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El sedentarismo es uno de los grandes problemas y males que acechan a nuestra sociedad. En muchas ocasiones no somos conscientes de las consecuencias que pueden tener y de hecho, tienen, para nuestra salud los peligros de una vida sedentaria.
Excusas comunes y no comunes para llevar vida sedentaria
Es cierto que cada vez se ven más corredores por las calles, los parques, personas practicando algún deporte, pero constituyen un porcentaje muy bajo frente al resto. Con el resto nos referimos a aquellas que pasan horas y horas jugando con los ordenadores, con los videojuegos o, simplemente, viendo televisión.
Las excusas del sedentarismo son de lo más variopintas. No tengo tiempo, no tengo ganas, me pilla lejos, vengo cansado de trabajar… Y en ocasiones no deja de ser cierto; pero debemos hacer un esfuerzo, sacar energía y realizar alguna actividad física, por mínima que sea. Nuestro cuerpo nos lo agradecerá, porque, lo cierto es que las cifras son escalofriantes.
Según datos constatados con la Organización Mundial de la Salud, muchas enfermedades a nivel mundial son originados por la inactividad física o sedentarismo. Pero ésta es solo la punta del iceberg.
La vida sedentaria, un arma mortal
Los peligros de una vida sedentaria nos acechan diariamente en forma de obesidad, riesgo incrementado de padecer enfermedades del corazón, incluidos infartos de miocardio, hipertensión arterial, cifras de colesterol elevadas, diabetes… Por no hablar de las cifras de depresión que el sedentarismo puede ocasionar.
Hay quien pensará que esto es una exageración. Que con ir los domingos un ratito en bicicleta ya han cumplido para toda la semana, no necesitan más. Y no podrían estar más lejos de tener razón. Hay que evitar a toda costa los peligros de una vida sedentaria, haciendo ejercicio. La mejor forma de evitar predisponer a nuestro organismo la aparición de las enfermedades que acabamos de nombrar, y de otras muchas, es comenzando a realizar una actividad física.
¿Podemos hacer algo para evitar estos peligros?
No ha de ser necesariamente a diario al principio ni de de forma exagerada. De esta manera lo único que vamos a conseguir es cansarnos, no beneficiar nuestra salud en absoluto y abandonar el incipiente hábito de realizar ejercicio. La actividad física debe ser adecuada a la edad, condición y estado de cada persona.
Por ejemplo, podemos comenzar por evitar los peligros de una vida sedentaria o sedentarismo en nuestra propia casa utilizando las escaleras en lugar del ascensor. Si al principio cuesta, haremos el primer tramo andando y el otro no, o viceversa. Poco a poco, iremos incrementando los tramos en los que no necesitaremos utilizar el ascensor. Es un modo barato, sencillo y al alcance de cualquiera.
Ir a nuestro trabajo caminando es otra forma de comenzar, o seguir, si ya lo iniciamos con lo anterior, de evitar los peligros de una vida sedentaria. Según lo lejos que se encuentre, actuaremos de la misma manera que lo hemos hecho antes con el ascensor. Un tramo del trayecto caminando y el otro en el medio que solamos utilizar habitualmente.
Una de las excusas más socorridas para las personas que no se deciden a cambiar sus hábitos de vida e incluir el ejercicio entre ellos es, por ejemplo, a la hora de pagar por ir a un gimnasio. No es necesario. Hay multitud de parques, calles, por donde podemos hacer running sin ningún problema, al aire fresco y con una ambiente más salubre que en un recinto cerrado. Y sin necesidad de ningún desembolso económico, algo que puede agradecerse también es esta época de crisis.
Si nada de esto te convence para introducir el ejercicio en tu vida y sacar de una patada el riesgo de padecer enfermedades de pulmón, corazón, metabólicas, psíquicas,…, sigue leyendo porque aquí no acaba todo.
Siempre nos quedará internet. Pero, ¡ojo!, no para sentarnos en el sillón tranquilamente a ver cómo el monitor realiza los ejercicios mientras nosotros ponemos mucho interés y no hacemos nada. Un espacio más o menos amplio. Un ordenador con conexión a internet que todos tenemos en nuestra casa, y tutoriales de tablas de ejercicio físico para todos los gustos. Fortalecer, definir, aumentar músculo, reducir cintura,…, todo lo que te puedas imaginar y más lo tienes a tu disposición en la red. Sí, en la misma que mal utilizada podía ser la mejor aliada de las peores enfermedades.
¿Cómo? ¿Que nada de esto te acaba de dar motivos suficientes? ¿Que no te seducen estos ejercicios? Y, ¿qué tal una buena sesión de baile? Sola, en pareja, en una escuela de baile, donde además puedes socializar con más gente, o también en tu casa, con los miles de tutoriales que encontrarás por la red según el baile que te atraiga más o lo que te guste hacer.
Y si todo esto no te ha hecho pensar, piensa en lo más importante: tu salud. Es algo irreemplazable que puedes preservar tan solo siguiendo estos simples consejos que acabamos de proporcionarte y con los que puedes evitarte males mucho mayores, siendo al final tremendamente satisfactorios para tu cuerpo.
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