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Su nombre significa “muchas espinas”, lo cual hace alusión a las notables púas que coronaban su dorso entero. Vivió hace ciento treinta millones de años, es decir a comienzos del período cretáceo, en la zona que hoy conforma el Reino Unido y España. El Polacanthus tenía ciertas características únicas que hoy queremos compartir contigo.
Características físicas del Polacanthus
Las dos toneladas del Polacanthus se distribuían a lo largo de sus cuatro o cinco metros. Las placas óseas protegían su cuerpo de los depredadores que lo asechaban y combatían con él, tal como ocurría con todos los del grupo (infraorden) Anquilosaurios (Ankylosauria), especie a la que este dinosaurio también pertenecía.
Se trataba de un dinosaurio cuadrúpedo, de contextura fornida y con extremidades cortas pero muy potentes y fuertes, las posteriores más grandes que las anteriores.
Su pelvis era una estructura digna de destacar, ya que contaba con pequeñas placas y espinas óseas. Se cree que las espinas se distribuían a los costados del dinosaurio.
El Polacanthus era un gran corredor, pero además de ello, le era muy conveniente su capacidad para agazaparse y aprisionarse contra el suelo. Esta posición dejaba todas sus espinas hacia arriba y su depredador no podía darlo vuelta para calar profundo en su parte más sensible: el abdomen. No obstante, este dinosaurio también supo defenderse de forma más activa que solamente confiar su integridad a la coraza que lo protegía.
Otra parte de su anatomía que le permitía defenderse era su cola. Esta era rígida y podía ser impulsada con fuerza para barrer y atacar a cualquier depredador que pudiera querer atacar al dinosaurio.
Sus dientes eran pequeños pero muy filosos, lo que le permitía triturar los alimentos de forma muy eficiente, mientras que un pico era el responsable de cortarlos.
Datos sobre su alimentación
Debido a la falta de habilidades para cazar, el Polacanthus tuvo que conformarse con una dieta herbívora, la cual obtenía en los bosques en los que solía vivir y que se componía de frutos, de plantas, tal como el helecho, y de raíces. También le era imposible acceder a los frutos y a la vegetación que se encontraba más alta que su cabeza, ya que su anatomía le impedía llevarla a más allá de un metro y medio del suelo.
Hábitat en el que vivió
Dado que necesitaba de una abundante vegetación para poder subsistir, eligió el clima cálido y lluvioso, de modo que se pudiera asegurar la existencia de alimentos durante todo el año.
El agua salobre también era parte de su hábitat, ya que al regar las orillas de los lagos que se formaban en la cuenca de Wessex hacía crecer la vegetación que el Polacanthus necesitaba para alimentarse.
Restos hallados
Nunca se llegó a hallar un esqueleto completo, sino que solo se encontró una parte del cráneo, las vértebras dorsales, parte de la pelvis, vértebras pertenecientes a la zona del cuello, la armadura, la extremidad trasera izquierda y una parte de la derecha, algunas de sus púas y ciertas vértebras que formaban parte de su cola.
El Museo Británico de Historia Natural adquirió dichas partes para poder exhibirlas.
Sus primeros restos se atribuyen al paleontólogo William Fox que los descubrió en el año 1985 en Inglaterra.
En la actualidad su taxonomía es la siguiente:
Reino: Animalia, animales
Filo: Chordata, cordados
Clase: Archosauria, arcosaurios
Superorden: Dinosauria, dinosaurio
Orden: Ornithischia, ornitisquios
Familia: Nodosauridae, nodosáuridos
Género: Polacanthus
Existe una especie reconocida y denominada Polacanthus foxii en honor a su descubridor.
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