Índice de este artículo
¿Qué es el exoesqueleto?
En este tema estudiaremos el exoesqueleto de invertebrados, una estructura que a determinados grupos le aporta protección y sostén.
La evolución ha llevado a los seres vivos a través de los años a muchas adaptaciones para lograr el éxito reproductivo y la supervivencia; cuando pasamos de un individuo unicelular a uno pluricelular, una de las circunstancias a resolver es otorgarle un soporte o sostén y mantener la forma o la estructura de ese grupo de células, y a medida que se avanza en complejidad, a ese grupo de tejidos que conforman el cuerpo, por ello, en los animales aparece el esqueleto y la musculatura como sistema de sujeción para resolver esta problemática.
En el caso del esqueleto, existen dos tipos fundamentales en función de la ubicación en el cuerpo, de esta manera, podemos definir al exoesqueleto o esqueleto externo, como aquel que se encuentra recubriendo el cuerpo de manera continua y cuya función principal es la protección, además de la función de soporte que ya ha sido mencionada; en el interior del exoesqueleto se inserta a musculatura y éste se origina por lo general del tegumento.
El exoesqueleto está presente en algunos seres vivos, como ciertos protistas y en varios fila de animales considerados invertebrados o carentes de columna vertebral y debido a la naturaleza de su composición o rigidez limita el crecimiento del animal, por lo tanto, los animales que poseen exoesqueleto, por lo general son pequeños, en cuanto a tamaño se refiere.
Diversidad de invertebrados con exoesqueleto
El exoesqueleto o esqueleto externo lo podemos encontrar en diversos tipos de animales invertebrados, aunque algunos de estos animales carecen por completo de estructuras esqueléticas. De esta manera, podemos mencionar a los siguientes invertebrados como ejemplos de animales poseedores de exoesqueleto protector: algunas esponjas (filo Porífera), algunos corales (filo Cnidaria), briozoos (filo Bryozoa), braquiópodos (filo Brachiopoda), varios tipos de moluscos (filo Mollusca) y en todos los artrópodos (filo Arthropoda).
En las esponjas, aunque sus espículas esqueléticas se encuentran generalmente en la parte interna del animal, en algunos casos éstas pueden trasladarse hasta el exterior del cuerpo del porífero, ocasionándole mayor rigidez y dureza. Investigaciones recientes han descubierto que en algunas esponjas como Hemimycale columella, el exoesqueleto mineral protector se produce por la secreción de bacterias que habitan en simbiosis con ellas.
Algunos autores también consideran a algunos poliquetos (filo Annelida) con exoesqueleto, pero existe controversia, ya que en ciertos casos el exoesqueleto no es producido por el animal sino producto de las secreciones cuticulares unidas a los granos de arena o el lodo, lo que hace que se endurezca y mejore las condiciones de protección del gusano.
Composición del exoesqueleto de los invertebrados
Como los invertebrados son animales tan diversos que proceden de diferentes líneas evolutivas, la composición del exoesqueleto de cada uno de ellos varía de un tipo a otro, puede estar formado por compuestos orgánicos y/o minerales, lo que les confiere mayor o menor grado de rigidez, ya que algunos son más blandos, mientras que otros pueden llegar a ser pétreos. Así, podemos encontrar exoesqueleto de invertebrados de naturaleza cálcica, quitinosa o de sílice como las principales variantes de la composición.
Exoesqueleto de invertebrados del filo Cnidaria
Dentro del phyllum Cnidaria existen algunos corales que poseen exoesqueleto constituido por carbonato de calcio, como lo son los corales pétreos del orden Scleractinia de la clase Anthozoa.
Este esqueleto externo se produce a nivel de la epidermis del invertebrado y tiene como función principal la protección de toda la colonia de corales. En otros cnidarios, como algunos pertenecientes a la clase Hydrozoa, específicamente al orden Anthoathecata, el exoesqueleto es de naturaleza quitinosa y aparece recubriendo nada más la parte basal del animal.
Exoesqueleto de invertebrados braquiópodos y moluscas
En algunos invertebrados el exoesqueleto se desarrolla a modo de una concha protectora, tal es el caso de los animales pertenecientes a los fila Brachiopoda y Mollusca, aunque no todos los ejemplares los poseen.
En el exoesqueleto de invertebrados del phyllum Brachiopoda, las valvas de la concha pueden ser de naturaleza calcárea, puede estar constituida de fosfato de calcio con quitina o puede ser calcárea con algo de magnesio; por su parte el exoesqueleto de algunos moluscos como los bivalvos está hecho de carbonato de calcio, y en este phyllum se presentan variedad de formas, espesores, diseños y colores.
Exoesqueleto de invertebrados tipo artrópodos
En el caso de exoesqueleto de invertebrados artrópodos, el exoesqueleto está formado por un compuesto denominado quitina, el cual es un polisacárido bastante rígido, por lo cual le confiere protección a este tipo de animales, a su vez, este exoesqueleto les brinda ligereza y flexibilidad para permitirles todo tipo de movimientos, incluyendo el vuelo.
El esqueleto externo de los artrópodos presenta la particularidad que es articulado y se encuentra dividido en varias placas o fragmentos que se encuentran unidas a través de membranas flexibles, las regiones duras se denominan escleritos.
El exoesqueleto de invertebrados artrópodos ha permitido su gran variabilidad y su éxito evolutivo, no obstante, presenta una desventaja, y es que limita las dimensiones posibles, por eso, los artrópodos son de pequeño tamaño y para lograr crecer y desarrollarse tienen que recurrir a lo que se conoce con el nombre de muda.
Referencias
- – Alvarez, E.; Emig, C.; Roldan, C.; Vieitez, J. (2005)
- – Genzano, G.; Schiariti, A.; Mianzan, H. (2014)
- – Money, S. (1972)
- – Pérez, J.; García, A. (2009)
- – Uniz, M.; Agell, G.; Blanquer, A.; Turon, X.; Casamayor, E. (2012)
- – Zumbado, M.; Azofeifa, J. (2018)
Deja una respuesta