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El águila arpía es conocida como la rapaz viviente más poderosa del mundo (ver águilas más grandes del mundo). Harpia harpyja pertenece a la familia Accipitridae dentro del orden Accipitriformes. Actualmente se encuentra en peligro, debido a la destrucción de las selvas en las que vive y como resultado de la cacería. No es de las águilas más comunes, ya que tiene una distribución dispersa y necesita de territorios muy amplios para sobrevivir.
El águila arpía habita principalmente bosques húmedos lluviosos de tierras bajas, siendo preferidos aquellos hábitats donde existen árboles de gran altura, que sobresalen del dosel del bosque. Aunque es una especie que prefiere vivir en bosques sin intervención, han sido observadas nidificando en las zonas de transición entre sistemas arbóreos y áreas de cultivo, así como en zonas de explotación ganadera y forestal.
Son aves muy curiosas en comparación con otras águilas, por lo que los individuos juveniles se acercan bastante a los observadores humanos. Esto último, constituye un gran peligro, pues suponen presas fáciles para los cazadores furtivos y los comercializadores de fauna silvestre.
Actividades como la deforestación son desalentadoras para la conservación de esta especie, pues la disminución en la extensión de los bosques apropiados para el águila arpía, trae como consecuencia un menor flujo genético entre las diferentes poblaciones. Esto último debido a las características ecológicas de estas águilas, que prefieren evitar áreas abiertas y despejadas. Por otro lado, al ser un ave de gran tamaño y con tasas reproductivas bajas, que experimentan grandes desplazamientos y dispersión de los juveniles, constituyen características desventajosas a corto plazo para su conservación.
Las águilas arpías son aves que se muestran vigilantes ante todas las actividades que ocurren en su territorio. Tienden a posarse en las ramas más elevadas para visualizar a sus posibles presas. Al divisar algún mamífero descuidado, se abalanza de manera silenciosa, para capturarlo prácticamente arrancándolo de las ramas de los árboles. Son tan fuertes y musculosas, que pueden cargar presas de hasta 20 kilogramos prácticamente sin ningún esfuerzo.
Principales características
El águila arpía se incluye dentro de la subfamilia Harpinae, junto con otras dos especies Morphnus guianensis (el águila monera) y Harpyopsis novaeguineae (el águila arpía de Papúa).
Harpia harpyja es la única representante del género. Cuenta con características que resaltan en comparación con otras especies de águilas, siendo una de las más notorias sus poderosas garras y su gran tamaño, comparado con otras especies de águilas de mayor envergadura.
El águila arpía es una de las aves rapaces más robustas del mundo y la más poderosa, sin ninguna duda. Presentan dimorfismo sexual, ya que las hembras son más grandes que los machos. Una hembra adulta puede medir 1,1 m y poseer una envergadura de más de dos metros. Aunque existen otras especies de águilas que tienen mayor envergadura alar, las águilas arpías tienen alas más cortas y redondeadas, ya que están especializadas para volar dentro del dosel de la selva. Las hembras pesan hasta nueve kilogramos, mientras que los machos pesan máximo cinco kilogramos.
En cuanto a la coloración, es una de las águilas más hermosas. Poseen un color gris plomo en la cabeza. La cabeza consta de una cresta eréctil que es bifurcada, siendo una de las características más resaltantes de esta rapaz. El pico es típicamente negro y además posee una terminación ganchuda muy afilada. Las alas y el dorso son negros, con algunas plumas delineadas con gris, similar en tonalidad al presente en la cabeza. La coloración negra del dorso se extiende ventralmente hacia el pecho, para formar una especie de collar ancho, mientras que el resto de la coloración ventral es blanca. La cola es larga y presenta plumas con una coloración bandeada de franjas negras, separadas por franjas grisáceas.
Los muslos tienen una coloración gris claro con jaspeados en negro. Las garras y los tarsos están descubiertos de plumas y presentan una coloración amarilla. Las patas son notoriamente robustas, con garras que compiten en tamaño con las de un oso pardo, siendo de hasta 10 cm de largo. La coloración de los juveniles es variable, ya que presentan varios cambios de plumaje hasta llegar al estado adulto.
Distribución y hábitats
Estas enormes águilas poseen registros históricos desde los estados del sur de México (Veracruz, Oaxaca, Chiapas), pasando a través de toda Centroamérica con una distribución muy irregular, adentrándose ampliamente en las tierras bajas sudamericanas, hasta las provincias del norte de Argentina, donde actualmente son muy raras.
Muchas poblaciones locales han desaparecido en México y el resto de Centroamérica por la notable disminución de hábitats forestales primarios, existiendo poblaciones relativamente estables en Panamá. Además, al ser aves que patrullan un amplio territorio, la cantidad de presas limita la ocupación de muchas áreas boscosas. Algunos estudios han revelado que las selvas intervenidas, con ausencia de depredadores y aumento de las poblaciones de animales herbívoros, disminuyen notablemente su diversidad forestal como producto de la actividad de los animales herbívoros.
El rango de elevación que ocupa esta especie en las selvas húmedas neotropicales de tierras bajas va desde el nivel del mar hasta los 900 metros de elevación. No obstante, algunos registros en la Cordillera Central en Venezuela, alcanzan los 2000 metros.
¿Cómo vive el águila arpía?
Para el mantenimiento de una población estable de águilas arpías, debe existir un vasto territorio sin intervención que satisfaga los requerimientos ecológicos de estas aves. El rango ocupado por una pareja de Harpia harpyja depende en gran medida de la zona donde vivan. En Venezuela, se han registrado nidos activos de diferentes parejas, separados por una distancia de 5,7 km2, mientras que en Panamá esta separación es de 3,8 km2. Con estos datos se estima que en estas dos regiones las parejas de águilas arpía necesitan entre 45 a 75 km2 y entre 10 a 20 km2 de territorio, respectivamente. Sin embargo, en promedio, las parejas de águilas arpía necesitan 150 km2 por pareja para poder mantener una población estable y una buena disponibilidad de recursos.
El águila arpía prefiere los bosques y selvas con una cobertura de dosel superior al 70%, con una alta heterogeneidad de elementos arbóreos. Evita en gran medida zonas intervenidas, áreas cultivadas, bosques en mosaico y áreas con topografía compleja. Algunas investigaciones han señalado que el factor de distribución de las presas, es el que determina la presencia del águila arpía, siendo los factores climáticos menos determinantes.
Comportamiento reproductivo
Las águilas arpías (Harpía harpyja) tienen una tasa de reproducción lenta. Estas águilas escogen los árboles más altos de la selva para establecer sus grandes y voluminosos nidos (superiores a 25 metros de altura). En general, escogen árboles como Ceiba petandra, Tabebuia impetiginosa, Enterolobium contortisiliquum que son de los árboles más altos de la selva y que lamentablemente son de los más utilizados para la extracción de recursos maderables.
Los nidos tienen un diámetro mayor que oscila entre 1,20 y 1,50 metros y un diámetro menor entre 1 y 1,30 m. La altura del nido es variable, sin embargo en promedio está entre 70 y 80 cm. Los nidos son elaborados principalmente en los nudos de las ramas más altas para brindar soporte al mismo. Los materiales, con los cuales está elaborado el nido, consisten en ramas de distinto grosor y longitud. El fondo del nido se compone principalmente por hojas o brotes verdes que van sustituyendo o adicionando para nivelar el nido. Tanto el macho como la hembra intervienen en la construcción del mismo.
El águila arpía hembra coloca entre uno y dos huevos tras el apareamiento con el macho, sin embargo, solo uno de los pichones logra sobrevivir hasta independizarse de los padres. Aún se desconoce si esta especie tienen alguna forma de cortejo precopulatorio. La hembra puede colocar huevos cada dos o tres años, el período de incubación se aproxima a los dos meses y este proceso es realizado principalmente por las hembras.
Las hembras son muy protectoras con sus crías y ahuyentan a cualquier posible depredador vigorosamente y, en ocasiones, eliminan la amenaza haciendo uso de sus garras poderosas. Tanto el macho como la hembra se encargan de alimentar a la cría con numerosos mamíferos arborícolas.
Entre el cuarto y el quinto mes desde la eclosión, los pichones son tan grandes como sus progenitores, pesando alrededor de 4 kilogramos. La muda de plumas del juvenil comienza alrededor del quinto mes, lo cual coincide con el inicio de las prácticas de vuelo alrededor de las ramas cercanas al nido.
Una vez abandona el nido, la cría puede permanecer cerca de los padres por varios meses, mientras perfecciona sus tácticas de cacería. Con posterioridad se desplaza para establecer su propio territorio lejos del territorio de los progenitores. Algunas poblaciones del Atlántico Brasileño parecen ser migratorias estacionales, sin embargo, son pocos los datos que se tienen en este ámbito.
Dieta del águila Arpía
Harpia harpyja es un águila especialista en la captura de mamíferos arbóreos. En gran parte de su área de distribución capturan principalmente primates y perezosos, siendo considerada un depredador tope del dosel del bosque. La distribución del águila arpía está muy ligada a la abundancia de primates y perezosos.
Los análisis de restos óseos, en la base de los árboles nido y dentro del nido, muestran que pueden consumir una gran variedad de mamíferos y reptiles arbóreos, ocasionalmente se puede registrar restos de animales que no trepan en los árboles.
Algunas de las presas del águila arpía son Eira barbara, Didelphis marsupialis, Tamandua tetradactyla, Nasua nasua, los puercoespines Coendou prehensilis y Sphiggurus espinosus, Iguanaiguana y una gran variedad de primates de los géneros Alouatta, Cebus, entre otros. Por otro lado, también pueden capturar mamíferos de actividad terrestre como armadillos, zorros, felinos pequeños, lapas y picures.
Taxonomía
Conservación
El águila arpía es una de las especies de rapaces más amenazadas por las actividades humanas en todo el mundo. Estas aves están muy bien adaptadas a sus hábitats, por lo que la modificación de sus ambientes por la influencia del hombre, afecta en gran medida la calidad de vida y la supervivencia de estas majestuosas aves. En muchas áreas donde se encuentra esta poderosa rapaz son eliminadas principalmente por las creencias que giran en torno a ellas. Por ejemplo, los indígenas y cazadores les disparan para la elaboración de medicinas tradicionales o, incluso, por el temor de que ocasionen daños a niños pequeños y animales domésticos.
La unión internacional para la conservación de la naturaleza incluye al águila arpía en la categoría de “Casi Amenazada”, sin embargo, en algunos países y regiones se ha declarado en peligro crítico e incluso como extinta, especialmente en Centroamérica y en la Mata Atlántica brasileña, donde los bosques han sido muy intervenidos.
Ficha del Águila arpía (Harpia harpyja)
Referencias
- BirdLife International. 2017.
- Cao, L., & Zhang, Z. (2021).
- Chebez, J. C.; Silva Croome, M.; Serret, A.; Taborda, A. (1990)
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- Sutton, L. J. (2021).
- Sutton, L. J., Anderson, D. L., Franco, M., McClure, C. J., Miranda, E. B., Vargas, F. H. & Puschendorf, R. (2021).
- Vargas, J. D. J., Whitacre, D., Mosquera, R., Albuquerque, J., Piana, R., Thiollay, J. M., & Sanaiotti, T. (2006).
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