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La epilepsia en perros es uno de los problemas neurológicos crónicos más frecuente, siendo la causa de más del 50% de los casos de convulsiones en estos animales. Aunque se desconoce la prevalencia real de esta enfermedad en los perros, se estima que cerca de uno de cada 120 o 130 de ellos la padece.
Una crisis de epilepsia en perros es un suceso transitorio que se produce debido a la actividad neuronal excesiva en el cerebro y/o en el diencéfalo. Durante el mismo se presentan movimientos tónicos o tónico-clónicos (convulsiones), y también pueden presentarse otras señales no motoras como salivación, pérdida del control de los esfínteres y dilatación de las pupilas. El animal está inconsciente durante gran parte del ataque epiléptico.
¿Por qué se produce la epilepsia en perros?
Poco se conoce acerca de la etiología de la epilepsia en perros, las crisis se producen por descargas excesivas de un grupo de neuronas en diferentes circunstancias. Según el Grupo de Trabajo Internacional de Epilepsia Veterinaria (IVETF, por sus siglas en inglés) la epilepsia puede ser ideopática o estructural.
Epilepsia estructural en perros
La causa de la crisis de epilepsia en perros, en este caso, es una patología específica del cerebro, la cual puede ser una malformación durante el desarrollo, un proceso inflamatorio o infeccioso, un traumatismo intracraneano, alteraciones vasculares, tumores o procesos degenerativos.
La determinación de la causa exacta del mal, en estos casos puede lograrse mediante el análisis de imágenes de rayos X, tomografías, resonancias, entre otras, así como por el análisis del líquido cefalorraquídeo, pruebas de ADN o incluso por necropsia.
Cuando las crisis son recurrentes, puede pensarse en una epilepsia estructural progresiva, como procesos degenerativos, tumores o edemas que incrementan su tamaño con el tiempo.
Epilepsia ideopática en perros
Se denomina epilepsia ideopática cuando no existe una patología subyacente responsable conocida. Los avances en bioquímica y genética han demostrado un fuerte componente genético de esta dolencia, sin embargo, aparentemente se debe a múltiples genes que actúan solos o interactúan entre sí, lo cual dificulta su detección.
Debido a ello, la IVETF subdivide la epilepsia ideopática en perros en tres categorías: genética, cuando se ha comprobado el gen responsable de la epilepsia; genética sospechada, cuando la frecuencia de aparición de la epilepsia en razas determinadas es superior a la prevalencia media para perros en general (aproximadamente 2%); de causa desconocida, cuando no hay datos para sospechar una base genética, ni genes o patologías subyacentes conocidos.
Síntomas de la epilepsia en perros
El síntoma más característico de la epilepsia en perros lo representa los episodios de convulsiones que deben ser recurrentes y generalmente son autolimitados en cuanto a su duración, y pueden ser parciales (focales) o generalizados.
Un episodio epiléptico consta de diversas fases:
1.- Prodromo: es la etapa previa al ataque epiléptico, se manifiesta como un cambio en la conducta o temperamento del perro, y que puede durar entre varias horas y días e incluyen intranquilidad, ansiedad, irritabilidad o búsqueda de atención. En algunos casos puede pasar desapercibido.
2.- Aura: también denominada fase preictal, en esta ya existe la sensación del inicio de las convulsiones aunque aún no haya manifestación observable de las mismas, y se deben al inicio de las descargas neuronales anormales. Se presenta en las convulsiones generalizadas, pero no en las focales. Su duración aproximada oscila entre minutos y horas.
3.-Fase ictal: es la etapa convulsiva propiamente dicha. En esta fase la descarga neuronal se difunde por ambos hemisferios y se producen las convulsiones, con manifestaciones motoras bilaterales. Puede o no estar presidida por convulsiones focales. Se producen movimientos espasmódicos involuntarios, hay pérdida de consciencia y pérdida del control de los esfínteres. Su duración generalmente no excede de unos minutos.
4.- Fase posictial: con posterioridad a la fase ictial viene un periodo de tiempo en el cual el animal muestra fatiga, desorientación, pérdida temporal de la visión, que puede demorar horas o días en volver a la normalidad. El animal también puede marchar en círculos, mostrar apetito y sed excesivos o signos de demencia temporal.
Secuelas de las convulsiones en perros
Las convulsiones epilépticas suelen durar entre pocos segundos hasta pocos minutos y los síntomas de la fase posictal pueden durar varias horas, e incluso días en desaparecer, pero si persisten en el tiempo, pueden ser signos de que ocurrió una lesión estructural en el cerebro.
Esto último es más probable que ocurra cuando la duración de las convulsiones supera los veinte minutos (aunque algunos autores disminuyen este tiempo a cinco minutos), o cuando ocurren dos ataques convulsivos consecutivos sin que el animal haya recuperado la conciencia entre un episodio y otro.
El ataque causa cambios en la permeabilidad de las paredes celulares de las neuronas, en su potencial eléctrico u otras modificaciones estructurales, que de prolongarse demasiado ocasionan la disfunción de las neuronas e incluso su muerte en determinadas áreas del cerebro.
De no tratarse medicamente, se compromete no solo la calidad de vida de las mascotas, sino su propia vida misma.
Tratamiento de la epilepsia en perros
Hasta la fecha no existe cura contra esta enfermedad, ni medicamento que prevenga el desarrollo de esta enfermedad. Todos los tratamientos existentes son para atacar los episodios convulsivos, para mejorar la calidad de vida del animal y para evitar las secuelas de los mismos.
Los medicamentos anticonvulsivos no son efectivos en todos los casos o, en ocasiones, el animal puede dejar de responder satisfactoriamente a un tratamiento específico, produciéndose entonces lo que se conoce como epilepsia refractaria.
La primera opción en el tratamiento de la epilepsia en perros es el fenobarbital, un anticonvulsivo que ha mostrado su eficacia en cerca del 80% de los casos en que ha sido empleado. Sin embargo posee un efecto sedante-hipnótico y también puede causar daños en el hígado.
Entre otros fármacos que han sido empleados en el tratamiento de esta patología se incluyen el bromuro de potasio, el cual es considerado como primera opción cuando ocurre epilepsia refractaria al fenobarbital; benzodiacepinas (diacepam, clonazepam, entre otras), indicadas de emergencia en ataques muy frecuentes o de larga duración; fenitoína y primidona.
En todo caso, el propietario de la mascota debe acudir de urgencia a una clínica veterinaria cuando aprecie cualquier síntoma de esta patología, de lo contrario, las convulsiones no cesarán comprometiendo la salud del cánido.
Te sugiero que también hagas una lectura de este tema: Problemas neurológicos en perros y sus diferentes formas clínicas
Referencias
– G. Goiz-Márquez, S. Caballero, H. Solís & H. Sumano (2008). Epilepsia en perros. Veterinaria México, 39(3): 279-321. Disponible online en: scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0301-50922008000300005
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– Y. Chang, D.J. Mellor & T.J. Anderson (2006). Idiopathic epilepsy in dogs: owner’s perspectives on management with phenobarbitone and/or potassium bromide. Journal of Small Animal Practice, 47: 574-581
– A. Jaggy & M. Bernardini (1998). Idiopathic epilepsy in 125 dogs: a long-term study. Clinical and electroencephalographic findings. Journal of Small Animal Practice, 39: 23-29.
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