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Cómo surgieron
El gato persa es una raza de origen británico, data del siglo XIX. En sus inicios utilizaron ejemplares procedentes de Italia y Francia, los cuales cruzaron con gatos de Angora existentes en Gran Bretaña. Así, en el año 1871, se pudieron apreciar persas en la primera exposición celebrada en el Cristal Palace de Londres.
Actualmente existen más de 200 variedades de esta raza; es de destacar que los gatos persas americanos poseen entre sus características un estándar bastante más marcado o brevilíneo. Siempre este peculiar gatito ha tenido gran aceptación de cara al público, sobre todo por ese pelaje largo y denso que le caracteriza, de hecho es un felino que nunca pasa de moda, en la medida que no faltan seguidores que se decidan adoptar a este pequeño peludo, siempre guiados por las características tan peculiares que presenta el minino.
El gato persa es un animal muy sociable, tranquilo, de voz dulce, maúlla en raras ocasiones, tiene gran apego hacia su amo, aunque se muestra temeroso con los extraños; se adapta sin dificultad a la vida en un piso, de hecho es ideal para tenerlo como animal de compañía o mascota. Al poseer un pelaje largo, precisa de cepillados regulares para mantenerlo desenredado y lustroso, ya que desprenden bastante pelo, sobre todo en épocas de muda, esto puede plantear un inconveniente para aquellas personas que dispongan de poco tiempo en cuanto a su mantenimiento.
Es importante darle una solución, tal como puede ser la malta, para que elimine las bolas de pelo que inevitablemente se le forman al tragarse su propio pelo cuando se acicala.
Las orejas del gato persa generan sebo muy a menudo. Por esta razón hay que realizar una limpieza con un algodón húmedo una vez por semana.
Cada dos meses se hace necesaria una visita a la peluquería gatuna, ya que mantener todo ese pelo en orden lleva un trabajo profesional de vez en cuando.
Si bien existe la tendencia que recomienda no bañar a los gatos, en el caso del gato persa este hábito es necesario para evitar que su pelaje se desmerezca. Una vez cada tres meses es una frecuencia adecuada para hacerlo.
Salud de nuestro persa
El gato persa tiene una fuerte tendencia a desarrollar quistes en los riñones. Dichos quistes suelen encontrarse llenos de líquido, lo que termina por provocarles insuficiencia renal, la cual será irreversible.
Para evitar este grave trastorno, la alimentación de calidad es la base, mientras que un diagnóstico precoz con un veterinario podrá salvar su vida.
Otra patología clásica del gato persa es el sobrepeso. Este puede llegar a ser el detonante de enfermedades cardíacas de suma gravedad y de enfermedades articulares. Para evitar este problema, una dieta controlada y la reducción de los excesos al mínimo son vitales. Finalmente, dado su peculiar pelaje son propensos a contraer hongos, por lo se hace indispensable llevar un control a través del clínico veterinario.
El dueño ideal
Cualquier persona puede tener un gato persa, ya que se trata de un animal tranquilo y dócil, pero es especialmente recomendable para quienes aún no tengan experiencia con gatos. Esto se debe a que es una raza muy amante de su hogar y tiende a elegir a una persona como su dueño, a la cual le pedirá toda su atención.
Dado su grado de cariño, son gatos perfectos para personas mayores o niños, siempre y cuándo se respete su individualidad y su espacio.
Gato persa precio
Comprar un gato persa no ofrece dificultad, ya que entre las razas de gatos goza de muy buena popularidad, además el número de criadores es muy amplio, incluso existen particulares que ocasionalmente tienen camadas de gatitos disponibles para vender.
Su precio es variable, por ejemplo, los ejemplares más trabajados y aptos para exposiciones felinas son más caros que los destinados a animales domésticos o mascotas. Un buen ejemplar adquirido en criadero y apto para participar en concursos de gatos, su precio superará los 1.000 euros; por supuesto los adquiridos entre particulares son bastante más económicos, podemos encontrar animales desde 300 euros, aunque las garantías van a ser mínimas.
Otra alternativa, si no podemos sufragar el coste de compraventa, es buscar en anuncios de prensa y clasificados, gatos persas en adopción, si tenemos suerte podremos hacernos de algún ejemplar que por alguna causa puntual su propietario no puede atender o mantener.
Características del gato persa, su estándar
Cuerpo: El gato persa es de talla media a grande tiene, un cuerpo corto y cobby. El pecho, los hombros y el lomo son anchos y musculosos, las patas son cortas y robustas, los pies grandes y redondeados. Los penachos entre los dedos del pie son deseados.La cola es corta y gruesa, terminase en una punta redondeada. Su pelo es denso y largo (tupido). El cuello es corto y fuerte.
Cabeza: La cabeza del gato persa es redondeada y ancha, bien proporcionada, con mejillas llenas y con una frente abovedada. La nariz es corta y amplia, el stop es bien definido y palpable. El borde superior del cuero de nariz se encuentra a la altura de los párpados inferiores, el mentón y las mandíbulas son anchos, masivos y fuertes, su cara es ancha y expresiva.
Orejas: Las orejas son muy pequeñas y redondeadas, de inserción baja y separadas, los pelos del interior de las orejas son densos, la base de las orejas ligeramente oblicuas, no demasiado abiertas.
Ojos: Los ojos son grandes, redondos y abiertos, colocados separadamente, brillantes y expresivos. El color de los ojos corresponde al color del manto.
Manto: El manto del gato persa es largo y denso, con textura fina, sedosa. Es suave, pero no lanosa. El collar lleno, largo cubre los hombros y el pecho. Todos los colores son reconocidos en las correspondientes asociaciones felinas. Está también aceptada la variedad Colourpoint, en este caso todos los colores sin blanco son admitidos. El color de ojos del Colourpoint es un azul intenso, cuanto más oscuro mejor.
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