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El enfoque animalista o movimiento de liberación animal surge con una visión protectora hacia los animales; dado que todo animal cuenta con un sistema nervioso semejante al humano, es decir, sienten dolor, alegría o tristeza, es necesario un marco jurídico para protegerlos. Como podemos observar prima un idealismo moral de protección aunque los animales no tengan una capacidad de razonamiento semejante al humano. El hombre tiene un deber moral de facilitarles protección, máxime teniendo en cuenta que los animales carecen de capacidad para reivindicar sus derechos.
Importancia del movimiento animalista
Para el movimiento animalista es importante que el ser humano se aleje de la concepción material hacia el animal, es decir, considerarlo como un bien mueble semoviente y le faculte para otorgarle la naturaleza de sujeto de derecho; de esta manera también serían titulares de derechos fundamentales y su marco de protección también sería mucho más amplio.
El animalismo se aleja de la concepción antropocéntrica del ser humano y dota de un relevante papel tanto a los animales como a la propia naturaleza. Consideran los sentimientos de los animales semejantes al ser humano, aunque no sepan diferenciar una conducta buena o mala; es por ello que sea necesario ampliar su categoría a “sujetos de derechos”.
Cada especie del planeta tiene una función que cubrir en el mundo de los vivos y el hombre no está facultado para romper el equilibrio natural, pues las consecuencias son desastrosas: especies en peligro de extinción, cambio climático, disminución de la capa de ozono, lluvia ácida, etc.
Reivindicación del movimiento animalista
El movimiento animalista reivindica a las fuerzas políticas una actuación más proteccionista: abolición de corridas de toros u otro tipo de participación en fiestas populares; mayor control en la comercialización animal, velando por evitar el sufrimiento que se produce en la manipulación de los mismos: mataderos, mercado de pieles, animales de laboratorios, caza….
Podemos considerarlo como una fuerza política cada vez más valorada en una sociedad injusta e insolidaria. Sus posturas se acercan a las corrientes ecologistas y al pensamiento de la izquierda verde, aunque para el enfoque animalista o movimiento de liberación animal, la protección hacia los animales llega al extremo de proclamar una alimentación 100% vegetal, descartándose el consumo de animales o productos elaborados con materia de origen animal.
Este movimiento de liberación animal surgió en los años 70. Durante esos años se aprobó la Declaración Universal de los Derechos del Animal, al mismo tiempo que autores célebres comenzarían a otorgar un papel más relevante a los animales, como es el caso del filósofo Peter Singer y su obra “animal liberatión” o Tom Regan en “The Case for Animal Rights”, en ambos casos postulan el otorgamiento de derechos morales hacia los animales.
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