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El concepto de salud como tal, ha ido sufriendo evoluciones a lo largo de la historia. Desde el punto de vista de varios filósofos y fisiólogos, durante el transcurso los siglos, la salud ha sido considerada como cosas increíblemente dispares como las que vamos a relatar a continuación.
No vamos a retrotraernos hasta tiempos de Hipócrates, aunque luego daremos unas pequeñas pinceladas de lo que él consideraba que era la salud en sí misma, y cuyos pensamientos y opiniones siguen perfectamente vigentes hoy día. Por ejemplo , la salud fue considerada allá por el siglo XIX como algo que el ser vivo llevaba dentro de sí mismo, de forma intrínseca, y que le confería la cualidad de enfermar o permanecer sano.
De este punto tan interesante, la ciencia y la filosofía, muchas veces van de la mano y se alían para considerarla como algo normal. Pero, ¿qué es lo que podemos considerar como «normal»? ¿Lo habitual?
No debemos caer en ese error. Hay muchas personas que se acostumbran a vivir con un estado de salubridad precario que para ellos es «normal». Por ejemplo, un enfermo con una dolencia pulmonar considera que la evolución de su enfermedad es hacia el empeoramiento y no hacia la mejoría o el estancamiento, y se «acostumbran» a estar cada día con una salud más deteriorada.
¿Qué es la salud?
Así pues, el concepto de salud ha ido pasando por varias acepciones, tales como ausencia de enfermedad, bienestar físico, hasta que se ha llegado a la actual acepción del término de salud definida por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en la década de los años 50. Esta lo define, no solo como ausencia de enfermedad, sino como un estado completo de bienestar físico, mental y social. Es lo que se llama el modelo de salud biopsicosocial.
En él interaccionan varios factores que se aúnan para conseguir el equilibrio perfecto de una vida saludable del individuo.
Tal y como su propio nombre indica y si desgranamos la palabra, tenemos bio-psico y social. Es decir, parte biológica o física, parte psicológica o mental y parte social. Estas tres partes deben estar en armonía y en consonancia para poder decir que el individuo está sano, dentro de las posibilidades que cada persona tiene, dentro de las dolencias que pueda tener.
Dentro de la parte física, ya dijo Hipócrates unas cuantas perlas de sabiduría que persisten hoy día y que reproducimos algunas de sus ideas en el siguiente apartado.
Tipos de salud
Destacamos las más relevantes, aunque existen otros tipos que abordaremos con más detalle en otros artículos.
El ejercicio físico como parte de la salud
Caminar es la mejor medicina para el hombre. El ejercicio es uno de los pilares fundamentales para mejorar el estado físico de las personas. Aumenta la capacidad pulmonar, mejora el ritmo cardíaco y activa la circulación periférica aliviando varices y varículas que tan molestas resultan.
Además, el peso se mantiene en límites que son óptimos, hecho que se traduce en mejoría de la cantidad de azúcar en sangre, cifras de tensión arterial y de colesterol… Reduce los niveles de estrés, estimula la secreción de la serotonina, también llamada como «hormona de la felicidad», aleja la depresión …
Otro pilar fundamental: la alimentación
«Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina». Con esta frase tan sabia, hace referencia claramente a la necesidad o recomendación de que una alimentación adecuada y equilibrada contribuirá al mantenimiento correcto de las funciones del cuerpo humano. Es decir, una alimentación con exceso de grasas, o de azúcares, o falta de ellos (ya que todos son necesarios para la adecuada realización de las funciones corporales), contribuirá sin duda a un mal estado de salud.
Si encontráramos el modo de que cada persona hiciera la cantidad correcta de ejercicio y recibiera el alimento necesario, ni en exceso ni en defecto, habríamos hallado el camino más seguro hacia la salud». Esto viene a hacer referencia a que cada persona debe responsabilizarse de lo que hace, de su estado de saludable. No deben quitarse responsabilidades «tirando balones fuera» y quitándose sus tareas (ejercicio, alimentación sana), para hacer responsable a su médico, enfermera, nutricionista…
La importancia de la salud mental
Un hombre sabio debería considerar la salud como la mayor de las bendiciones, y aprender cómo utilizar su propio pensamiento para extraer provecho de sus enfermedades. Con esto, claramente hace relación a la asociación entre la salud física y la mental. Con esa frase se da a entender que un tipo de salud depende claramente del otro, que debe haber un equilibrio entre ambas para que el individuo pueda alcanzar el estado saludable adecuado.
Por último, haciendo mención del último componente, el social, es altamente importante. En ello intervienen las relaciones interpersonales, que disminuyen el aislamiento social, uno de los principales causantes de presencia de enfermedad.
Otra cosa que también influye es el ambiente externo que, queramos o no, se cuelan en nuestro hogar en las formas más diversas: contaminación acústica, elementos nocivos filtrados a través del aire, del agua que llega a través de nuestras tuberías y llega al agua que consumimos y con la que cocinamos nuestros alimentos…
En definitiva, la salud es un compendio de varios factores que interactúan entre ellos para conseguir el estado de bienestar del individuo.
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