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La enfermedad renal crónica en gatos es una afección de desarrollo prolongado e insidioso que se manifiesta comúnmente en animales adultos y gerontes (conoce qué es un gato geronte y sus cuidados). Diferentes factores pueden iniciar el desarrollo de la enfermedad y conducir irreversiblemente a la falla o insuficiencia del órgano.
Describiremos las causas de la enfermedad renal crónica en gatos, su presentación clínica y las diferentes opciones terapéuticas.
Importancia de la función renal
Los riñones cumplen un rol fundamental en el organismo de gatos y demás mamíferos (clase de Mammalia infórmate). Además de filtrar la sangre para eliminar toxinas y desechos metabólicos, los riñones participan activamente en la regulación hidroelectrolítica y la síntesis de importantes sustancias como la eritropoyetina, renina y vitamina D.
Sin embargo, para poder llevar a cabo sus funciones es necesario que ciertos factores o mecanismos se mantengan lo suficientemente inalterados. Entre los más importantes se reconocen: una perfusión sanguínea normal o mínima que garantice el filtrado a nivel de los glomérulos renales, la funcionalidad adecuada de sus componentes celulares, finalmente un recorrido ininterrumpido de la orina formada que permita su libre excreción.
La participación en el control de sustancias tóxicas, su íntima relación con la circulación sanguínea y la alta demanda energética que posee para su correcto funcionamiento, hacen del riñón una compleja pero delicada estructura.
El riñón es por lo tanto un órgano sensible capaz de lesionarse por diferentes vías.
Desarrollo de la enfermedad
Muchos factores pueden provocar daños progresivos e irreversibles en el órgano, llevando a la enfermedad renal crónica en gatos y al desarrollo de una insuficiencia.
La enfermedad renal crónica en gatos y finalmente la insuficiencia del órgano se producen como consecuencia de agresores tanto externos como internos, que lesionan el riñón provocando una pérdida progresiva e irreversible de su funcionalidad.
La progresión del daño activa a su vez un conjunto de cambios adaptativos en el riñón afectado que, si bien inicialmente son compensatorios, acrecientan con el tiempo el daño renal.
Dada su alta capacidad compensatoria, para que se produzca y manifieste la insuficiencia renal, es necesario que ambos riñones se encuentren afectados. La manifestación o evidencia de los signos puede llevar meses o incluso años.
Etapas y signos de la enfermedad renal crónica en gatos
De acuerdo a la progresión y extensión del daño, pueden reconocerse tres estadios principales con signos más o menos característicos:
Fase 1: la extensión de las lesiones abarca menos del 66 % de la masa del riñón. La concentración de la orina y las determinaciones sanguíneas son normales. El animal no presenta signos clínicos. Hay pérdida de proteínas por orina, lo que se conoce como proteinuria.
Fase 2: la extensión del daño se encuentra entre un 66 % y un 75 %. La orina se vuelve menos concentrada y hay proteinuria. Los signos característicos de esta etapa son el aumento de la producción de orina y su consecuente sensación de sed, lo que se reconoce como poliuria y polidipsia respectivamente.
Fase 3: la lesión renal es mayor al 75 %. Es la fase descompensada o de insuficiencia. Puede aparecer disminución hasta ausencia de la producción de orina. Hay acumulación de toxinas urémicas en sangre, disminución del apetito, pérdida de peso, vómitos, diarreas, osteopatías, hipertensión arterial y convulsiones.
Las manifestaciones de la enfermedad renal crónica en gatos son aún más inespecíficas debido a la naturaleza y hábitos de la especie. La poliuria y polidipsia pueden no advertirse fácilmente, siendo más notorio el deterioro del estado general característico de la fase descompensada: pérdida de peso, vómitos, decaimiento y cambios en el aspecto del manto debido a la falta de acicalamiento.
En la consulta clínica veterinaria podrán reconocerse también diferentes grados de deshidratación, úlceras bucales y aliento urinoso debido a las toxinas anteriormente mencionadas. La hipertensión arterial puede provocar glaucoma y desprendimiento de retina en el ojo felino.
Causas de enfermedad renal crónica en gatos
Existen diferentes etiologías que pueden asociarse al desarrollo de enfermedad renal crónica en gatos. Entre las causas mayormente reportadas se encuentran: toxinas renales como medicamentos, metales pesados, pesticidas, antiinflamatorios no aptos para su uso en gatos; agentes infecciosos específicos como virus de la leucemia felina (VILEF), virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) y peritonitis infecciosa (PIF); otras enfermedades como diabetes mellitus, afecciones periodontales, piómetra (saber más sobre piómetra en las gatas), etc.
Otras causas de enfermedad renal crónica en gatos incluyen linfoma renal y disfunciones o anomalías anatómicas tanto del órgano como de las vías de conducción de la orina.
Manejo terapéutico de la enfermedad renal crónica en gatos
Existen diferentes criterios o consideraciones para el abordaje terapéutico de la enfermedad renal crónica en gatos.
En primer lugar, es importante determinar si el animal está atravesando un proceso de tipo terminal o si se trata de una complicación debida a una causa potencialmente corregible.
Deshidratación, cardiopatías, infecciones urinarias, diabetes mellitus, etc., son algunos de los muchos ejemplos de afecciones que pueden causar enfermedad renal pero que pueden abordarse ayudando a corregir tanto la causa como sus complicaciones.
Como regla general, el tratamiento del gato nefrópata estará dirigido a corregir o restablecer la función de filtrado glomerular y corregir los desequilibrios hidroelectrolíticos. Se acompañará de un manejo nutricional adecuado y se corregirán las alteraciones metabólicas propias de la falla renal.
Fluidoterapia con soluciones específicas, el aporte de diferentes vitaminas, la restricción de las proteínas de la dieta en fase descompensada para disminuir la producción de toxinas urémicas son algunos de los tantos recursos terapéuticos.
Otras consideraciones
El objetivo principal en el tratamiento de la enfermedad renal crónica en gatos es preservar lo máximo posible el funcionamiento del riñón.
En estos animales, es importante además evitar el estrés y cualquier afección concomitante que pueda agravar el cuadro.
Un manejo temprano de la enfermedad renal crónica en gatos permitirá conservar la integridad y funcionamiento del órgano, incrementando a su vez la sobrevida del animal.
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