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Los animales y el hombre
El ser humano desde antaño siempre ha tenido una vinculación estrecha con los animales, especialmente aquellos que le han sido útil para muchos usos. Podríamos clasificarlos en diversos grupos según su función y relación con el hombre. Así tenemos a los animales de granja, es decir, aquellos utilizados para el consumo u otros fines y de los que son objeto en este artículo; las mascotas, que crean lazos afectivos con su propietario, por ejemplo un gato; finalmente, los que cobran relevancia como auxilio en muchas tareas de la vida cotidiana como es el caso de perros para labores de policía.
La relación con los animales de granja y, en general, con todos los grupos reseñados con anterioridad, han atravesado por un proceso de domesticación para que el contacto con el ser humano sea armonioso. El término domesticar lleva aparejado un proceso complejo, en el que un animal se habitúa a la presencia del hombre a la vez que puede vivir en cautividad, decimos que es complejo puesto que no solamente se trata de estrechar círculos encaminados a la adaptación, sino que la cría y selección han modificado sus genes, en consecuencia, existen cambios muy relevante en su morfología, especialmente si se compara con los ancestros salvajes.
¿Qué es un animal de granja?
Un animal de granja es un ser vivo que con el transcurso de los años se ha adaptado a vivir con el hombre. En ese proceso ha sufrido modificaciones genéticas y cambios en su comportamiento, las cuales en su conjunto difieren considerablemente de la especie que vive en un hábitat en contacto con la naturaleza, es decir, sin vinculación humana.
Los animales de granja cumple un rol importante, puesto que revisten importancia relacionadas con su aprovechamiento como hablaremos más adelante. Estos a su vez reciben manutención y sustento, lo que en la mayoría de casos no lo tienen que buscar en la naturaleza. Su mantenimiento, en ocasiones es criticado, normalmente por movimientos animalistas, dado que las instalaciones, formas de vida, métodos de manipulación, etc., pueden ser no adecuados, lo que afecta a su bienestar y causar sufrimiento. Las mascotas en sentido estricto no se integran en este grupo.
Ejemplos de animales de granja
Son muchos los animales de granja, si los organizamos prácticamente comprenden a todos los grupos o taxones de animales.
Invertebrados: entre los invertebrados, lo más populares son las abejas y el uso industrial de la miel, los gusanos de seda, en cuanto abastecen a la industria textil en la fabricación de seda. Muchos también son fuente de alimentación y se crían en granja para mantener en cautividad a reptiles, anfibios, peces, etc., así tenemos al gusano de la harina, artemias, grillos, por citar algunos. Otros se utilizan en actividades pesqueras recreativas, como señuelo para peces. En otra línea está la cría comercial de caracoles, lombricultura.
Aves: en el mundo de las aves, son muchas las especies que han sufrido un proceso de domesticación hasta convertirse en animales de granjas. Se aprovecha su carne, huevos, también las plumas. Patos, gallinas, gansos, palomas, perdices, codornices, faisán…
Mamíferos: es un grupo muy relevante dado la gran cantidad de especies que alberga en cuanto animales de granja. Sus usos son con fines alimenticios, peletería, auxilio como animal de carga (este cada vez menos extendido al sustituirse por vehículos de tracción mecánica). Vacas, bueyes, cabras, ovejas, granjas de conejos, mustélidos apreciados en peletería, mulas de carga, caballos, aunque estos últimos, en tiempos actuales, se utilizan en actividades de equitación deportiva.
Reptiles: entre los reptiles destacan granjas de cocodrilos, su mercado comprende actividades peleteras y ornamentales.
Animales acuáticos: de nuevo nos encontramos con invertebrados acuáticos que se constituyen en granjas con fines alimenticios y otros usos, por ejemplo cultivo del mejillón, ostras… La acuicultura afecta también a vertebrados con utilidad alimenticia como es el caso de truchas, salmones, rodaballos, bacalao, anguilas, igualmente multitud de peces criados en cautividad para introducirlos al comercio de acuariofilia.
La acuicultura tiene efectos positivos como medio de conservación de especies salvajes, evitando la sobrepesca en sustitución de las criadas en cautividad.
Anfibios: Los anfibios son los menos utilizados, puesto que suelen recolectarse del medio con usos variados, medicinales, terrarios; no obstante, también existen, aunque en menor medida, granjas comerciales de anuros (ranas) y caudados (salamandras) para el consumo humano, incluso se comercializan e introducen en el mercado de mascotas.
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