Índice de este artículo
Con su notable parecido al Faraón Hound, este perro con morfología de lebrel o galgo mediano a grande llamado podenco ibicenco, desciende de los perros que acompañaban a los habitantes del antiguo Egipto, es dueño de una anatomía diseñada para la caza. Pese a su morfología, está evaluado en el grupo 5, al igual que ocurre con el resto de podencos, y en la sección 7, que agrupa a los perros de caza primitivos.
Su llegada a España se debió a la serie de invasiones de las que fue objeto el país. La raza tiene su origen en Formentera, Mallorca, Menorca e Ibiza. Su estándar definitivo fue aprobado el 26 de mayo del año 1982.
Características del podenco ibicenco
Como raza grande-mediana que es, a nivel internacional la altura del podenco ibicenco tiene un promedio de 66 cm, pudiendo ser 6 cm de más o menos. Sin embargo, dentro de España, puede llegar a medir hasta 74 cm. El peso alcanza una media de 23 kg. Su pelaje varía entre corto, largo, liso y duro y el color puede ser rojo, rojo y blanco o blanco. Puede vivir hasta los 14 años de edad.
Posee una cabeza delgada y alargada, en la que aloja un hocico también largo y con forma puntiaguda, coronado con una trufa color carne que se asemeja al color de su manto. Tiene mordida de tijera, ya que los incisivos superiores quedan por delante y en contacto con los inferiores. Su stop no está completamente bien definido. Sus ojos son almendrados en su forma y el color es ámbar claro. Las orejas del podenco ibicenco son de tamaño grande, erectas y dueñas de una notable movilidad.
La cola llega hasta debajo de los corvejones y es fina y larga. Cuando expresa emociones positivas, pone la cola en alto.
Sus contornos son perfectos, bien definidos y gráciles. Ostenta una musculatura fuerte, la cual le permite llevar a cabo un trote en suspensión. La gran velocidad que alcanza en distancias largas lo hace perfecto para la caza. No obstante, es necesario que el podenco ibicenco pase por un riguroso entrenamiento.
Carácter y personalidad
Esta raza tiene la particularidad de necesitar un espacio propio, el cual deberá ser respetado por sus dueños. Aunque pertenezca a un cálido grupo familiar con el que se profesen mutuo cariño, es inevitable que salga a la luz la tendencia del podenco ibicenco de permanecer en solitario dentro de la misma casa en la que habita. Esto lo hace ser un perro frío y reticente a los mimos en exceso. Con respecto a los extraños, es un perro muy reservado con ellos.
Este can tiene increíbles dotes para el escapismo. Es capaz de abrir pestillos de puertas, por lo que habrá que tener mucho cuidado con aquellas que conecten directamente a la calle si es que no están trancadas.
Puede alcanzar velocidades increíblemente rápidas en pocos segundos, por eso es que hay que tenerlo muy bien controlado y en un espacio a prueba de escapes.
De este modo, podemos deducir que no es la mascota ideal para oficiar de perro de compañía, sino que su uso ideal es la caza.
Si bien no es nervioso, hiperactivo ni mucho menos agresivo, no puede resistir la tentación de perseguir y atrapar cualquier animal que se mueva y, como ocurre con todos los demás podencos, nos avisará (latir) a través del ladrido que está persiguiendo a un gato o cualquier otro animal pequeño.
Cuidado con los niños y otras mascotas
El podenco ibicenco es un perro de manada, lo cual hace que sea estrictamente necesario que comprenda que los líderes en este caso son las personas, incluso los niños. Si el perro nace en un ambiente con niños, no habrá inconvenientes. No obstante, no será lo mismo cuando el niño llega a “su” territorio o cuando hay visitas infantiles en la casa.
En estas situaciones, lo que hay que hacer es llevar a cabo la presentación de forma muy cuidadosa, asegurándose de que el niño es querido y debe ser cuidado y respetado. Por su parte, el niño también deberá respetar al podenco ibicenco y nunca utilizarlo como juguete.
Sucederá de igual modo con otras mascotas que quieran ser introducidas en la casa. Siempre serán los adultos los encargados de llevar a cabo la presentación y supervisar la interacción.
Salud y mantenimiento
La primera consideración a tomar en cuenta es que necesitan espacio para correr a diario. Si no se cuenta con el mismo en casa, será necesario sacarlo para que se ejercite tres o cuatro veces al día.
Su salud es relativamente fuerte, pero hay aspectos a tomar en cuenta. Por un lado, está el tema de la sordera, tanto a nivel unilateral como bilateral. Algunos ejemplares de la raza desarrollan este mal a las 6 semanas y no hay cura posible.
La epilepsia es otra enfermedad común en la raza podenco ibicenco, las alergias, la intolerancia a ciertos anestésicos y las reacciones a las inyecciones y a los insecticidas.
Por otro lado, está latente la posibilidad de desarrollar displasia de cadera en la edad adulta, luxación rotuliana, distrofia axonal y testículos que no descienden.
Uso en la caza del podenco ibicenco
El podenco ibicenco usa todos sus sentidos en la caza, ya que ha nacido para esta actividad. Además de ello, su anatomía atlética le permite perseguir hasta la presa más veloz. Es un excelente cobrador de presas de pelo y de pluma, resultando muy eficiente en la caza acuática también. La caza estrella para ellos es la del conejo. También es utilizado en caza mayor como perro de jauría, aunque las hembras son más efectivas que los machos para este fin.
Otras denominaciones
Ca Eivissec, Xarnelo, Mayorquais, Charnegue, Charnegui, Mallorquí y chien de Baleares.
Deja una respuesta