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El aparato locomotor de las aves, como el resto de su anatomía y fisiología, presenta grandes adaptaciones que les ha permitido dominar un hábitat que otros animales no pueden, el aire.
Las aves han ido evolucionando hasta poseer un sistema esquelético y muscular que les resulta ligero pero muy potente. Esto, sumado a una gran eficiencia de los sistemas circulatorio y respiratorio es lo que permite una oxigenación óptima y una actividad metabólica muy alta, el reemplazo de los dientes por el desarrollo del pico, un estómago muscular que tritura el alimento y la ausencia de vejiga son solo algunas de las adaptaciones que les permiten realizar el vuelo.
Igualmente, no debemos olvidar que hay aves que no pueden volar como es el caso de los avestruces que habitan en África, los pingüinos de la Antártida o el Kiwi de Nueva Zelanda, entre otros, y éstos tendrán las adaptaciones necesarias para vivir en sus respectivos hábitats.
¿Cómo es el aparato locomotor de las aves?
Lo primero que debemos saber acerca del aparato locomotor de las aves es que es realmente liviano, tanto así que se puede decir que pesa menos que el total de sus plumas. Pero no por ser liviano es débil, todo lo contrario, es muy resistente.
Se dice que la mayoría de los huesos de las aves son neumáticos, esto se debe a que son huecos y porosos, la mayor parte de estos es simplemente aire, dando así un peso muy bajo para favorecer el vuelo.
El número de huesos huecos varía entre las especies, aunque las grandes aves planeadoras tienden a tener el mayor número. En cambio, las aves no voladoras presentan únicamente huesos sólidos.
A la hora de despegar y aterrizar necesitan ser fuertes, es por eso que los huesos poseen trabéculas ubicadas de manera diagonal en su interior, especialmente los huesos largos para formar una estructura más resistente. Además, presentan varias estructuras óseas fusionadas, lo que le otorga una mayor rigidez.
Conformación del esqueleto
El cráneo de las aves está formado por cuatro huesos: el frontal ubicado en la parte superior de la cabeza, parietal en posterior, premaxilar fusionado al nasal formando la parte superior del pico y la mandíbula es el pico inferior. Las órbitas son de gran tamaño.
La columna vertebral está compuesta por vértebras de distinto tipo dándonos la posibilidad de dividirla en regiones. Comenzando con una cervical (cuello) la cual puede presentar entre 13 y 25 vértebras cervicales (a diferencia de los mamíferos que poseen siempre 7 vértebras cervicales).
El resto de la columna se encuentra formada por el notarium (cinco primeras vértebras torácicas), una vértebra torácica libre, el sinsacro (últimas dos vértebras torácicas, vértebras lumbares, sacras y las dos primeras coccígeas), algunas vértebras caudales libres y por último el pigostilo terminal.
Las aves son los únicos animales que poseen las clavículas fusionadas formando la fúrcula (hueso de la suerte). La fúrcula, los huesos coraciodes y las escápulas forman la cintura pectoral. Lateralmente se encuentran las costillas, estas poseen extensiones óseas (apófisis uncinadas) en forma de gancho que se superpone con la costilla posterior fortaleciendo la caja torácica.
Las 2 o 3 primeras costillas son asternales mientras que las restantes se unen en la línea media a un esternón muy amplio en forma de quilla o cresta ósea, siendo éste el sitio de unión de los músculos pectorales de gran desarrollo que se emplean en el vuelo o en el nado, por ejemplo, en los pingüinos.
Las aves caminadoras como el avestruz y el ñandú, no presentan quilla, sino que su esternón es plano como el de los mamíferos.
El sinsacro articula de ambos lados con la cintura pélvica, la cual está formada por tres huesos: ilion (ubicado en la parte superior), isquion (formando las paredes laterales) y el pubis (frente de la cadera abierto). Estos se encuentran fusionados en un solo hueso que se denomina innominado, que es lo que permite que las aves puedan poner huevos. Además, en esta unión dejan una cavidad denominada acetábulo para articular con el fémur.
Los miembros posteriores están formados en proximal (la parte superior) por el fémur, el cual articula en la rodilla con el tibiotarso (canilla) y el peroné. En la parte inferior encontramos al tarsometatarso y los dedos. Los huesos que forman estos miembros son los más pesados del cuerpo.
Las alas también comprenden el aparato locomotor
Si bien las aves se encuentran clasificadas dentro de los Tetrápodos (presencia de cuatro miembros), sus extremidades anteriores se encuentran modificadas para formar las alas.
El esqueleto de sus miembros anteriores está compuesto por la escápula, el hueso coracoides, el húmero articulando con el radio y cúbito para formar el codo, el carpo y metacarpo se encuentran fusionados formando la muñeca y mano del ave; los dedos se utilizan juntos.
Las alas son utilizadas para el vuelo por lo que son importante desde el punto de vista del aparato locomotor de las aves, aunque como ya se ha manifestado existen excepciones.
Musculatura
En el aparato locomotor de las aves, la musculatura presenta un mayor número de miocitos (células musculaes) y menos tejido fibroso, la grasa intramuscular también está reducida en comparación con los mamíferos.
En las aves voladoras los músculos pectorales están muy desarrollados y son muy rojos, lo que indica un gran número de fibras musculares ricas en mioglobina (es decir que tienen un metabolismo aerobio oxidativo), en cambio en las aves no voladoras esta musculatura es pálida por lo que predominan las fibras musculares blancas (metabolismo anaerobio)
El resto de los músculos del cuerpo no están tan desarrollados, pero igualmente son esenciales para el ave.
Autores consultados
- Adolfo Navarro / Hesiquio Benítez
- Dr. Francisco Gil Cano
- Dyce (1991)
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