El gato es una especie animal muy prolífera, esto se debe fundamentalmente a que en condiciones salvajes se enfrentan diariamente a toda una serie de peligros; para garantizar su supervivencia y evitar que el felino se extinga, la naturaleza les ha dotado de cualidades especiales, son buenos cazadores y excelentes reproductores, eso hace que se refuerce su natalidad y compensen así las bajas por mortalidad.
Las gatas se caracterizan por ser poliéstricas estacionales, quiere decir que durante el año cuenta con un determinado periodo reproductivo, el cual está condicionado por la duración de los días, en efecto, a días más largos supone más horas de luz favoreciendo la aparición del celo, el acortamiento supondría por el contrario la no manifestación.
Durante el ciclo reproductivo se suceden varios periodos de celo. En España, este fenómeno comprende desde el mes de enero hasta el mes de septiembre; en el hemisferio Sur, dado que las estaciones ocurren de forma inversa, el periodo óptimo de celo comprende desde los meses de septiembre a marzo; finalmente en el sistema ecuatorial, que se caracterizado por sus elevadas temperaturas, el celo en las gatas se manifiesta durante todo el año.
En los gatos machos no está claro el factor desencadenante del celo, la mayoría de los estudiosos coinciden que pueden estarlo durante cualquier época del año, y que la causa esencial que motiva su aparición es la presencia de hembras en celo; en consecuencia, tienen la capacidad para procrear en cualquier momento.
Otra causa a tener en cuenta es la temperatura ambiental, parece ser que si es extremadamente baja disminuye considerablemente la actividad sexual; también es de destacar que la capacidad para procrear puede variar en función de la raza de gato. Por otra parte, la luz artificial hace que muchas gatas domésticas ciclen durante todo el año.
Un gato macho puede reproducirse a una edad muy temprana, hay gatos que con cinco o seis meses ya están capacitados para fecundar, en cambio en las gatas tal circunstancia está ligada a su peso, a partir de los 2.5 Kg por regla general pueden estar preparadas para la proliferación. Se dice que son de ovulación inducida, quiere decir que se requiere apareamiento para que se produzca este fenómeno; una vez que es montada por el macho, se estimula la vagina, liberándose una hormona que produce la ovulación, a más cópulas, más nivel de hormona, en consecuencia, mayor éxito para la reproducción. La ovulación inducida es un mecanismo que asegura, en una tasa muy elevada, el éxito en la fecundación tras la cruza. Aunque recientes estudios establecen que un número determinado de gatas pueden ovular de forma no inducida.
Es aconsejable, que aunque la madurez sexual comience a una edad muy temprana, los gatos no se apareen hasta que tengan un mínimo de un año de edad, para que así puedan completar su desarrollo.
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