El gato se ha representado en numerosas facetas relacionadas con el arte, desde el punto de vista de la fotografía también han sido muchos los autores que han elegido a los gatos para recrear alguna temática en la que este minino es considerado como personaje principal.
La temática elegida por el artista para fotografiar al felino doméstico es muy variada, por esa razón exponemos aquellas que consideramos más relevantes en el mundo de la fotografía felina:
– Fotografía de retrato: en estos casos el autor busca plasmar en su obra la ternura, belleza incluso la magia felina que pueden transmitir estos fantásticos animales, como es el caso de Elliott Erwitt y su foto “New York 1953”, en la obra se aprecia la mirada de una madre a su hijo recién nacido y un gato también recostado sobre la cama.
– Fotos ilustrativas o documentales: el fotógrafo escenifica un acontecimiento real captado en un determinado lugar; el gato, por supuesto, juega un papel relevante en toda la escena final representada en la fotografía, como es el caso de Harry Warnecke, que en el año 1925 logró captar una imagen en el que un policía decide parar el tráfico para que pudiese transitar por el lugar una gata y su gatito, que curiosamente transportaba entre sus dientes (es la imagen que hemos elegido para este post).
– Fotografías de fantasía, humor, fantásticas: fotos muy peculiares en donde el autor trasmite una temática fantástica, de humor e incluso subrealista y, por supuesto, como era de esperar, el felino doméstico goza de especial dedicación para trasmitir información a la escena que representa el fotógrafo en su correspondiente obra. Algunas obras a título de ejemplo:
– Dalí atomicus, obra de Felipe Halsman, de 1948, aparece en la fotografía numerosos gatos suspendidos en el propio espacio.
– Gatos radiactivos de Sandy Skoglund, 1980, en la obra se observa numerosos gatos verdes conviviendo con una pareja de ancianos.
¿Realmente es difícil fotografiar a un gato?
Es obvio que se trata de una actividad que requiere paciencia, dedicación y ciertos conocimientos de fotografía, si lo que se pretende es plasmar una obra profesional; aunque el aficionado puede conseguir fotos espectaculares llenas de dulzura, encanto, y por qué no, llenas de gracia y salero, sobre todo por las posiciones y gestos que muchos mininos pueden transmitir en su vida cotidiana, lo más importante es encontrar la escena en el entorno en que se desenvuelva el animal, estará más comunicativo y relejado colaborando mejor en la toma de una buena fotografía.
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