La gestación de la perra tiene una duración aproximada de 63 días, no obstante, el parto de la perra puede adelantarse o atrasarse en función de otros factores (raza, número de fetos, montas realizadas…). Durante todo ese tiempo es conveniente que alimentemos a nuestra mascota con un pienso especial para hembras gestantes, son ricos en proteínas y calcio y nos ayudará a aportar todos los nutrientes que la futura can precisará durante su embarazo. Si no disponemos de ese pienso especial, podemos ofrecerle una alimentación balanceada de cachorro, también cuenta con los nutrientes que va a requerir la perra durante el transcurso de su preñez.
Es necesario, para el buen desarrollo de los fetos, que la perra se encuentre bien desparasitada; al mismo tiempo, debe de estar suficientemente inmunizada frente a las principales enfermedades caninas: parvovirosis, moquillo, hepatitis, parainfluenza, leptospira…. El veterinario de elección establecerá un programa de vacunación, que es totalmente imprescindible para el buen fin de la reproducción canina. Obsérvese que la inmunización de la madre se transmitirá a su futura prole y es obvio que si carece de ella podrá peligrar la camada esperada.
A medida que trascurren los días de gestación, la perra experimenta un aumento de peso y las mamas van aumentando de tamaño. Los perros crecen lentamente en la primera etapa del embarazo y será a partir de las tres últimas semanas de gestación cuando empiecen a desarrollar un crecimiento más veloz.
El parto de la perra tiene una duración media de 12 horas, aunque puede prolongarse hasta las 24 horas o incluso un poquito más. Sabremos que llega el momento del parto, ya que la perra se siente más agitada, escarba para construir su cubil y desciende su temperatura corporal, concretamente será igual o inferior a 37º. Es un indicador que nos ayudará a advertirnos que faltan escasas horas para el inicio del parto.
Tras la expulsión de cada cachorro, se produce también la expulsión de la placenta; por lo general la perra es autosuficiente, aunque sea primeriza: se encarga de limpiar y cortar el cordón umbilical, también ingiere las placentas. No obstante, existen razas de perros que pueden presentar ciertas dificultades en el parto y la ayuda del veterinario es crucial si queremos mantener en óptimas condiciones de salud tanto a la hembra como a su futura prole.
Es conveniente molestar al animal lo menos posible, ya que si se estresa, puede retener a los cachorros y alargar la duración del parto, con el consiguiente perjuicio tanto para el animal como para los neonatos.
Si observamos dificultad en la expulsión de los cachorros o una duración excesiva del parto, debemos contactar con el veterinario para que auxilie a nuestro cánido.
Deja una respuesta