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No solamente su canto claro y cristalino lo distingue entre la gran variedad de aves exóticas a las que pertenece, sino que sus vibrantes colores y múltiples nombres, entre los cuales están el diamante cebra, diamante moteado de Australia o pinzón cebra, hacen del diamante mandarín uno de los pájaros que más llama nuestra atención y despierta nuestro sentido de la belleza como ningún otro. Su nombre científico es Taeniopygia guttata y pertenece a la familia de los estríldidos (Estrildidae), se reconocen dos subespecies: Taeniopygia guttata castanotis y Taeniopygia guttata guttata.
Características físicas de Taeniopygia guttata
El pájaro diamante mandarín está dentro del grupo de las aves pequeñas, ya que su tamaño no sobrepasa los 12 cm. Su corto pico de color rojo intenso tiene más fuerza de la que podría esperarse en un ave de su tamaño, lo cual se debe en parte al importante grosor con el que cuenta y a su forma de cono.
La razón por la cual Taeniopygia guttata recibe el nombre de “cebra” es porque tanto en sus alas como en su cola se presentan rayas de color negro, que le dan una cierta similitud con las que posee el mamífero cebra propio de África. Sus ojos son pequeños, pero una cierta ilusión óptica hace que lo veamos más grande; lo que ocurre es que tiene una franja negra debajo de sus ojos y una franja blanca vertical que separa sus ojos y mejillas del pico. Las mejillas están cubiertas por un círculo no tan perfecto y de color anaranjado. Todo esto hace que su rostro sea todo un mapa de colores y diseño.
El diamante mandarín presenta dimorfismo sexual, por lo que nos ofrece machos con lunares blancos sobre una cola negra, al tiempo que presenta franjas marrones salpicadas con lunares blancos, mientras que las hembras son grises y con los rostros sin los diseños y colores con los que cuenta su compañero.
Hábitat natural del diamante mandarín
Originario de Australasia, el diamante mandarín habita en Australia, Nueva Zelanda y Melanesia. Actualmente también lo podemos encontrar en América del Norte. Elige lugares lejos de la costa. Su clima preferido es el templado y necesita de áreas despejadas y amplias.
La afluencia de agua es un factor ineludible en el hábitat de esta ave. De modo que los lagos y los ríos los atraen como imanes. Cuenta con la capacidad de retener agua durante más tiempo que otros pájaros, así como también puede beber agua con un alto contenido de sal. Esto lo convierte en un ave muy adaptable, por lo que podremos verlo en climas áridos y tropicales, a pesar de que el templado es el ideal para él.
Taeniopygia guttata gusta asentarse en áreas cercanas al hombre, como pueden ser parques, jardines, edificios o áreas agrícolas. Son grupales, utilizando tal estrategia como adaptación para protegerse de sus depredadores. En algunas ocasiones son considerados plagas.
En la actualidad la UICN evalúa a Taeniopygia guttata con la categoría de preocupación menor, ya que está bien distribuidos y la población permanece estable.
El canto peculiar del diamante mandarín
Su canto es chillón, atrompetado y sencillo, por lo que es muy distintivo. Cada ejemplar tiene su propio canto, el cual es igual en sonido, pero tiene sus variaciones. El macho necesita llegar a la pubertad para empezar a cantar. Una característica a destacar es que el canto del diamante mandarín mejora con los años, lo cual puede suceder por imitación de otros machos con los que comparta hábitat o por la propia maduración de su voz, que le permite dominar una mejor modulación.
Cuidados del diamante mandarín
Es un pájaro exótico muy demandado, principalmente por su pequeño tamaño, colores vivaces y al tratarse de un animal fuerte y fácil en cuanto a cuidados se refiere.
Como quiera que sus costumbres son gregarias, además de ser pájaros monógamos, se precisa una pareja mínimo para que puedan vivir felizmente, la soledad no la toleraría y estaría siempre triste. Si tenemos espacio suficiente para la instalación de una voladera, podrían vivir en grupos, formar parejas y tener costumbres similares a las que presentan en estado salvaje, aunque tenemos el problema de que son aves proliferas y en breve periodo de tiempo habríamos incrementado fácilmente el número de ejemplares de diamante mandarín. Son sociables y puede compartir aviario con otros pájaros exóticos, en este caso se recomienda especies similares para evitar incompatibilidades.
¿Cómo elegirlos?
Hoy en día es fácil adquirirlos bien a criadores o a tiendas de animales, puesto que se trata de un ave de fácil adquisición, además su precio no es elevado en el mercado. Son ejemplares criados en cautividad, lo que es ventajoso pues su manipulación es más asequible, si están anillados es un dato muy relevante para tener en consideración el año de nacimiento y otros datos de su criador. En caso contrario, lo recomendable es adquirirlos jóvenes, es fácil distinguirlo ya que el pico aún no está con el color rojo intenso propio de los adultos, los jóvenes además se tornarán más confiados y dóciles, puesto que se adaptarán más fácilmente a su nuevo entorno.
En variedad, existen coloraciones muy surtidas, las cuales se han conseguido gracias a determinadas mutaciones: blancos, grises, arlequines, diamante mandarín de pecho negro, isabelino o phaeo.
La jaula y su ubicación. Accesorios
El diamante mandarín vive en su estado natural en comunidad, por lo que una jaula de metro para unos cuantos ejemplares es lo ideal, sobre todo si se tiene en el interior de la vivienda, si se destinan a la cría, pueden adquirirse nuevas jaulas y así ir seleccionando grupos. En el exterior de la vivienda también se pueden tener sin dificultad, en estos casos es mejor voladeras de exterior más amplias y con refugios para resguardarse del mal tiempo.
No es recomendable que el diamante mandarín viva en lugares con corrientes, humedad, jaulas ubicadas demasiado bajas o áreas con demasiado ruidos, ambientes no tranquilos, en definitiva, es importante que vivan feliz en lugares apetecibles alejado de agentes estresantes.
Los accesorios de la jaula o voladera son los típicos de los pájaros exóticos: comederos, bebederos, buenas perchas, recipientes para que puedan bañarse, una bandeja sanitaria protegida por una rejilla, para así mantenerlos alejados de excreciones, añadir sustrato a la bandeja también es relevante puesto que se evitará malos olores. Algún refugio también lo agradecen, de hecho tienen tendencia a introducirse dentro, además será el lugar que elijan para reproducirse, si tenemos varios individuos, lo ideal es contar con varios nidos tipo cajones o cestas con entradas en algún lateral.
¿Qué alimentos suministrarles?
Lo ideal es suministrar al diamante mandarín alimentos de calidad como mixturas especiales para pájaros exóticos premium que fácilmente se pueden adquirir en parejerías, también es buena opción el suministro de verdura y frutas. Sin olvidar minerales tipo hoja de jibia o grit. La pasta de cría es también buena opción como complemento alimenticio y durante la época de cría.
Reproducción
Llegada la época de apareamiento se puede ver al macho «pisando» a la hembra, a su vez que portan materiales, plumas, para construir el nido, es el momento de proporcionarles fibra de coco y otros elementos que le sirvan de lecho para nidificar, fácilmente son asequibles en tiendas de animales.
La puesta se compone de entre 4 a 6 huevos, el promedio de incubación es de 13 días, ambos reproductores se involucran tanto en la incubación como en el cuidado de las crías. El emplume se produce transcurrido tres semanas, aunque necesitará una o dos más para valerse por sí mismo. El plumaje se adulto se consigue en el diamante mandarín sobre los dos meses y medio o tres de vida, que es cuando llegan a la madurez sexual.
Salud, higiene y medidas preventivas
Un diamante mandarín saludable está activo por la jaula, se mueve feliz y el plumaje estará limpio y brillante. Para prevenir enfermedades, la higiene de la jaula y accesorios es importante, así como una alimentación equilibrada y mantenerlo en instalaciones adecuadas. Revisiones veterinarias, sobre todo de heces, es relevante para prevenir problemas de parásitos internos, también cuando advirtamos que el ave está embolada o presente problemas de comportamiento inusuales.
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