Enfermedades del sistema digestivo en mamíferos mascotas

Enfermedades del sistema digestivo en mamíferos
Enfermedades del sistema digestivo en mamíferos

Diagnostico en enfermedades del sistema digestivo en mamíferos

Para el diagnostico de patologías o enfermedades relacionadas con el sistema digestivo en mamíferos, y más específico en perros y gatos, en la clínica veterinaria se analizan:

– Una primera exploración que consiste en una palpación del abdomen para comprobar si causa dolor, está tenso, etc.

– Auscultación de los ruidos de abdomen.

– Mucosas en la boca a nivel ocular, bucal y genital. Normalmente las mucosas son rosadas y húmedas, pero pueden verse pálidas y tersas por una deshidratación, falta de riego o anemias, pueden observarse azuladas por falta de oxígeno o rojas y congestivas por un exceso de actividad cardíaca.

– Grado de hidratación: Se realiza la llamada “prueba del pellizco”, consiste en pellizcar la piel para observar cuánto tarda en volver a recuperar la tersura. Cuanto menos agua exista, más tarda en recuperarse.

– Temperatura: se introduce vía rectal, inclinándolo para que se pegue a la pared. La temperatura normal de un perro y un gato se encuentra en torno a los 38-39º C y se considera preocupante a partir de los 39,5º C.

– Pruebas complementarias de sangre, heces y otros líquidos.

– Endoscopias, ecografías y radiologías.

Síntomas en enfermedades del sistema digestivo en mamíferos

Síntomas más característicos de afecciones en el sistema digestivo en mamíferos:

– Náuseas.

– Diarreas.

– Vómitos: si vienen del estómago son de coloración verdusca por la bilis, pueden ser espumosos o con contenido en sangre (si la sangre es marrón, ha sido digerida en el estómago).

– Regurgitaciones que provienen del esófago.

– Estreñimiento (constipación).

– Disfagia: no pueden tragar.

– Anorexia: No ingiere comida.

– Coquexia: Adelgazamiento extremo.

– Polifagia: Come en exceso.

– Sialorrea o tsialismo: Secreción excesiva de saliva.

– Hematémesis: Sangre en vómito. Si es roja, no está digerida, si es de coloración negra, sí ha sido digerida.

– Melena: sangre en heces.

– Disquecia: dificultad para defecar (no es estreñimiento, problemas en el recto).

– Tenesmo: El animal aprieta pero no consigue expulsar las heces.

– Flatulencias.

Orofaringe

Existe inflamación en diferentes estructuras y reciben diferentes nombres según la ubicación: Estomatitis (Cavidad oral), faringitis (faringe), glositis (lengua), palatitis (paladar), gingivitis (encías que puede desembocar en caídas de dientes o infección de hueso), amigdalitis (amígdalas, en ocasiones se extirpan para evitar problemas futuros). También pueden originarse neoplasias.

Glándulas salivares: se forman mucoceles o sialoceles, que son enquistamientos a nivel de esas glándulas por incapacidad de drenar el líquido hacia la boca. En estos casos, el veterinario trata de drenar de forma normal y si no es posible, extirpa la glándula.

Los síntomas más comunes de este tipo de infecciones son halitosis, sialorrea, inflamación y dolor. La medicación incluye antiinflamatorios y analgésicos.

Dientes

Pueden aparecer enfermedades debido a la dificultad que tienen los animales sobre una higiene dental. Conviene acostumbrarlo desde pequeño a un cepillo de dientes o algunos de los productos dentales. Las enfermedades más corrientes son las caries (actualmente existen dentistas especializados en animales), dientes supernumerarios (más dientes de lo normal, debido a que mantienen los dientes de leche en animales poco desarrollados como las razas toys), roturas dentales y tumores de las encías.

– Enfermedad periodontal: Se forman placas de sarro en la base de los dientes. El sarro es una sustancia marrón y maloliente que causa infecciones y gingivitis. Una acumulación excesiva de sarro puede hacer que los dientes se caigan y además la infección puede extenderse al resto del cuerpo por la sangre. Las causas pueden ser por una dieta inadecuada y falta de higiene.

Esófago

– Cuerpos extraños: comida, huesos u otros objetos que quedan alojados en el esófago y pueden causar obstrucción, inflamación o heridas.

– Neoplasias.

– Hernia de hiato: parte del aparato digestivo sale al tórax causando dolor y reflujo.

– Megaesófago: La contracción muscular del esófago falla y no permiten los movimientos peristálticos de éste, por tanto la comida no puede bajar hasta el estómago y causa regurgitaciones y riesgo de asfixia. Puede ser congénito o adquirido y es un posible síntoma de miastenia gravis. Una solución puede ser la administración de alimentos en vertical, poniendo el comedero en un peldaño de una escalera y favoreciendo que la comida descienda por gravedad al estómago.

Estómago

– Gastritis: Inflamación del estómago debido a patógenos, cuerpos extraños que llega a causar daños, alérgenos tumores o ulceras. Vienen acompañados con náuseas y vómitos que pueden contener sangre.

– Dilatación-torsión gástrica, habitual sobre todo en razas de perros grandes y gigantes. Se produce una acumulación masiva de gas a nivel de estómago, y hace que éste se dilate sin control y pueda girarse sobre sí mismo, privándose a él o a otros órganos adyacentes de irrigación sanguínea.

En el animal, se observa un aumento de la salivación, náuseas y una postura cabizbaja pero en pie, el abdomen va hinchándose progresivamente. Hay que acudir al veterinario antes de una hora o media para evitar la torsión, que complica más gravemente esta patología. El tratamiento es quirúrgico y se suele realizar gastropexia, que consiste en suturar el estómago a la pared del abdomen para evitar futuras torsiones.

Intestino

Según la parte del intestino afectado, se denomina enteritis (intestino delgado) o colitis (intestino grueso). Puede producirse por agentes patógenos, algún cuerpo extraño que entre tanto por vía oral como rectal, tumores, etc.

– Enteritis intestinal inflamatoria: Es una dolencia crónica que daña las mucosas del intestino y se produce por una enfermedad autoinmune. Se trata con corticoides.

– Colitis: Produce diarreas profusas que pueden ir acompañadas por sangre, el alimento pasa rápidamente por el tubo digestivo sin dar oportunidad a absorber nutrientes por lo que se origina un adelgazamiento extremo. Suele venir acompañado de dolor y las heces salen con abundante moco por irritación del intestino grueso. Se trata con protectores de la mucosa, antibióticos, fluido terapia para impedir la deshidratación y dieta suave.

Recto y ano

– Proctitis: Inflamación del recto por cuerpos extraños o patógenos.
Prolapsos rectales: parte del intestino es expulsado por el ano y se cura por cirugía. Esto puede ocurrir por un debilitamiento de las paredes musculares del intestino y del recto o por unas diarreas muy profusas.

– Hernias perineales: Se produce sobre todo en perros adultos y viejos debido a que los aumentos hormonales provocan un aumento de la próstata y ésta se sale.

– Enfermedades de las glándulas anales que se originan por lamerse o rascarse. El líquido que utilizan para lubricar y marcar el territorio se espesa y las glándulas se hinchan causando dolor e hinchazón. Se deben masajear con guantes para eliminar el tapón y soltar el líquido. Si éste no se elimina, se forma un absceso que sale al exterior mediante una herida, es necesario acudir al veterinario, ya que si son muy problemáticas es necesario extirpar.

Hígado

– Infecciones según la zona: hepatitis (hígado), colecistitis (vesícula biliar).

– Cirrosis: Es una enfermedad crónica y degenerativa por el cual las células hepáticas son sustituidas por un componente fibroso y no funcional.

– Shunt portosistémico: puede ser tanto congénito como adquirido y se produce cuando la sangre procedente de la vena porta no se limpia en el hígado por alguna razón, causando que la sangre sucia se incorpore al torrente general. Esto puede derivar en problemas nerviosos por un aumento de amoniaco en sangre y otros problemas de toxicidad.

– Lipidosis hepática felina: Se produce por un acúmulo excesivo de grasas en el hígado causado por obesidad, por un cambio de dieta con alta concentración en grasas de forma repentina, ayuno durante más de dos semanas, mala nutrición o estrés. Los síntomas que produce son depresión, ictericia y deshidratación, hepatomegalia y pérdida de peso. Se debe suministrar medicación y forzar la alimentación controlada.

Páncreas (exocrino)

– Pancreatitis: Inflamación del páncreas que hace que se produzca un aumento del jugo pancreático que deriva en un autodigestión del páncreas y de órganos adyacentes. Suele darse cuando se ingiere una cantidad excesiva de grasas y deriva en depresión, deshidratación e inflamación. Para valorar si existe una pancreatitis, el veterinario analiza las proteínas pancreáticas en sangre, concretamente la PLI canina o la PLI felina.

– Insuficiencia pancreática exocrina: es lo contrario a la pancreatitis, la digestión de grasas se ven impedidas y el animal come compulsivamente aún sufriendo pérdida de peso.

Bazo

Reacciones defensivas que inflaman el bazo pudiendo darse torsión denominada esplénica. También puede verse afectado por tumores.

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