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¿Qué es y para qué sirven las normas Euro?
Las normas euro son un conjunto de parámetros creados a fin de regular y establecer los límites aceptables en la cantidad de emisión de gases en los motores a combustión interna.
La normativa, creada en el ámbito de la Comunidad Europea, se fue actualizando a medida que pasaron los años, sumando nuevas versiones con mayores exigencias para reducir aún más los efectos contaminantes y el impacto ambiental generado por los gases de escape de los vehículos, tales como las emisiones de dióxido de carbono principalmente, pero también de otros materiales contaminantes.
Las normas euro sobre emisiones tuvo, desde sus inicios, una finalidad especial, que es la de perseguir la reducción de emisiones contaminantes para así poder depurar el aire, pero también fue un factor decisivo para poner coto a la circulación de vehículos antiguos, que no solo contaminaban a través de las emisiones generadas, sino también, por ser vetustos y no gozar de determinadas tecnologías, causaban una gran contaminación sonora.
Situación española sobre normas euro. Los compromisos de Sánchez.
El presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez, ha reiterado en varias ocasiones su compromiso acerca de la reducción de la generación de emisiones contaminantes, proponiendo descender en hasta un 37% los niveles para el año 2030 y así poder llegar en el 2050 a su descenso al 90%.
Esto forma parte de un plan maestro, que es el de poder alcanzar la neutralidad en el carbono, fenómeno llamado también como la “descarbonización de la economía”.
Uno de esos compromisos, contraído durante la sesión inaugural de la “Cumbre del Cambio Climático” celebrada en Katowice, Polonia, durante el año 2019, también consideró la situación de los diversos factores incidentes tales como el impacto sobre los sectores más vulnerables, la calidad del aire y la modernización de la industria automotor.
Acciones tales como la cumbre de Katowice y el Acuerdo de París fueron grandes hitos en la historia mundial, en donde los países fijaron metas optimistas y a la vez asumieron que el tiempo apremiaba y las acciones de mitigación y adaptación debían llevarse a cabo con suma urgencia, para poder apreciar los resultados antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, no es un camino fácil ni mucho menos libre de cuestionamientos e interrogantes. Las posibles variables y acciones en el corto y mediano plazo no alcanzan a medir el impacto positivo que la norma euro podría generar, como tampoco el porcentaje efectivo de reducción de contaminantes. Pero sin dudas, la mejor manera de comenzar a transitar un camino es recorrerlo.
El peregrinar de las emisiones camino al 2020
La perspectiva brindada por varios estudios ambientales realizados por organizaciones no gubernamentales y sectores ecologistas del Reino Unido, como así también de varios gobiernos de la Comunidad Europea, pronostica una reducción de las emisiones contaminantes para el ciclo 2019-2020.
En el caso puntual de España, el Ejecutivo desea avanzar en el objetivo de movilizar 900 millones de euros anuales a partir de 2020 y trabaja arduamente en una agenda integral desde el Ministerio para la Transición Ecológica.
Si bien el 2020 apenas dio sus primeros pasos, las expectativas son altísimas. Pero los diferentes actores implicados aún no pueden garantizar con certeza la correcta implementación de la última norma euro como tampoco de su efectivo impacto ambiental.
Pero su contracara es el vaticinio brindado hacia fines del 2017, el cual garantizaba una drástica reducción, la cual aún no aconteció y que se espera suceda a través de la implementación de la última de las normas Euro, la número 7.
La norma Euro7 aún no está en vigor, pero ya está sucumbiendo los pilares que sustentaron la aparición de los coches diésel. Se estima que podría ser la causante de su extinción, siendo hoy en día la más temida por los fabricantes tradicionales de automóviles. Ella sería la que sentencie definitivamente la fabricación de motores diésel, debido a que, para su fabricación, las reducciones de emisiones contaminantes se alcanzaron realmente después de trece años de que las normas euro empezaran a ser más estrictas.
Sin embargo, para optimizar los tiempos precitados, los fabricantes de motores se comprometerían en lo que se llamó «cyclebeating» para optimizar el rendimiento de emisiones para el ciclo de ensayos, pero esto también demoraría en implementarse y extenderse como práctica, una vez alcanzado el pleno vigor de la norma.
Posibles soluciones
Con el avance de los vehículos eléctricos e híbridos, cada vez más el sector automotor industrial comienza a inclinarse por la fabricación de las variables menos contaminantes, como autos eléctricos, por ejemplo, y se establecerán nuevos parámetros para que, en las próximas décadas, el mercado de autos con cero emisiones pueda incrementar aún más su caudal para ayudar al medio ambiente.
En cuanto a medidas para aplicar en la diaria y en el campo de desarrollo de los factores contaminantes la implementación de “Zonas Bajas de Emisión” es una de las más sólidas. El establecimiento de áreas definidas geográficamente que restrinjan o desalienten el acceso de ciertos vehículos contaminantes y/o que solo permitan el acceso de vehículos de emisiones bajas es un excelente recurso y no solo debería replicarse en otros cordones urbanos, sino que debería extenderse en otro tipo de medidas tales como dotar de impulso al transporte público y la electrificación, podría ser a través de subsidios adicionales al transporte o de campañas publicitarias afines que concienticen a la población.
Además de la efectiva implementación de la norma euro, otro aporte esencial a efectos de su eficaz funcionamiento sería sin dudas el estrechamiento de lazos y la posibilidad de aunar esfuerzos fortaleciendo el multilateralismo desde instituciones como las Naciones Unidas y la Unión Europea.
El juego está abierto. Solo debemos esperar los movimientos de fichas de los diversos actores implicados para cerciorarnos acerca de lo que sucederá con la implementación de esta nueva norma Euro, en un mundo cada vez más avanzado en cuanto a nuevas tecnologías y el desarrollo de automóviles menos contaminantes, pero también mucho más polarizado en cuanto a intereses económicos y consensos político – normativos de los diferentes factores que inciden en su gestión, administración y su efectiva aplicación.
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