Índice de este artículo
Los diversos sistemas y aparatos que constituyen al cuerpo humano proporcionan un alto nivel de organización que permite el correcto funcionamiento, y le otorga la homeostasis necesaria para el desarrollo y mantenimiento de la vida. Entre los sistemas que componen el cuerpo humano se encuentra el sistema integumentario, el cual posee diversas funciones y está integrado por un gran órgano y otros anexos de importancia, a través de este artículo aprenderemos que es el sistema integumentario, además, abordaremos con detalles cómo está formado y las diversas funciones que cumplen.
¿Qué es el sistema integumentario?
El sistema integumentario o también conocido como sistema tegumentario, se define como la cubierta protectora del cuerpo, ya que recubre por completo toda la figura del organismo. Este sistema al ser la cubierta del cuerpo humano, es la parte más externa y la que mantiene contacto directo con el medio, separando al resto de los sistemas y órganos del mundo exterior.
El sistema tegumentario mantiene contacto directo con otros sistemas del cuerpo, entre los que destacan el sistema óseo y el sistema muscular humano, ya que se sitúa por encima de estos recubriendo por completo la silueta que estos forman. Otros sistemas que se involucran son el sistema nervioso y circulatorio y el sistema linfoide.
Etimológicamente el sistema integumentario y también palabras sinónimas como tegumento o tegumentario tiene su origen en el latín, siendo la palabra original “tegumentum”, la cual se compone en primera instancia por el verbo “tegere” quien hacer referencia a la función protectora o cubierta y la palabra “mentum” que se refiere al cuerpo o medio que realiza esta acción.
Estructura del sistema tegumentario
El sistema tegumentario se constituye de varias estructuras y un órgano principal, de manera general, la constitución del tegumento se clasifica en dos partes que son la piel y los anexos o también denominados faneras.
La piel
Es el órgano principal que constituye al sistema integumentario, es considerada el órgano más grande del cuerpo humano, por lo que lo recorre en toda su extensión y también se considera uno de los más importantes, ya que protege a todos los demás órganos de los peligros externos, razón por la cual se ha ganado el sobrenombre de cubierta protectora.
El grosor y textura de la misma no es uniforme, sino que depende de la zona que se examine y también por factores variables derivados de factores ambientales, el origen étnico y el tipo de alimentación. Ejemplo de ello se denota en las palmas de las manos y los pies, donde las capas que conforman la piel son más gruesas.
A su vez la piel está conformada por varias capas y tipos de células, específicamente se considera que la piel tiene dos capas llamadas epidermis y la dermis, hay autores que proponen una tercera capa llamada hipodermis, mientras que otros sostienen que esta no forma parte del sistema tegumentario.
Epidermis
la epidermis es la capa que se encuentra en el borde del órgano, es decir, es la capa más externa o superficial que mantiene contacto directo con el medio exterior y su origen deriva del ectodermo. La constitución de la epidermis también presenta varias capas y tipos de células, entre ellas tenemos las siguientes:
Estrato córneo: comenzando desde afuera hacia el interior del organismo, encontramos que la capa más externa o primera capa recibe el nombre de estrato córneo, este estrato se caracteriza por estar formado por varias hileras de células sin núcleo y que han pasado por el proceso de apoptosis, es decir, están muertas. En el interior poseen queratina por lo que también son llamadas células queratinizadas, dichas células se desprenden continuamente de la piel y son reemplazadas por células de otros estratos que se van sufriendo el mismo cambio hasta llegar a la superficie, al poseer queratina las hace impermeables y le proporciona otras cualidades como protección ante agentes químico, agentes biológicos y rayos ultravioletas.
Estrato lúcido: al igual que el estrato córneo, está compuesto por células muertas, pueden poseer en su interior la queratina o su precursor. Se sitúa exactamente por debajo del estrato córneo y solamente es encontrada en la zona de mayor desgaste como las palmas de manos y pies.
Estrato granuloso: esta capa presenta de forma general un grosor de entre 3 a 5 células, está formada por células planas romboidales, en su interior se observan gránulos de queratohialina y es en esta capa donde las células comienzan a morir por degeneración de su núcleo.
Estrato espinoso: el estrato espinoso también lleva el nombre de estrato escamoso o malpighiano, está conformado por varias hileras de células con forma poliédricas y se caracterizan por la presencia de desmosomas, lo que le permite permanecer unidas entre ellas y entre otras capas.
Estrato basal: también conocido como capa germinal o germinativa, se constituye de células cuboidales y llevan este nombre porque es allí donde se sitúan las células madres, estas se encuentran en división celular constante, de manera que aportan las diferentes células a las capas superiores. En este estrato también se encuentra el pigmento que le proporciona el color a la piel llamado melanina.
Dermis
La dermis se encuentra ubicada justo por debajo de la epidermis, en su constitución se observan gran porcentaje de tejido conjuntivo, así como fibras de colágeno y fibras elásticas. Debido a su constitución, la dermis que forma parte del sistema integumentario se caracteriza por ser bastante flexible o elástica, dándole alta resistencia a la piel.
En esta capa del tegumento se encuentran diferentes células entre las cuales podemos mencionar macrófagos, mastocitos, fibroblastos y adipositos, cada una con funciones particulares. También en esta capa hacen contacto las terminaciones nerviosas, glándulas subcutáneas y vasos sanguíneos, en la dermis se pueden diferenciar dos capas que son la capa papilar y la capa reticular.
Capa papilar: es la parte externa de la dermis y por lo tanto está en contacto con la epidermis, recibe este nombre por unas proyecciones a modo de dedos que se incrustan en la epidermis. Además de las papilas, esta capa se constituye de tejido conjuntivo laxo y fibras elásticas, en el también hay terminaciones nerviosas que detectan dolor y cambios de temperatura.
Capa reticular: es más ancha y profunda que la capa anterior, el tejido que la constituye es tipo conjuntivo denso e irregular, contiene colágeno y fibras elásticas. También en esta capa son visibles las glándulas sebáceas, sudoríparas, adipocitos, nervios y folículos pilosos.
Hipodermis
Como ya se ha mencionado la hipodermis es la capa más profunda que conforma el sistema tegumentario, la constitución que presenta es de tejido adiposo y se caracteriza por poseer grandes depósitos de grasa, la cantidad de grasa almacenada dependerá de la zona del cuerpo y también de los hábitos alimenticios.
Sobre la hipodermis descansa la dermis y la epidermis, y cumple funciones de aislantes térmicos y reservas energéticas, además es la capa que mantiene contacto con el sistema óseo y el sistema muscular.
Anexos del sistema tegumentario (faneras)
Entre los anexos o faneras que conforman el sistema integumentario encontramos varios tipos de estructuras y glándulas que describiremos a continuación.
El pelo: es uno de los anexos visibles a simple vista, la raíz de estos se encuentra situada en la capa dérmica y está formado por células epiteliales que se ha queratinizado. Cumplen funciones de protección en diversas partes del cuerpo humano.
Uñas: al igual que el pelo, las uñas son fácilmente visibles en la punta de los dedos de manos y pies, están constituidos por células epiteliales muertas y contienen un alto porcentaje de queratina, formando una cubierta sólida, por lo que a las uñas se las consideran como placas córneas.
Las glándulas que forman parte de los anexos del sistema tegumentario son las siguientes:
Glándulas sebáceas: son fabricadoras de sebo, sustancia que es necesaria para evitar la resequedad, de manera que lubrican la piel, están esparcida por todo el cuerpo, pero generalmente se encuentran en la zona de la cara involucrando la nariz y frente, también están en la espalda, zona media del pecho y en los conductos auditivos.
Glándulas sudoríparas: están situadas a nivel de la capa epidérmica y son las encargadas de secretar una sustancia acuosa ácida que comúnmente se denomina sudor, también secretan restos de grasa líquida con un típico sabor salado. Entre sus funciones están mantener el equilibrio térmico del organismo. Es importante destacar que de estas glándulas se desprenden dos tipos que son las ecrinas y las apocrinas.
Funciones del sistema tegumentario
El sistema tegumentario al estar constituido por el órgano más grande del cuerpo humano como la piel, cumple diversas funciones que van más allá de solo una cubierta protectora, entre estas funciones tenemos las siguientes:
Protección: como ya se ha nombrado la primera función del tegumento es la de protección, ya que encierra al resto de órganos y sistemas del cuerpo humano, protegiéndolos de peligros externos, entre ellos biológicos, químicos y físicos.
Termorregulación: el sistema integumentario posee diversos mecanismos de regulación de la temperatura, en los que involucra sistemas de vasodilatación y vasoconstricción de los vasos sanguíneos, además posee la secreción del sudor que ayuda a disipar el calor mediante el enfriamiento de la superficie cutánea.
Sensibilidad: gracias a los receptores ubicados en la piel, el sistema tegumentario también es responsable de la captación de estímulos del exterior, entre ellos cambios de temperatura, presión, así como sensaciones de dolor, ardor y picor.
Secreción: la función secretora están a cargo de las diferentes glándulas que hacen vida en este sistema. Entre las secreciones están el sudor, el sebo y la leche producida por las glándulas mamarias en las mujeres.
Síntesis: gracias a la acción de los rayos ultravioletas, en la piel se da la síntesis de la vitamina D.
Importancia del sistema integumentario
Por todas las funciones que es capaz de realizar el sistema tegumentario, se puede considerar como uno de los sistemas vitales para el cuerpo humano. A la integridad de esta cubierta protectora se debe el equilibrio físico y químico de todo el organismo.
Gracias al tegumento, los órganos internos están protegidos y pueden realizar las funciones necesarias para el desarrollo y buen desempeño del organismo.
Referencias
- Buendía, A.; Mazuecos, J.; Camacho, F. (2018).
- Meruane, M.; Rojas, M. (2012).
- Navarrete, G. (2003).
- Villalon, M. (2013).
Deja una respuesta