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Comportamiento innato de los animales, factores internos y externos

Comportamiento innato de los animales


El comportamiento de los animales se ha divido en dos frentes que son: el comportamiento innato y el comportamiento adquirido. En nuestro caso abordaremos al comportamiento innato de los animales.

El estudio del comportamiento de los animales se ha realizado durante muchos años, bien sea para entender los fenómenos evolutivos o para sacar provecho de los animales que han sido analizados. De estos estudios se deriva el concepto de comportamiento, el cual se conoce como una serie de interacciones que un animal puede tener tanto con otros organismos animales de su misma especie como con animales de especies diferentes.

Dichas interacciones también ocurren con el medio biótico y abiótico en el que se desarrollan, proporcionando así una respuesta a cada estímulo al que es sometido. Estas interacciones de estímulo y respuesta moldearán la conducta animal.

El comportamiento innato de los animales se debe a que las interacciones anteriormente mencionadas obtendrán una respuesta natural del animal, esta repuesta no ha sido aprendida si no que viene programada y se mantiene estable a lo largo del tiempo.

Se dice que el comportamiento innato de los animales es heredable por lo que la respuesta siempre será la misma ante un estímulo repetido. Es así, como animales de la misma especie logran realizar tareas con exactitudes increíbles, incluso en aquellos animales que han sido separados al nacer y nunca han presenciado como sus semejantes resuelven ciertas dificultades.

Funcionamiento del comportamiento innato de los animales

Para comprender mejor cómo funciona el comportamiento innato de los animales, la etología, que es la ciencia que estudia el comportamiento animal, se ha dado a la tarea de explicar tanto los factores internos y externos que estimulan y desencadenan una respuesta innata. Así como los procesos fisiológicos que se llevan a cabo en los organismos para alcanzar los objetivos planteados. En nuestro caso dividiremos estos factores y procesos en tres partes que son:

Factor desencadenante

Cuando hablamos de los factores desencadenantes del comportamiento innato de los animales, nos referimos a los estímulos a los que es sometido el organismo. Estos estímulos pueden darse de manera natural o ser inducidos para poder cubrir alguna necesidad. De la misma manera, estos factores se pueden dividir en estímulos externos e internos.

Los factores externos involucrados en el comportamiento innato de los animales son aquellos estímulos provocados por factores con los que se interactúan cotidianamente. Entre estos estímulos encontramos los factores climáticos, los cuales están representados por la temperatura, sequía, lluvia, humedad, nubosidad y viento, así como por la duración del día y la noche.

Otro de los factores externos que provocan estímulos son las interacciones que se tienen con otros animales, tanto de la misma especie como con otras diferentes. Estas interacciones van a provocar en el animal que se activen todos sus sentidos, los cuales van a transmitir señales a través del sistema nervioso y otros sistemas, que se traducirán en respuestas específicas para cada especie animal.

De la misma manera ocurre con los factores internos, los cuales dependiendo de su actividad, generan una necesidad a ser suplida. El complejo funcionamiento de los sentidos y los sistemas que componen un organismo, motivarán al animal a realizar una actividad innata, tal como es el caso de buscar comida para poder calmar el hambre, así como en la búsqueda de agua para la sed. Igualmente otra necesidad de los animales, es el proceso de reproducción, el cual es controlado por procedimientos hormonales que indicarán el tiempo justo para realizar estas actividades.

Factores programados

Cada especie animal está cargado con un programa genético que hace que su comportamiento ante diversos estímulos sea único. El modo de comportarse en eventos tales como búsqueda de alimento, construcción de refugio, reproducción, defensa, entre otros, viene dado por factores hereditarios que hacen distinguibles a unas especies de otra. Es por esta razón que algunos animales dependiendo de su carga genética van a tener un comportamiento dócil o agresivo ante un estímulo. Lo que hace razonable que algunas especies se puedan domesticar de manera fácil y otras no, ya que su programación genética permite que su comportamiento innato sea de una manera u otra.

Factores de impulso

Finalmente encontramos los factores de impulso, los cuales básicamente son la respuesta tanto a los estímulos internos y externos del factor desencadenante, y esta repuesta va a estar modulada por los factores genéticos programados en la especie animal. Lo importante de este factor radica en que cada respuesta relacionada con el comportamiento innato de los animales, va a ser homogénea, es decir, siempre la misma para los animales de una misma especie, así buscarán alimento, se defenderán, se reproducirán, etc., siempre de igual forma.

Ejemplos de comportamiento innato de los animales

En el caso de los insectos, cuyos animales son los que exhiben el comportamiento innato con mayor frecuencia, podemos mencionar a las abejas, cuyo movimiento dentro del panal denominado danza de la abeja, es interpretado por sus compañeras para saber la dirección y distancia en la que se encuentra una nueva fuente de alimento. Esta danza la realizan de manera innata, sin necesidad de aprender unas de otras.

Otro ejemplo en el que se refleja el comportamiento innato es en las aves, en cuya representación nombraremos al ganso común (accede a su ficha informativa), el cual, al ver que un huevo ha salido del nido, trata de llevarlo nuevamente a él con movimientos específicos de su pico. Estos movimientos particulares lo realizan de manera innata, ya que se ha comprobado que estos gansos siempre realizan esta actividad de la misma manera, sin necesidad de observar o aprender de otros.

También se ha experimentado con ratones (Peromyscus maniculatus y Apodemus sylvaticus), los cuales fueron separados al nacer, y al momento en que estos cavaron su madriguera, lo hicieron exactamente igual que los ratones silvestres pertenecientes a su especie.

Autores consultados

  • Barnard, C. (2004)
  • Fierro, Y.; Andrade, E. (2015)
  • Jensen, P. (2004)
  • Martin, G. (2016)

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