Anfibios mascotas, especies populares

Índice de este artículo

1 Anfibios mascotas en terrarios
2 Facilidad de alimentación
3 Los más demandados
4 Anfibios mascotas: artículos sobre sus cuidados
5 Tipos o especies mascotas

Anfibios mascotas en terrarios

En los últimos años tener anfibios mascotas se ha popularizado por los aficionados a la herpetología, quizás uno de los motivos principales esté en conexión con la gran multitud de productos existentes en el mercado, que ayudan a recrear su hábitat natural a la vez que asegura la supervivencia de la especie.

Lo anterior refiere a aquellos accesorios imprescindibles para poder dotar al terrario de un ecosistema idóneo para el anfibio: sistemas de lluvia, bombas de agua, sustratos, plantas naturales, en definitiva, un sin fin de productos fácilmente adquiribles en tiendas especializadas de animales; sin olvidar los kits de iniciación completos, que permiten instalar rápidamente el terrario, con el consecuente ahorro de tiempo, complicaciones inesperadas, incluso el trabajo que supone la fabricación del terrario desde un punto de vista artesanal.

Facilidad de alimentación

Otro dato a tener en cuenta es la facilidad en cuanto a la adquisición de alimentos vivos necesarios para cubrir la dieta que precisan muchos de estos herpetos, incluso complementos vitaminados, fármacos para desparasitaciones… Sin duda son factores que redundan positivamente y animan a la adopción de estos curiosos animales.

Existen muchas especies de anfibios que pueden adoptarse como mascotas, siempre es importante adquirir animales que previamente se hayan criado en cautividad, es la mejor medida para asegurar su supervivencia, además es importante no capturarlos de su hábitat natural, sobre todo aquellos catalogados en peligro de extinción, téngase en cuenta que la vulnerabilidad de muchos es consecuencia directa de la acción del hombre, bien por su recolección, destrucción del hábitat o la contaminación.

Los más demandados

Los anfibios más demandados son las ranas, sapillos, salamandras y tritones, los ápodos o cecilias, por el contrario, son menos frecuentes, a esto hay que añadir que muchos de ellos, dada su alta vulnerabilidad, gozan de determinados estatus y se prohíbe la tenencia de los mismos.