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Esencialmente, para que nuestro gato goce de buena salud, debemos de procurarle una buena higiene, tanto corporal, como en los espacios o dependencias en las que transita; deberá de gozar de una alimentación equilibrada y con componentes de muy buena calidad. Además evitaremos en la medida de lo posible situaciones de estrés en el felino.
Con el tiempo conoceremos los hábitos regulares de nuestro gatito, sabremos cuales son sus necesidades en cada momento, eso nos ayudará a advertir anomalías o cambios de conducta en su comportamiento.
El control veterinario
Es de suma importancia, en el momento de adquirir un gatito, percatarnos de que se encuentra en buen estado de salud, nos cercioraremos si se le han suministrado los correspondientes vermicidas para su desparasitación; además deberemos informarnos si cuenta con las oportunas dosis de vacunación. Todo ello ha de reflejarse en la cartilla sanitaria que nos entreguen tras la adquisición del animal.
Con independencia de lo anterior, es fundamental la visita al veterinario, así explorará exhaustivamente al gatito, velará por su estado de salud y se encargará de asesorarnos sobre el cuadro de vacunación que ha de precisar durante el resto de su vida.
Para la elección de un facultativo de confianza, podemos pedir opinión a amigos o, en su caso, a propietarios de gatos cercanos a nuestra morada, seguramente nos recomendarán alguno que tenga cierto prestigio y reputación en el manejo de felinos. Lo ideal es una clínica con capacidad para atender todo tipo de dolencias que pudiese contraer el gato; además, deberá tener servicios de urgencias 24 horas. Es conveniente que se trate de una consulta ubicada cerca de nuestro domicilio, así estará a nuestro alcance en cualquier momento, también beneficiará al minino y evitará que se incomode y estrese en el caso desplazamientos largos.
Vacunas para gatos
Las vacunas para gatos protegen al felino de muchos agentes patógenos, ya que lo inducen a fabricar anticuerpos. Se trata de que su sistema inmunitario esté preparado para combatir trastornos infecciosos; téngase en cuenta la diversidad de enfermedades existentes en estos animales, muchas de ellas, por desgracia, carecen de tratamiento efectivo y en el peor de los casos supone la muerte del gato.
Como mantuvimos con anterioridad, el gato ha de llevar un control periódico sanitario por parte del veterinario de elección. Se encargará de las revisiones oportunas así como el suministro de las correspondientes vacunas. En la actualidad no existen vacunas para todo tipo de afecciones, aunque se sigue investigando para alcanzar nuevas metas que sin duda conduzcan a dotar de mejor salud a nuestro amigo el gato.
Entre las vacunas para gatos existentes en el mercado, las más utilizadas son las relacionadas con la prevención de enfermedades respiratorias del gato, como el calicivirus felino, rinotraqueitis o clamidias; por otro lado existen también las que se utilizan para prevenir la leucemia felina, panleucopenia, peritonitis infecciosa e incluso la rabia.
El calendario de vacunación se inicia a partir de los dos meses, no existe un criterio único sobre la determinación de fechas de vacunación, cada veterinario tiene su protocolo, aunque, por regla general suele ser bastante coincidente. La mayoría de vacunas vienen preparadas para inmunizar frente a varias enfermedades a la vez, por esa razón se las denomina trivalentes, cuatrivalentes, etc., estos preparados son muy prácticos y cómodos, toda vez que se prescinde de estar continuamente inyectando dosis a los gatos.
El fribrosarcoma postvacunal felino
Esta enfermedad deriva de las continuas vacunas aplicadas al gato en un mismo lugar del cuerpo, terminan formando un tumor maligno llamado fibrosarcoma posvacunal que debe ser extirpado.
Se cree que los adyuvantes de aluminio que se añaden a la vacuna podrían estimular su formación, por lo que se han establecido una serie de recomendaciones y pautas en el programa de vacunación del gato, con la finalidad de prevenir la enfermedad o, al menos, para que se forme en un lugar de fácil acceso:
– Se debe evitar el uso de vacunas contra enfermedades que no son necesarias en el entorno del animal.
– Algunos autores sugieren que no es necesaria la revacunación anual de determinadas vacunas.
– En cada vacuna el fabricante debe especificar cualquier tipo de reacción adversa o el riesgo de aparición de esta enfermedad.
– Las vacunas deben aplicarse en una zona concreta del animal y nunca entre las dos escápulas. La trivalente se aplica cerca del hombro derecho; la antirrábica o polivalente que la contenga se inyecta en la extremidad posterior derecha y la de la leucemia o derivadas en la posterior izquierda.
Desparasitación
La desparasitación de los gatos frente a parásitos internos, como las lombrices y protozoos también es importante, incluso como las vacunas, se establece un calendario de desparasitación, el cual ha de seguirse todos los años; existen numerosas marcas en el mercado y su preparación o presentación puede ser sólida, líquida o pastosa.
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