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En esta sección analizaremos las patologías o enfermedades del aparato locomotor en vertebrados y que implican a músculos y huesos.
Hablaremos principalmente sobre las enfermedades del aparato locomotor más habituales en perros y gatos, así como los procedimientos utilizados en la clínica veterinaria.
Patologías y enfermedades relacionadas con huesos
Fracturas y luxaciones
Una fractura produce una rotura ósea. Si ésta se repara se forma lo que se denomina “callo óseo”. Pueden clasificarse de diferentes formas:
- Abierta o cerrada: Abierta, el hueso atraviesa la piel y sale al exterior, mientras que en las cerradas no se observa el hueso pero sí una tumefacción (hinchazón) y una deformación de la zona.
- Simple o Compleja: Difieren unas de otras en si existe una sola fractura (fisura), simple; o si ha habido varios planos de fractura, compleja.
Una luxación es un desplazamiento de los huesos dentro de sus articulaciones que provocan deformación, dolor y tumefacción en la zona afectada. Puede degenerar en daño óseo por rozadura (artrosis), y suelen tener un origen traumático (por un golpe) o por debilitamiento de los ligamentos y estructuras que mantienen la articulación.
Diferencia entre artritis y artrosis: la artritis es una inflamación aguda de las articulaciones por traumatismo, mientras que la artrosis es un daño degenerativo en los huesos que forman la articulación y que causa inflamación e hinchazón.
- Artritis: agudo y puntual.
- Artrosis: crónico y permanente.
Enfermedades del aparato locomotor relacionadas con el desarrollo
Estas enfermedades se originan por anomalías causadas durante el crecimiento del animal, ya sea por falta de los componentes más importantes para la formación ósea, o por algún problema genético.
En cuanto a la deficiencia, las causas más frecuentes son por déficit de calcio y fósforo, minerales que se encargan de la formación ósea, por déficit de vitamina D3 en la dieta o por falta de luz (ayuda a la síntesis natural de esta vitamina en la piel), que se encarga de la correcta absorción de estos minerales, también por problemas con la calcitonina y la paratohormona, las cuales regulan y permiten la remodelación ósea.
Raquitismo: Los animales no crecen lo suficiente por un déficit de calcio, fósforo o vitamina D3 en la dieta cuando son muy jóvenes. Se producen deformaciones y fragilidad en los huesos.
Panosteitis u osteodistrofia hipertrófica: Se ocasiona por un exceso de los nutrientes ya mencionados en la dieta, sobre todo de calcio. En la panosteitis se produce una calcificación masiva del hueso que provoca dolor y congestión de éste, mientras que en la osteodistrofia hipertrófica existe un aumento de las epífisis de los huesos, que puede causar problemas en las articulaciones y degenerando en artrosis. Ambas enfermedades son más comunes en perros de razas de medianas a grandes.
Osteopatía craneomandibular: Se produce un exceso de remodelación ósea en la mandíbula cuando el animal es joven. Provoca una deformación que causa dolor e inflamación y que puede impedir que el animal se alimente. Es frecuente en las razas de perros Westy y Scottish terrier sobre los cuatro a siete meses de edad.
Radios curvos: Se produce por cierre prematuro de cartílagos de crecimiento en el húmero, por lo que al no poder crecer al mismo tiempo que el radio, crece deformado. Se puede solucionar mediante reconstrucción ósea quirúrgica.
Problemas degenerativos
Los problemas degenerativos se originan más bien en la adultez y afectan de modo crónico, causan sobre todo artrosis.
Espondilosis deformantes: Se forman unas excrecencias óseas sobre todo entre las vértebras, causan dolor crónico o presiones sobre la médula espinal e inmovilidad. Son muy comunes en Bóxer alrededor de los 8 años. El tratamiento normalmente es paliativo.
Displasia de cadera: Es una de las patologías más frecuentes en perros de razas grandes y ancianos. Se trata de una deformación o mal encaje de la articulación coxofemoral, provocan artrosis, dolor e inestabilidad. Puede darse en una articulación o las dos, principalmente su origen es genético; sin embargo, también puede ser adquirido por sobrepeso, exceso de ejercicio o un crecimiento rápido y no proporcionado. También puede afectar al codo, aunque es menos habitual.
El tratamiento a seguir suele ser, bien conservador y paliativo del dolor o bien quirúrgico. De modo quirúrgico se puede solucionar de tres formas:
– Tripleosteotomía: Cuando el animal aun es joven, se provocan una serie de fracturas controladas para ir colocando la articulación en su posición correcta.
– Extracción de la cabeza y cuerpo del fémur, en animales de menos de 20 kg.
– Prótesis de cadera en animales de más de 20 kg.
Osteomielitis: Infección ósea que se origina por agentes patógenos en una herida o que viajan por la sangre. En el hueso es muy difícil encontrar una infección debido a la naturaleza del hueso, puede retener la infección y mantenerla latente afectando a tejidos adyacentes. Provocan fiebres, dolor, hinchazón y depresión. Se trata con antibióticos y, si es muy grave, amputaciones.
Artritis: Es una inflamación aguda y puntual de las articulaciones, ya sea por traumatismo o por infección, produce dolor e hinchazón. Se trata con aplicaciones de frío, analgésicos y antiinflamatorios.
Artrosis: Es una patología crónica (alargada en el tiempo) que no tiene cura, en estos casos el tratamiento es paliativo. Normalmente son articulaciones inflamadas, deformadas y que suelen causar dolor y anquilosamiento. Se trata con calor, protectores del cartílago, analgésicos y antiinflamatorios.
Neoplasias o tumores
Las neoplasias tumores en tejido óseo se denominan osteosarcomas y son causados por una división celular descontrolada que pierden su función; además, estas células pueden viajar a otras zonas del cuerpo y hacer que se conviertan en tumorales, proceso denominado metástasis. Se puede detectar mediante tumefacción, dolor y fracturas, debido a la debilidad del hueso, para su tratamiento, el veterinario procede a una biopsia del tumor, de esa manera comprueba si es maligno o benigno. En caso de ser maligno, muchos veterinarios recomiendan la amputación del miembro y el tratamiento con quimioterapia, además se suele asignar al paciente una esperanza de vida de 6 meses a un año.
Tendones y ligamentos
Tendiditis: Inflamación de los tendones por un exceso de tensión o de forma traumática. El animal muestra dolor e inestabilidad.
Esguince: Distensión de un ligamento o tendón que puede llegar a la rotura, el tratamiento de elección consiste en aplicaciones de frío y la prescripción veterinaria de analgésicos y antiinflamatorios.
Rotura: La más habitual es la del ligamento cruzado anterior de la rodilla, que es frecuente tanto en perros como en gatos. Se advierte cierta inestabilidad e inflamación. La tibia suele rotarse rozando con la rodilla, causa artritis; además también se observa una incorrecta flexión de la rodilla. En estos casos se realiza “la prueba del cajón”: consiste en anestesiar al animal y realizar la flexión de la rodilla para ver si es anómala; como solución al problema, el veterinario corta parte de la tibia y se recoloca en una posición diferente, de modo que encaje correctamente con el resto de la rodilla.
Bursitis: Inflamación de las vainas sinoviales, frecuente en perros grandes y es causada por el contacto de las articulaciones con superficies duras o ejercicio intenso. se trata con antiinflamatorios y analgésicos, y si está avanzado, con una extracción prudencial del líquido.
Enfermedades del aparato locomotor: musculatura
Miositis: Inflamación de la musculatura por agentes patógenos, ejercicios, inyecciones irritantes, golpes o ejercicio intenso. Suelen presentar dolor, depresión o inestabilidad. La miasis es una infección muscular por larvas de mosca en la que han de retirarse las larvas y desinfectar las zonas, además es necesario un tratamiento veterinario con antiparasitarios especiales.
Miastenia gravis: Es una enfermedad relacionada con una disminución de los receptores de acetilcolina en los músculos. La acetilcolina es el neurotransmisor que hace que el sistema nervioso pueda mover cada músculo, si hubiese una disminución de receptores, los músculos serían incapaces de reaccionar rápidamente y los receptores se saturan antes, provocando parálisis temporal. Esta pérdida de receptores está relacionada normalmente por una enfermedad autoinmune en los que las defensas del cuerpo atacan a estos receptores, aunque también puede ser congénito. Normalmente se trata con corticoides, que inhiben el sistema inmune y con estimuladores de acetilcolina (bromuro de piridostignina).
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