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El perro podenco andaluz nos trae a colación la famosa premisa de Darwin, quien aseveró que sólo sobreviven los ejemplares de cada especie que mejor se adapten al medio. Su presencia en los cotos de caza no sólo respalda el pensamiento del naturalista inglés, ya que en la actualidad sólo podemos ser testigos de los más aptos para la caza, puesto que son los únicos que han subsistido, sino que también representan una advertencia para el Hombre: ellos pueden sobrevivir sin nosotros.
Esta raza canina es perfectamente capaz de sobrevivir por sí misma sirviéndose únicamente de la caza en sitios en donde esta prolifere.
Ficha técnica
Este perro es originario de España, con tres variedades en función del tamaño: talla grande, pequeña y mediana. Su altura y peso están condicionado a la variedad en cuestión, concretamente los pequeños miden entre los 32 a 42 cm, con un peso promedia de 3-8 kilogramos. Los medianos mantienen una altura a la cruz de entre 42 a 53 cm y un peso de 6-16 Kg, finalmente los de talla grande miden entre 53-64 cm y el peso ronda entre 27-6 Kg. En todos los casos, las hembras son más pequeñas que los machos.
Son canes longevos, de hecho con buenos cuidados pueden vivir hasta los 15 años de edad. Su pelaje se presenta igualmente en distintas variedades, como así se detalla más específicamente en la características que reviste el podenco andaluz.
El podenco andaluz es reconocido como raza por la Real Sociedad Canina Española en el año 1992, integrándolo en el Grupo V, que cataloga a los perros tipo Spitz y primitivos, concretamente la sección 7 es la que agrupa a los perros tipo primitivo.
Características físicas del podenco andaluz
Dueños de un cuerpo corto, de fuertes músculos, especialmente en la zona dorsal y lumbar, este perro está diseñado para realizar movimientos tan rápidos y bruscos que son capaces de generar inacción en la presa que tenga en su mira. No se destaca por su velocidad, pero sí por sus súbitos y eficientes movimientos, lo cual es fundamental a la hora de desempeñarse eficazmente en la caza.
Su pecho es ancho y la cabeza sigue el patrón de los perros salvajes al presentar una morfología de tronco de pirámide y es conveniente que su stop cuente con una pronunciación leve. Es importante que sus ojos no sean demasiado sobresalientes, ya que esto reducirá el riesgo de que se dañe al penetrar en espesos matorrales.
Sus ojos son color miel. En caso de que los tenga azules, es una posible señal de que el perro sea albino, el cual es uno de los considerados defectos de estos canes.
El hocico es más corto que la medida que correspondería a la mitad de la cabeza y su mandíbula es recta.
Su cola es arqueada y no debe ser más larga que el corvejón.
En cuanto al color, el podenco andaluz es de manto canela o blanco (si es de este último tono y sus ojos son azules, entonces es albino).
Se presentan en los tamaños grande, mediano y pequeño. Existe otra forma de catalogar al podenco andaluz y esta es de acuerdo al pelaje. Por un lado, tenemos al de pelo cerdeño o duro, la variedad de pelo sedoso y largo, y el que presenta pelo liso o corto.
Carácter del podenco andaluz en la vida cotidiana
Cuando este perro no está en situación de caza, es común verlo tranquilo y descansando. Se comporta de forma festiva con su dueño, siguiéndole alegremente los juegos propuestos. Con los niños es realmente inofensivo, aunque debe ser cauteloso con los extraños de acuerdo a su genética, ya que es un perro que no debe permitir que se le acerquen personas que no conoce.
Comportamiento en la caza
Esta raza pertenece a la categoría de levantador de pieza, lo que quiere decir que entra hasta el escondite de la presa, la captura o persigue y la lleva hasta donde el cazador pueda hacerse con ella.
El sentido que más utilizan al momento de cazar es el oído, lo cual puede hacer gracias a sus grandes y puntiagudas orejas que siempre mantiene alerta.
Su carácter es rústico, aguerrido y valiente, lo que lo convierte en un perfecto cazador tanto de presas medianas a pequeñas, como el conejo y el zorro, así como también del imponente jabalí. Por supuesto que las aves constituyen una presa fácil para el podenco andaluz.
Son de rápido aprendizaje, así es que sabrán manejarse en el área de caza como si fuera su propio hogar, con tan sólo haber ido al sitio unas pocas veces.
Suelen conformar grupos de un promedio de veinte ejemplares cuando se organiza una caza mayor y, dependiendo del tamaño del canino, es que se le asignará una posición frontal o de punta.
Características de su alimentación
El podenco andaluz es un perro que come poca cantidad de alimento, por lo que resulta un animal económico desde el punto de vista de su manutención. A este hecho se le suma el que es muy resistente a las enfermedades.
Es tan mesurado para alimentarse, que muchos dueños primerizos de esta raza suelen preocuparse, incluso llegan a pensar que su perro no come lo suficiente por estar enfermo.
El podenco como perro guardián
A lo largo de la evolución de la raza, el Hombre se ha servido de la desconfianza y del carácter un tanto hostil que estos ejemplares presentan ante los extraños, para utilizarlos como perros guardianes del hogar. A su vez, la adaptación que ha presentado a la complicada geografía de su zona de origen, lo ha convertido en un perro de óptimas condiciones para ejercer dicho rol.
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