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El dogo canario o presa canario ya estaba presente en el territorio del cual hereda su nombre al momento de la conquista de estas tierras, lo que aconteció en la primera mitad del siglo XVI. Llegó a ser muy temido porque su fiereza lo llevó a hacer estragos en la ganadería perteneciente a los pobladores del lugar. Sin embargo, a pesar de haberse ordenado su exterminio, se autorizó a los carniceros a tenerlos, ya que le eran muy útiles para su labor.
Cuando los ingleses comienzan a establecerse en las tierras Canarias, esta raza cobra protagonismo al ser neurálgica en las tan afamadas peleas de perros a las que estos nuevos pobladores eran aficionados. No obstante, cuando más adelante se prohíben dichos espectáculos de entretenimiento público, el dogo canario pierde el lugar de preponderancia en el que se encontraba y comienza su inevitable caída. Afortunadamente, sólo diez años más tarde, en 1970, tiene lugar un programa de recuperación para el presa canario, gracias al cual podemos disfrutar de su presencia entre nosotros hoy en día.
Rasgos físicos del dogo canario
El dogo canario cuenta con una altura promedio de 63 cm, mientras que su peso ronda en los 50 kilos. Su manto puede ser marrón oscuro o claro, gris o negro, pero siempre atigrado. Es dueño de un ancho y fornido tronco de casi 90 cm, cuyos pectorales resaltan debido a la fortaleza que los caracteriza. Este es sostenido por patas fuertes y paralelas. Al momento de adquirirlo, los codos pueden ser determinantes, ya que tenemos que verificar que no se peguen en exceso a las costillas ni que tampoco resulten demasiado abiertos hacia el exterior. Se destaca el grosor de las uñas que coronan sus patas, cuyo color puede ser tanto blanco o negro.
Al final de un cuello recto, consistente y dotado de una maciza musculatura, nos encontramos con la cabeza del dogo canario, la cual cuenta con un stop de pronunciación tenue y de contextura braquicéfala. El hocico termina en una nariz que es ancha, negra y con fosas nasales notoriamente abiertas.
La mordida del presa canario es en forma de tijera, la cual está circundada por unos labios carnosos y oscuros, por lo general.
Te mira con un par de ojos redondos bien separados entre sí, los cuales reciben a sus orejas en cascada si es que no han sido recortadas para erigirse en forma de triángulo sobre su cabeza de 25 cm.
La piel que alberga su corto y áspero pelaje es suelta, principalmente en la zona del cuello y la cabeza.
Personalidad del dogo canario
El presa canario presenta una lealtad única hacia su amo, la cual está enmarcada en un carácter tranquilo, balanceado y con una muy marcada seguridad de sí mismo. No obstante, dado que es un perro con un potente instinto guardián, no podemos esperar demasiado cariño hacia los extraños.
Para evitar problemas cuando recibimos visitas, lo mejor es lograr que logre la socialización a la edad más temprana posible. De todos modos, el dogo canario manifiesta una gran docilidad con su dueño, por lo que podemos estar seguro de su obediencia.
El dueño ideal del presa canario
Este can es sencillamente perfecto para personas que tengan experiencia en tenencia de perros fuertes y con una fuerte presencia. A su vez, es necesario contar con un carácter firme y saber poner los límites de forma inapelable al dogo canario. Si vas a adquirir un perro por primera vez o si tiendes a ser condescendiente con tus mascotas, no te recomendamos adquirir esta raza, a menos que cuentes con la ayuda constante de un amaestrador de perros.
Cada perro tiene una determinada visión de su amo y el dogo canario necesita que la persona que esté a cargo de la casa y, obviamente de él, actúe como líder de manada. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando algo es no, se mantenga en dicha postura, pero sin que el presa canario pierda la calma en ningún momento.
El dogo canario y la familia
Este perro necesita ser parte de la familia que lo alberga. Relegarlo al jardín o al terreno al aire libre no es una buena medida. ¿Por qué? Porque tiene necesidades afectivas muy potentes, las cuales lo llevan a querer formar parte de las actividades cotidianas con los miembros de la casa, a recibir mimos y atenciones.
Puedes perfectamente integrar al presa canario con otras mascotas, entre las que se incluyen perritos más pequeños y gatos, pero tendrás que fusionar esa convivencia desde su edad más tierna como cachorro, ya que más adelante su instinto protector y territorial puede no permitirle aceptar semejante competencia.
Cuidados del dogo canario
En el promedio de los 10 años de vida que puedes esperar contar con tu presa canario, será preciso que sacies su instinto de movimiento con una larga caminata al día, ya que esta lo ayudará en lo que respecta a su salud física y también mental.
Un cepillado o dos por semana será suficiente para oxigenar su piel y remover el escaso pelo que pierde. No suele despedir un olor potente, por lo que será suficiente un baño cada tres o cuatro semanas.
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