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Los carnívoros son un grupo de animales mamíferos integrados en el orden Carnivora, que sigue los siguientes niveles taxonómicos: Phylum: Chordata; Subphylum: Vertebrata; Infraclase: Gnathostomata; Superclase: Tetrapoda; Clase: Mammalia; Subclase: Eutheria; Superorden: Laurasiatheria.
Características generales
Los carnívoros son mamíferos euterios que presentan una columna vertebral fuerte y flexible, glándulas anales desarrolladas que sirven para la defensa, el marcaje de territorio es característico en el orden, además del reconocimiento social y la mayoría de las especies son digitígrados.
En el cráneo, la cresta sagital y los arcos cigomáticos son fuertes para soportar los músculos de las mandíbulas. La clavícula es reducida, el radio, la ulna, tibia y fíbula son huesos separados; el carpo, escafoide, lunar y el central están usualmente fusionados. Por lo regular, tienen cinco dígitos en las manos y cuatro en los pies, el pulgar es reducido o ausente y en cada dedo pueden presentar una garra.
Inicialmente la condición carnívora se asoció al hábito alimenticio, pero al presentarse excepciones, se tuvo que recurrir a otros caracteres, entre los que se destacan la presencia de caninos alargados, bulla auditiva osificada y los huesos escapo-lunar del carpo fusionados.
Esencialmente los carnívoros presentan adaptaciones anatómicas hacia una dieta exclusivamente o en gran parte de carne. Estas adaptaciones, en la dentición se ven reflejadas en el último premolar superior y en el primer molar inferior, elementos especializados para cortar, más desarrollados en organismos estrictamente carnívoros, mientras que en organismos omnívoros, están mejor adaptados para machacar.
Origen de los carnívoros
El origen de los carnívoros data del Paleoceno y Eoceno superior hace 55 millones de años, presentaban un organismo que dominó el nicho carnívora Detatheridia, incluido en la familia Miacidae, los cuales compartían algunas de las características particulares de los carnívoros, pero con bulla auditiva sin osificar y los huesos del carpo no fusionados. Estos organismos, probablemente, eran de hábitos nocturnos, semiarborícolas y pequeños predadores.
Evolución
Inicialmente, la condición heterodonta de los carnívoros les confirió una radiación adaptativa en vista que podían explotar diferentes nichos ecológicos. Posteriormente, debido a la búsqueda cursorial de la presa, se pasó de una condición plantígrada a una digitígrada. Dependiendo de su hábitat, algunos órganos sensoriales se desarrollaron más que otros, tal es el caso de la osificación de la bulla auditiva, lo cual le confirió mayor grado de audición a los individuos terrestres como felinos y caninos, también alto sentido del olfato.
Por su parte, en los representantes acuáticos, las patas delanteras se modificaron para sentir las vibraciones de las corrientes de agua y así localizar la presa, el sistema digestivo se acortó, brindándoles un mayor aprovechamiento de los nutrientes y buscando así producir más energía. De esta manera, por principio de la conservación de la tasa metabólica basal, se pudo desarrollar más el encéfalo, otorgándoles aptitudes de conciencia tales como capacidad cognitiva, pensamiento simbólico, creatividad e inteligencia social. La caja torácica tomó una estructura de tipo tonel, confiriendo mayor movilidad de las extremidades superiores a causa de reducir la superficie ósea de las inserciones musculares.
Filogenia de mamíferos carnívoros
Basado en datos morfológicos y moleculares, se considera a Carnivora como un orden monofilético dividido en dos grandes clados o subórdenes, Feliformia y Caniformia. En Feliformia, la bulla auditiva está compuesta por dos cámaras y se destacan las familias Viverridae, Herpestidae, Hyaenidae y Felidae. Caniformia, un grupo más heterogéneo, se divide en Canidae, donde se encuentran los lobos, zorros y chacales; su grupo hermano, el clado Arctoidea con tres divisiones, la familia Ursidae y los grupos Pinnipedia y Musteloidea. También reúne a los carnívoros acuáticos o Pinnipedios con Odobentidae, grupo hermano de Otariidae y Phocidae y a los Musteloidea, divididos en Mustelidae, Procyonidae y Mephitidae.
Ecología de los mamíferos carnívoros
Los mamíferos carnívoros son organismos con gran variedad de adaptaciones conductuales, ecológicas y morfológicas, siendo tan diversas como los tipos de ambientes que habitan, entre estos, zonas abiertas, boscosas templadas o tropicales. Por otro lado, pueden formar grupos sociales o llevar una vida solitaria. Los hábitos alimenticios de los carnívoros son variados, se presentan especies frugívoras, omnívoras y carnívoras.
Importancia ecológica
La importancia ecológica de este grupo radica en su capacidad para dispersar semillas, controlar poblaciones de algunos insectos y vertebrados, lo que juegan un papel importante en la red trófica, haciendo énfasis en el flujo de energía, manteniendo y estabilizando la estructura trófica de los ecosistemas.
Estado de conservación
En la actualidad, se evidencia cómo los carnívoros se ven claramente afectados por el impacto antrópico sobre el paisaje. La capacidad que tiene el hombre de modificar el ambiente en pro de su beneficio, tiene en alto riesgo la dinámica y el equilibrio poblacional de las especies de carnívoros.
A medida que se aumenta la frontera agrícola y se pierden los relictos de bosque virgen, se aumenta la concentración de organoclorados y organofosforados en las fuentes hídricas y el suelo, y otros contaminantes xenobióticos como el cianuro o el níquel, subproducto de la minería y los agroecosistemas. La toxicidad de estos contaminantes puede afectar la maquinaria celular y, en ocasiones, promover oncogenis, cambiar la tasa de trascripción de algunos genes e inducir peroxidación lipídica a la membrana celular.
Bibliografía
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