios en la fortaleza del aparato mandibular. El paso a través de las fases larvales se extiende alrededor de un mes, hasta que la larva alcanza una longitud aproximada de 8 centímetros. A partir de este momento, la alimentación de los gusanos de seda se detiene y comienza la fabricación del valioso capullo, quedando la crisálida protegida de agentes externos. Dentro del mismo, la larva atraviesa por cambios considerables y por una reestructuración corporal compleja para finalmente emerger como una mariposa adulta al cabo de dos semanas, posterior a la formación del capullo.
Qué comen los gusanos de seda
La alimentación de los gusanos de seda es muy sencilla y prácticamente consta de un solo tipo alimento. Estos lepidópteros consumen las hojas de unas plantas conocidas como moreras, las cuales se agrupan dentro del género Morus. En general, las larvas de los gusanos de la seda típicamente son alimentadas con hojas frescas de morena, sin embargo, la alimentación de dichas larvas suele cambiar en la medida que van creciendo y pasando por los diferentes estadios larvales.
Inicialmente, las larvas recién nacidas son alimentadas con brotes tiernos de morena y hojas pequeñas que son más palatables y suaves para ser procesadas por las pequeñas mandíbulas que poseen. Además, debido a su necesidad de desarrollarse, cuando las pequeñas larvas mudan en las sucesivas fases larvales, adquieren una mayor capacidad para consumir hojas más duras y viejas, lo cual resulta bastante interesantes en estos insectos.
La frecuencia de alimentación de las larvas suele ser variable entre los distintos sitios de cría, sin embargo, lo común es proporcionar hojas recién cosechadas cada 24 horas. Si las hojas se dejan por un período de tiempo mayor, tienden a perder humedad y las larvas pierden interés por las mismas. En algunos centros de cría, el alimento se cambia durante el día y la noche para sacar el mayor provecho de producción.
Las larvas de los gusanos de la seda suelen alimentarse por un periodo de entre cuatro a seis semanas con hojas de morera, por lo cual es necesario contar con un suministro adecuado de estas plantas para lograr mantener un gran cantidad de larvas. Durante este periodo de tiempo las larvas incrementarán su tamaño hasta alcanzar 8 cm de largo, momento en el cual dejan de alimentarse para iniciar el proceso de metamorfosis.
Tipo de alimento
Las variedades de morera que son utilizadas para la alimentación de los gusanos de seda suelen ser bastante diversas. Su utilización depende en gran medida de su capacidad de crecimiento en los distintos suelos y la calidad foliar que presenten.
En Asia, donde la producción de seda es mayoritaria, la principal especie de morera que se utiliza en la alimentación de los gusanos de seda es la morera blanca Morus alba. No obstante, la gran facilidad para hibridar plantas de morera ha producido una gran variedad de híbridos con las características necesarias para criar gusanos de seda bajo diferentes condiciones ambientales. Las especies de morera que se utilizan para generar híbridos con la morera blanca son Morus nigra, Morus indica, Morus laevigata, entre otras.
A pesar de la variedad de especies de moreras que pueden consumir los gusanos de seda, la producción de seda de más alta calidad se produce en aquellas larvas que son alimentadas con morera blanca.
El contenido nutricional de las hojas de la morera tiende a variar significativamente entre variedades, siendo en promedio de 180 gramos por kilogramo de hoja cosechada. Adicionalmente, las hojas de morera tienen altas tasas de digestibilidad por parte de las larvas, siendo procesada en hasta un 70%, mientras que el porcentaje restante es excretado a través de las heces.
Alimentación artificial
Aunque la alimentación de los gusanos de seda suele realizar con alimentos naturales, es posible alimentar a las orugas con dietas artificiales elaboradas a partir de las hojas de morera. Generalmente, estos alimentos consisten en macerados de las hojas de morera junto con otros componentes nutricionales como el calcio y algunos minerales de importancia en el desarrollo de las larvas.
Debido a las preferencias alimentarias de las distintas fases larvarias de los gusanos de seda, es necesario diseñar dietas artificiales para cada estadio. De esta manera, se evitan problemas del desarrollo, retrasos del mismo y aumento en la aparición de mutaciones.
La dieta artificial posee ciertas ventajas sobre la dieta natural en la alimentación de los gusanos de seda, debido a que se evitan una gran cantidad de problemas como la limitación estacional en la disponibilidad de hojas, la posible incidencia de parásitos o la intoxicación con productos químicos y pesticidas, con los cuales se protege a los cultivos de morera. Por otro lado, en contraste con la dieta natural, la calidad de los capullos de las orugas criadas con dieta artificial suele ser inferior y, además, existen mayores tasas de mortalidad de larvas jóvenes y mayor incidencia de enfermedades bacterianas y virales.
En cualquier caso, una larva de gusano, casi al final de su desarrollo, puede llegar a ingerir poco más de 20 gr de hojas diariamente, o alrededor de 5 gr de morera procesada en alimentos artificiales. Del alimento consumido y asimilado por larva solo el 25 % será convertido en la seda que conforma el capullo.
Referencias
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