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Los dinosaurios fueron reptiles espectaculares que dominaron la Tierra hace más de 150 millones de años. Se han popularizado por el interés que muestran las personas ante estos curiosos y llamativos animales, podemos encontrar información en numerosos medios: libros, textos de enseñanzas, cine, documentales… Existieron gran variedad de especies, adoptaron multitud de formas, colores y tamaños, muchos eran depredadores carnívoros, aunque también convivieron con multitud de ejemplares herbívoros. Su extinción se produce como consecuencia de una serie de desastres de tipo ambiental que surgieron hace 65 millones de años.
La palabra dinosaurio significa “lagarto terrible” es un neologismo formulado por un gran experto en el estudio de fósiles, nos referimos al prestigioso biólogo y paleontólogo Richard Owen.
Características de los dinosaurios
Entre las características de los dinosaurios es preciso destacar que eran reptiles con columna vertebral, poseían cuatro patas, las delanteras más cortas que las traseras. La mayoría eran ejemplares bastantes ágiles, podían andar de forma rápida incluso saltar con facilidad gracias a la disposición y el tamaño de sus patas traseras. Muchos reptiles presentaban un cuerpo recubierto de escamas, incluso existían aquellos que su cuerpo estaba recubierto de plumas como es el caso del Sinosauropterix.
Se desconoce si estos reptiles eran de sangre fría o caliente, aunque muchos expertos mantienen una postura claramente a favor de considerarlos reptiles de sangre caliente, basan sus suposiciones en la manera de bombeo de su corazón, así como la facilidad de retener calor y que éste se mantenga constante, sobre todo en aquellos que alcanzaban enormes dimensiones; incluso los de menor envergadura se caracterizaban en desplazarse con movimientos rápidos, además de tener un cerebro bastante grande, pautas que se dan en animales de sangre caliente.
Existieron dinosaurios de grandes envergaduras, de hecho algunos llegaron a medir 50 metros de largo, los más pesados podían alcanzar un peso de hasta 100 toneladas y los más altos mantuvieron una altura de hasta 12 metros, aunque también convivieron con especies de pequeño tamaño, las cuales alcanzaban una altura de entre uno o dos metros cuando llegaban a la edad adulta.
Extinción de los dinosaurios. Era mesozoica
La era mesozoica comprende tres periodos: triásico, jurásico y el cretácico.
Los primeros dinosaurios existieron hace 230 millones de años, al final del periodo triásico. Se tiene constancia que fue en Argentina donde aparecieron los primeros ejemplares, con posterioridad fueron evolucionando y expandiendo por todos los continentes, aunque nuestro planeta no estaba distribuido como lo conocemos en la actualidad, ya que durante el periodo triásico estaba formado por una gran masa de tierra sin separación entre continentes a la que se denominó Pangea. El clima de aquella época era cálido y seco.
Con posterioridad, en el periodo jurásico, el planeta comenzó a ser más húmedo, algunas masas de tierra se abrieron, surgieron pequeños mares y las plantas fueron más abundantes; se formaron amplias áreas de bosque y praderas, con lo que favoreció el incremento en cuanto al número de dinosaurios.
Al final del Cretácico se produjo la extinción de los dinosaurios, al igual que muchas especies de animales y plantas; no se sabe a ciencia cierta la causa que provocó ese desastre masivo, aunque los científicos barajan algunas hipótesis; un sector científico sostiene que el impacto de algún meteorito originó una gran lluvia radiactiva en el planeta, otros manifiestan que fue un periodo de gran actividad volcánica, el polvo y los gases, efecto invernadero, ocultaban la luz solar e impedía el desarrollo de muchos seres vivos. Sea cual fuere la causa, lo cierto es que concluyó con la extinción de los dinosaurios dando paso al periodo paleógeno y la evolución de los mamíferos.
Sus hábitos y costumbres
Teniendo en cuenta la gran variedad de especies existentes en la era mesozoica, sus hábitos y costumbres fueron muy variados; existieron dinosaurios terópodos, caracterizados por ser animales carnívoros, normalmente para abatir a sus presas disponían de dientes muy afilados y garras que le habilitaban para agarrar y dar muerte a sus presas. Depredaban dinosaurios herbívoros y otras animales existentes en la época, muchos cazaban en grupo y así se aseguraban con más facilidad el éxito en la caza de presas.
Junto con los anteriories convivían los saurópodos, que eran animales herbívoros, muchos alcanzaron dimensiones muy grandes y prácticamente ningún animal se atrevía a luchar con ellos. Los ornitisquios eran reptiles de menor tamaño y se convirtieron en una presa fácil para los terópodos.
Los herbívoros desarrollaron medios de defensa para defenderse de sus depredadores, así tenemos: los que disponían de una potente cola, a modo de látigo, que intimidaba en muchas ocasiones a sus enemigos; otros poseían enormes cuernos; también existían reptiles con garras muy afiladas; incluso muchos ejemplares mantenían un cuerpo recubierto de placas óseas, que impedían las mordeduras de los temibles terópodos. Todo ello sin olvidar el gran desarrollo de los sentidos que disponían muchos herbívoros de la época, que les facultaba para detectar a sus depredadores con facilidad y poder huir del lugar antes de ser devorado.
En lo referido a sus movimientos, destacar que existieron dinosaurios bípedos, cuadrúpedos e incluso algunos desarrollaron una forma de andar especial, ya que podían hacerlo con las dos o las cuatro patas, como es el caso del Iguanadon.
Algunas especies eran arborícolas en la medida que disponían de buenas facilidad para trepar entre los árboles, otros incluso permanecían en madrigueras que construían debajo de la tierra.
La reproducción de los dinosaurios
Estos reptiles eran de reproducción ovípara, normalmente ponían los huevos en nidos que construían cavando una pequeña cavidad en el suelo, aunque los ejemplares grandes solían construir nidos de tierra de hasta dos metros de altura; por consiguiente las formas y características de los nidos es variada en función de la especie, al igual que los huevos que ponía cada ejemplar; la puesta oscilaba de media en unos 20 huevos, estos podrían ser en forma redondeada u ovalada, sus dimensiones también eran variadas en función del tipo de dinosaurio, desde escasos centímetros hasta más de 35 cm de longitud.
Las crías, en algunas especies, estaban capacitadas para abandonar el nido tras la eclosión y empezar a buscar alimentos por sí solos, en otros ejemplares, como es el caso de los Maiasauras, permanecían por un tiempo en el nido, alimentándose con la ayuda de los padres hasta que estuviesen en condiciones de abandonar la nidada.
Alimentación de los dinosaurios
La alimentación de los dinosaurios era muy variada, como mantuvimos con anterioridad los terópodos eran grandes carnívoros, se alimentaba de dinosaurios herbívoros y de otros animales como reptiles voladores o mamíferos mesozóicos, incluso los expertos mantienen que muchas especies practicaban el canibalismo. Los herbívoros consumían vegetales existentes en la época. También existieron especies omnívoras que podían comer una gran variedad de alimentos en su dieta.
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