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El jerbo o jerbo de Mongolia, también denominado jird (Meriones unguiculatus) es un mamífero roedor perteneciente a la familia Muridae, subfamilia Gerbillinae, género Meriones. Fue descrito por descrito por Milne-Edwards en 1867. Algunos autores lo incluyen dentro de la familia Cricetidae, debido a su parecido con los ratones de esa familia.
A pesar de tratarse de una especie domesticada, su hábitat originario son los campos, valles montañosos, estepas y desiertos del este de Mongolia, noreste de China y sur de Rusia. Esta zonas se caracterizan por sus drásticas fluctuaciones en la temperatura (desde -40°C hasta 50°C) y muy bajos niveles de precipitación (menos de 22 cm de lluvia). Al vivir en ambientes de climas tan rigurosos son pocos los depredadores a los que se enfrentan. Entre los más comunes se encuentran algunas serpientes, aves de rapiña y pequeños mamíferos.
En los últimos años, Meriones unguiculatus ha demostrado ser una agradable mascota y un excelente modelo animal de laboratorio, a partir del cual se han logrado desarrollar importantes investigaciones biomédicas, psicológicas y fisiológicas. Cabe resaltar también su papel en la naturaleza, ya que se ha demostrado que contribuyen a los procesos de polinización y dispersión de semillas.
Aunque su localización está restringida a algunas zonas geográficas, M. unguiculatus no se considera una animal en peligro de extinción, sin embargo dicha posibilidad dependerá en gran parte de factores como la degradación de su hábitat, la pérdida de agua, sequías severas o la intervención humana.
Los jerbos tienen cierto parecido con los hámsters pero carecen de abazones y su cola es más larga, por otro lado es menos frecuente el canibalismo en estos ejemplares.
Características del jerbo
El cuerpo del jerbo mongol es un poco más grande que un ratón, con una longitud que varía entre los 12 y 30 cm desde la cabeza hasta la punta de la cola, la cual puede llegar a ser casi tan larga como el cuerpo. El ejemplar adulto posee un peso aproximado entre 50 y 100 g. Este animal en estado salvaje presenta una cabeza ancha y larga, con ojos grandes y redondos, mientras que los domésticos tienden a tener cabezas más compactas.
El macho es más grande que la hembra, aunque similares en apariencia. En condiciones naturales su pelaje suele ser más grueso (debido al frío del desierto) y de color marrón dorado o agutí. En el caso de los machos se destaca un tono rojizo. Sin embargo los ejemplares domésticos muestran un pelaje fino con más de 20 variaciones de color que pueden ir desde el negro, amarillo, gris, hasta el blanco y con manchas. Todos ellos producto de cruces y mutaciones en laboratorio. El rostro y el pelaje ventral es blanquecino y la piel ligeramente pigmentada.
Las patas traseras son más largas que las delanteras y están adaptadas para excavar, correr, dar grandes saltos y huir de los depredadores. Suelen sentarse en cuclillas para mirar a su alrededor, asearse o alimentarse, sin embargo también deben ser capaces de mantener una postura erguida, por lo que será recomendable, para los animales que se mantengan en cautiverio, que las cajas o contenedores sean más altas que el espécimen erecto. Además poseen garras largas que se desgastan continuamente por sus hábitos excavadores.
Tienen una excelente audición, lo que les permite detectar diferentes sonidos y tonos que puedan anunciar algún peligro en la naturaleza. Esta característica los convierte en un modelo animal interesante para la investigación sobre el sistema auditivo humano.
Se ha registrado que tienen un sentido de la vista más desarrollado que el hámster. Además, tienen un agudo sentido del olfato, lo que es de esperar en una especie, donde la capacidad de discriminar entre individuos juega un papel fundamental al momento de establecer relaciones sociales. Estudios sugieren que M. unguiculatus tiene la capacidad de distinguir entre la orina y las secreciones de la glándula ventral de varios individuos del mismo grupo familiar.
Sus dientes crecen continuamente y están adaptados para alimentarse de semillas duras y plantas.
Los machos pueden diferenciarse de las hembras a través de su aparato reproductor y de la disposición ano-abertura urogenital en ambos miembros. En este último caso, la hembra presenta las dos aberturas una al lado de la otra, mientras que en el macho las aberturas se encuentran separadas.
Otra característica interesante de esta especie, es que no tiene olor como otros roedores, lo que le ayuda a evitar a los depredadores.
Su tiempo de vida promedio en cautiverio ha sido documentado en 6 años, pero en condiciones naturales pueden llegar a vivir hasta 4 años.
Las crías al nacer tienen un peso aproximado de 3 g, están desprovistas de pelo y tienen los ojos cerrados.
A diferencia de otros roedores, M. unguiculatus es más resistente a las enfermedades, aunque se ha reportado que son propensos a elevados niveles de colesterol y a desarrollar episodios de epilepsia, los cuales parecen estar asociados a factores externos que generan estrés en los animales, tales como la manipulación excesiva o el cambio hacia un nuevo entorno.
La jaula, alojamiento para el jerbo
Para el alojamiento de los Jerbos de Mongolia podemos utilizar una jaula especial de fácil adquisición en tienda de accesorios para animales. La jaula deberá ubicarse en un lugar con pocas corrientes de aire, a temperatura no inferior a 20º, también es necesario que no se exponga de forma prolongada y directa al sol. Es importante dotar al animal de una buena higiene, deberá limpiarse la jaula y demás accesorios una vez por semana. Es recomendable que la jaula disponga de una bandeja exterior para evitar el derrame de substrato, téngase en cuenta que estos roedores tienen tendencia a escarbar, en su defecto, se puede utilizar urnas de cristal o plástico.
La jaula ha de ser espaciosa, ya que los jerbos pasan algunas horas en plena actividad, corretean intensamente; también les gusta descansar bastantes horas al día, por lo cual debemos incorporar a la jaula algunos materiales que servirán para la construcción del nido, por ejemplo, heno, papel… Igualmente no debe faltar algunos juguetes como túneles, maderas para roer, cartones, incluso gravilla o virutas, las cuales les permite escarbar y revolcarse, sin olvidarnos de un comedero y bebedero que generalmente ya vienen incorporados en la jaula del jerbo.
Alimentación o comida equilibrada
La dieta básica del jerbo consiste principalmente de hierbas, aunque también se alimentan de frutas, vegetales, semillas, cereales y algunos insectos. El tipo de planta o fruto que consuma dependerá del tipo de riqueza vegetal que prospere en la región geográfica donde se encuentre el jerbo. Algunas de las plantas de las que se alimenta pertenecen a la familia Chenopodiaceae, Asteraceae y Leguminosae.
Cuando son criados como mascotas o animales de laboratorio, muestran especial preferencia por las semillas de girasol, las cuales son altas en grasa y bajas en calcio, resultando muchas veces contraproducente para su salud. Aun así su dieta deberá complementarse con alimentos comerciales que aseguren el aporte de proteínas necesarias para su buen crecimiento.
En condiciones naturales practican la coprofagia para satisfacer sus necesidades de vitamina B, pero en cautiverio su dieta puede complementarse directamente con un complejo B.
Al ser animales adaptados a la vida en el desierto consumen poca agua (cerca de 4 ml/ día), y como resultado su orina resulta altamente concentrada y sus heces muy secas. Esto resulta ser una ventaja cuando se crían como mascotas o animales de experimentación, ya que un ambiente seco evita la proliferación de hongos y bacterias, lo que a su vez elimina los olores.
A pesar de necesitar poca agua, es importante asegurar un suministro continuo del vital líquido en todo momento, ya que gran parte de esa agua se retiene en las células grasas de sus cuerpos como agua metabólica. Otra parte la obtienen de los alimentos o del rocío del amanecer. Cuantos más viejos son los ejemplares, más agua necesitaran.
En definitiva, los jerbos criados en cautividad podemos ofrecerle semillas de maíz, trigo, avena o cebada; en tiendas de animales se pueden encontrar preparados de mezclas de semillas, incluso algún pienso extrusionado que servirá de complemento en su dieta alimenticia, al igual que la verdura y trozos de fruta fresca; sin olvidarnos de suministrarle agua limpia, preferentemente con cambios regulares para que mantenga toda su pureza. Material para roer también es importante dado sus costumbres masticadoras.
Los criados en cautividad son animales muy sociales, viven sin problemas en el entorno humano, se dejan manipular y no suelen morder ni mostrar dotes de agresividad.
La socialización debe comenzar en edad temprana: familiarizarlo con su entorno, manipularlo de forma suave y evitar situaciones de estrés, ruidos o cualquier otro factor que pueda perturbar de forma negativa su estado de ánimo.
Es preciso tener presente que el jerbo es un animal grupal, se agrupan miembros de las misma familia: padres e hijos. Los padres son monógamos. Se han descrito como territoriales, de hecho marcan el territorio con un olor característico, el cual le sirve para la identificación de miembros del mismo grupo.
El jerbo es un mamífero muy activo, es nocturno en épocas cálidas y diurnos cuando se encuentran en ambientes más fríos. El jerbo se adapta al entorno humano, lo cual es importante para su vida en cautividad. Le gusta escarbar, roer, acicalarse y estar en familia. Pueden patalear como señal de alarma.
Reproducción de los jerbos
Meriones unguiculatus es un reproductor prolífico que alcanza la madurez sexual entre las 9 y 12 semanas, además es poliestro, ya que puede presentar varios ciclos reproductivos al año. La etapa de celo (estro) puede durar entre 4 y 6 días. Presentan un periodo de cortejo, que la mayoría de las veces implica el olfateo genital entre los miembros de la pareja. Seguidamente el macho persigue a la hembra, la monta con movimientos repetidos hasta penetrarla y eyacula varias veces.
Con posterioridad a la cópula, cada animal tiende a asear sus genitales. El proceso de gestación dura en promedio, entre 19 y 30 días. Puede dar a luz hasta 3 veces por año y es común que muestren un estro postparto cerca de las 10 horas, tras el nacimiento de las crías. Se ha reportado que pueden llegar a nacer hasta 12 individuos en un solo parto y el macho al igual que la hembra brinda cuidados a las crías, las cuales pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo hasta que ocurre el destete. Los jóvenes amamantan aproximadamente durante 21 días. Muchas veces cuando las camadas son pequeñas, estas tienden a ser ignoradas por los padres y finalmente terminan muriendo de hambre.
Por lo general, las parejas de Meriones unguiculatus, cuando son criadas en cautiverio, deben colocarse temporalmente en cámaras separadas una vez que nacen las crías, para evitar de esta manera el apareamiento post-parto, lo cual puede derivar en consecuencias negativas, tanto para la madre como para las crías.
Así mismo, al reproducirse tan rápidamente, no es recomendable mantener varias comunidades familiares en una misma caja. Sin embargo, se recomienda tener un mínimo de dos jerbos juntos, preferiblemente pertenecientes a la misma unidad familiar, ya que se ha determinado que los individuos de esta especie que se crían solos, son más agresivos y exhiben un mayor grado de ansiedad que los que se desarrollan en grupos, probablemente por la falta de contacto y de interacción social con otros de su clase.
Salud del jerbo
La media de vida oscila entorno a los tres años, incluso los criados en cautividad en condiciones óptimas pueden alargar sus expectativas de vida, aunque no demasiado tiempo.
Una visita anual al veterinario es importante para la revisión del gerbilino. Entre las enfermedades más frecuente destacan, enfermedades parasitarias, problemas de piel, fracturas por caídas inesperadas y daños oculares. Te sugiero este tema sobre: Enfermedades del jerbo.
Variedades o razas más populares
Existen numerosas variedades, clases o tipos de color, así tenemos jerbos negros, bicolores, albinos, el tradicional dorado, etc.
Información taxonómica
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mamalia
Subclase: Theria
Orden: Rodentia
Subórdenes: Myomorpha
Infraorden: Myodonta
Superfamlia: Muroidea
Familia: Muridae
Subfamilia: Gerbillinae
Género: Meriones
Especie: Meriones unguiculatus
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