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Etiología
La inmunodeficiencia vírica felina es producida por un retrovirus. Afecta a un 1-15% de los gatos domésticos.
También sucede en felinos salvajes como es el caso del león, el puma, tigre, o el leopardo…
Epidemiología (contagio)
El virus de la inmunodeficiencia felina se transmite o contagia sobre todo mediante mordedura. Otras vías de contagio son posibles, aunque más excepcionales: transplacentaria, venérea, oronasal. La saliva es la principal fuente de transmisión, en ella se concentra una considerable cantidad del virus.
Un animal portador puede cohabitar con otros gatos, a menos que sea agresivo. Generalmente los gatos de exterior son los más susceptibles a la infección, sobre todo por peleas protagonizadas con otros felinos que transitan en libertad.
Patogenia, desarrollo del virus
El virus se multiplica en las células inmunitarias de los gatos infectados: linfocitos T y B, macrófagos.
Dos semanas después de la infección, se produce la viremia inicial, que durará de 2-3 meses. Sigue una fase asintomática, de 1-5 años, en la que va disminuyendo el número de linfocitos T eficaces (CD4+).
Inmnodepresión terminal (SIDA): anemia, leucopenia, muerte en 6-12 meses.
Síntomas del virus de inmunodeficiencia felina
Entre los síntomas destacan:
– Viremia inicial: fiebre, anorexia, adenomegalia pasajera (incremento de los ganglios linfáticos).
– Fase asintomática, los gatos no evidencian la enfermedad, al menos de forma aparente.
– SIDA terminal: en esta etapa el virus tiene su máxima expresión, ya que el sistema inmune está muy deprimido, los síntomas en el felino son principalmente anemia, leucopenia, trombocitopenia, pérdida de peso, infecciones secundarias (gingivitis, conjuntivitis, uveítis, enteritis…).
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante pruebas de laboratorio en el que se detectan anticuerpos. El test debería realizarse 8 semanas después del último contacto con otros gatos potencialmente infectantes.
Un resultado positivo debe confirmarse, ya que existen falsos positivos. En gatos de menos de 6 meses, un test positivo debe ser confirmado posteriormente, ya que puede tener anticuerpos maternos.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento de la enfermedad es imprescindible acudir a una clínica veterinaria para la realización de test y control del animal, ya que la inmunodeficiencia felina no tiene cura.
– Sintomático: protocolos con Interferón Omega Felino (tiene cierto efecto antivírico y estimula el sistema inmunitario).
– Vacuna: Existe vacuna inactivada, en EEUU y en Australia, en España en la actualidad no se comercializa. Su eficacia ha de considerarse parcial, ya que pueden existir distintas cepas de virus.
Los gatos vacunados son imposibles de diferenciar de gatos enfermos.
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