Brumación en anfibios, un fenómeno similar a la hibernación

Brumación en anfibios
Foto: stanze; Licenica: Creative Commons

La hibernación es un fenómeno que se produce llegada la época de frío invernal, básicamente consiste en una disminución del metabolismo, el animal entra en una fase de letargo: deja de alimentarse, desciende su temperatura, entra en sueño invernal y se nutre gracias a las reservas que le proporciona su organismo. La hibernación es propia de animales de sangre caliente o endotérmicos, concretamente determinadas especies de mamíferos.

En los anfibios y reptiles, animales poiquilotermos, a juicio de muchos autores, no se produce el fenómeno de la hibernación propiamente dicha, muchos científicos prefieren acuñarlo con otros términos como es el caso de “brumación”, “letargo invernal”, “invernación”, proceso que se activa cuando disminuyen la temperatura ambiental, generalmente sobre finales de otoño. En esa época su actividad metabólica disminuye, pero ciertas especies, generalmente reptiles, necesitan comer y beber, incluso solearse, aunque solamente en casos esporádicos; por consiguiente, la brumación se puede considerar como un proceso biológico condicionado por la temperatura.

El fenómeno de la brumación o letargo invernal es característico de climas templados con inestabilidad bioclimática durante determinadas época del año. Dado la incapacidad de regular su temperatura corporal por medios fisiológicos, precisan de estrategias adaptativas que garanticen su supervivencia, como el tema que nos ocupa, en el que entrada la época de frío y como medida de protección, suelen refugiarse entre las hojas de los árboles, musgo, se entierran en la tierra, lodo, rocas, incluso debajo del agua. Su metabolismo  se reduce, tampoco presentan actividad, en definitiva, sus funciones vitales quedan bastante limitadas. Este proceso no es negativo para el anfibio, ya que a medida que suben las temperaturas reanudan su actividad progresivamente, y llega el momento del apareamiento, bien en la mismas zona de invernación, ahorrándose energía en la búsqueda de un compañero, bien buscando lugares acuáticos a los que acuden en grupos.

La mayoría de anfibios no puede vivir a una temperatura corporal inferior de a -0,5 ºC, ya que se congelarían sus líquidos internos, es necesario recurrir a algún mecanismo que le dote la naturaleza para seguir subsistiendo como es el caso de la brumación o invernación. En algunas especies de anfibios, por ejemplo la salamandra, sufren una disminución de líquido corporal, de esa manera evitan su congelación llegada la época de frío. Otros, como es el caso de la rana de bosque sufren congelación en un 70% de su cuerpo, para evitar que las células se deterioren se han adaptado en producir un anticongelante que les hace permanecer en un estado de animación suspendida.

Aunque como manifiestan muchos autores, esas estrategias adaptativas no se pueden considerar como una verdadera hibernación como la sufrida en mamíferos, pues no disponen de mecanismos para despertarse a temperaturas críticas, de hecho muchos pueden no logran superar el proceso y mueren sobre todo cuando las temperaturas son extremadamente frías y anormales. En definitiva, los procesos metabólicos que sufren no son los mismos que los presentes en mamíferos que hibernan.

Ejemplos de brumación

Invernar bajo el agua, de esa manera evitan las temperaturas extremas, por ejemplo, rana bermeja, Rana temporaria, anfibio terrestre pero de hábitos acuáticos en otoño e invierno

Pelobates cultripes, sapo de espuelas, escava hoyos de considerable profundidad, de esa manera queda oculto bajo la tierra y se protege de las bajas temperaturas.

Anfibios y reptiles mascotas

Normalmente la mayoría de estos herpetos se mantienen en terrarios y al gozar de temperaturas cálidas durante todo el año no desarrollan la brumación, aunque se puede condicionar de forma artificial, es decir, si bajamos la temperatura ambiental progresivamente disminuirá su actividad, por consiguiente se activará este proceso biológico. Es ventajoso en la medida en que es una alternativa para la recreación de su ambiente natural, aunque es necesario tener en cuenta el tipo de mascota, en qué condiciones realizan el proceso en estado salvaje, y tener también presente la procedencia del animal, pues en muchos herpetos no se activa este mecanismo biológico.

Terminología

Existen multitud de especies y sin duda hay excepciones, aunque es importante tener claro diferentes conceptos que ayudan a entender mejor la capacidad de adaptación de muchos animales frente a determinadas condiciones climáticas adversas para ellos.

Invernación: lugar elegido por el animal para refugiarse del las inclemencias del tiempo.

Hibernación: propias de muchas especies de mamíferos, a bajas temperaturas entran en letargo, es decir, duermen sin que necesiten ingerir alimentos para su subsistencia, ya que su propio organismo tiene capacidad para mantiene sus reservas para suplir esa carencia.

Brumación: propia de anfibios y reptiles, cuando llega la época de frío también entran en letargo, aunque ciertas especies de reptiles precisan alimentarse y beber agua de forma esporádica para poder subsistir, en consecuencia, pueden despertarse sin entrar en sueño profundo, otras no comen durante esta fase, aunque  salen al exterior de su refugio para poder solearse y beber agua.

Estivación: En este caso el letargo se produce a temperaturas secas. Anfibios que habitan en zonas áridas, por ejemplo, sapo odre de Australia, Cyclorana platicephala,  además este sorprendente animal tienen capacidad de mantener reservas de agua en su organismo.

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