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¿Es posible pensar en la vida sin moverse del mismo sitio? La naturaleza ha determinado que hay animales que no se desplazan, que se mantienen adheridos a un sustrato durante su trayectoria vital. La totalidad de estas especies vive en el agua.
La zoología utiliza el término sésil para definir la propiedad que tienen estos animales de adherirse al sustrato, un piso del cual no se separa. Entre las especies incluidas en esta categoría están los corales, algunos moluscos bivalvos, y otros pocos crustáceos.
Algunas de estas especies están amenazadas, como los corales, por el calentamiento global. Otras, como las ostras y los mejillones, son explotadas para alimentación y para la obtención de las perlas. Se trata de animales que residen en todos los mares del mundo, dependiendo de las variedades, e incluso algunos habitan medios fluviales.
Los corales, ejemplo de animales que no se desplazan
Los corales integran la lista de animales que no se desplazan. Son, en su mayoría, individuos coloniales que segregan una sustancia calcárea que configura un esqueleto al cual están fijados. Con la evolución han formado grandes barreras de coral, llamadas arrecifes, a baja profundidad, en aguas cristalinas donde llega la luz solar. Algunas otras especies pueden vivir a mayores profundidades.
La generalidad de los corales obtiene sus nutrientes de algas unicelulares fotosintéticas. Por eso, crecen en áreas poco profundas, con temperaturas cálidas, de entre 20 y 30 grados centígrados, y con sustrato firme para su anclaje.
Una de las particularidades del coral es la multiplicidad de especies. Solo en el mar Caribe se han documentado 50 especies endémicas de corales pétreos, entre los que se cuentan los más comunes: la Acropora, la principal constructora de los arrecifes; los corales cerebro que pueden llegar a medir hasta 1,8 metros de diámetro, los de la variedad Dendrogyra, con columnas de hasta tres metros de largo; y los Leptoposammia, común en todo el Caribe.
Otros ejemplos de animales que no se desplazan: las esponjas
Al principio, se consideraba a las esponjas como plantas. No fue hasta 1765 cuando se descubrió que se trataba de animales que no se desplazan, invertebrados y que carecen de auténticos tejidos. Se trata de animales filtradores con un sistema de poros, canales y cámaras que generan corrientes de agua.
Ostras y mejillones, bivalvos que viven en el mismo sitio
Las ostras y los mejillones son bivalvos que se fijan en el lecho marino o en piedras. Ambos son explotados con fines alimentarios, y pueden ser cultivados en “siembras” de población y reproducción controlada. Las ostras, además, generan perlas, considerada una piedra preciosa.
El mejillón es explotado en muchos países del mundo y constituye ingrediente de platillos de la gastronomía marina. Se encuentra en todos los mares del mundo y se alimenta, tal como lo hace la ostra, filtrando los nutrientes del agua de mar que ingresa a sus valvas.
La inmovilidad es parte de su evolución
Son especies que han conseguido alimentarse con lo que arrastran las mareas, utilizando toda la reserva de su energía de otras maneras. Otros ejemplos de estos animales son los percebes (ver ficha de este invertebrados), los balanos y las anémonas.
El percebe es un crustáceo que se distribuye en el mar Cantábrico, el frente Atlántico de la península Ibérica, la costa sur de España sobre el Mediterráneo, y parte de la costa norte y oeste de África. Se fija sobre rocas que quedan sujetas al batido de las olas y es muy apreciado en gastronomía.
Los briozoos son también una especie incluida en la lista de animales que no se desplazan. Cerca de 50 especies del total de 5.700 descritas, vive en hábitat lacustres y fluviales. Se fija al sustrato y se alimenta a través de una corona de tentáculos.
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