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Los moluscos han logrado diversificarse en una gran variedad de especies en todo el mundo, ocupando la mayoría de los ecosistemas que conocemos. El hábitat de los moluscos esta influenciado ampliamente por sus adaptaciones, modos de vida y su identidad taxonómica.
Hoy en día existen más de 50.000 especies vivientes, que en la mayoría de los casos siempre están vinculadas al medio acuático o ambientes con una alta humedad. La mayor diversidad de especies se concentra en ambientes marinos de todo tipo, pero algunos grupos han logrado adaptarse a la vida en ambientes de agua dulce e incluso terrestres.
En el océano, el hábitat de los moluscos varía ampliamente desde las zonas costeras hasta las profundidades abisales, donde han sido poco estudiados debido a las limitaciones para el hombre en llegar a estas profundidades. Existen grupos de moluscos que tienen hábitos bentónicos, otros son completamente sésiles. Además, encontramos especies que son nadadoras pelágicas muy hábiles y especies terrestres.
Hábitat de los moluscos marinos
Todos los grupos de moluscos tienen representantes marinos, las 8 clases más conocidas de este grupo de invertebrados son: caudofoveados, solenogastros, monoplacóforos, poliplacóforos, escafópodos, gasterópodos, bivalvos y cefalópodos. Dentro de los moluscos marinos encontramos animales sésiles, bentónicos y pelágicos. Seguidamente se exponen el hábitat de los moluscos marinos.
Moluscos marinos bentónicos poco diversos
Los monoplacóforos solo cuentan con representantes a grandes profundidades en el océano. Estos moluscos, de entre 1 cm y 3 cm de longitud, viven a grandes profundidades. Neopilina galatheae habita a unos 3600 metros de profundidad en el fondo marino, donde consumen pequeñas partículas de detritos orgánicos en un sustrato fangoso y arcillosos. El resto de las especies que se conocen actualmente habitan en un rango de profundidad que va desde los 2000 metros a los 7000 metros. Solo una especie vive fuera de este rango y ha sido accesible para ser estudiada, Laevipilina hialina vive entre los 180 y casi 400 metros de profundidad en fondos fangosos, donde probablemente consuman radiolarios, diatomeas, foraminíferos y otras partículas orgánicas.
El hábitat de los moluscos solenogastros y caudofoveados es exclusivamente marino. Estos grupos de moluscos de caracterizan por ser de aspecto vermiforme y por estar cubiertos por una cutícula y espículas calcáreas. Ambos grupos pueden observarse desde aguas poco profundas hasta grandes profundidades que superan los 3000 metros. No obstante, la mayor diversidad se observa por debajo de los 200 metros de profundidad. Los solenogastros suelen nadar libremente en el fondo marino en la búsqueda de su alimento. Adicionalmente, el hábitat de los moluscos solenogastros también incluye a los arrecifes de coral y a las colonias de Hidroideos de los cuales se alimentan.
Por otro lado, los caudofoveados suelen vivir enterrados en el fondo marino, donde establecen sus galerías. En general, estos moluscos se posicionan con la cabeza apuntando hacia abajo.
Moluscos marinos sésiles
Los poliplacóforos o quitones, los cuales presentan una mayor riqueza de especies, son animales prácticamente sésiles que viven muy bien adheridos a sustratos rocosos, siendo este el hábitat primordial de los moluscos poliplacóforos. Suelen ser casi imperceptibles, ya que se camuflan bien en las rocas donde habitan y, de hecho, con el paso de las generaciones de quitones, dejan su huella marcada en las rocas, definiendo una especie de habitáculo. La mayoría de las especies alcanza unos pocos centímetros y unas pocas pueden alcanzar los 30 cm.
Estos animales viven en todas las latitudes, y en un amplio rango de profundidad que va desde zonas costeras e intermareales, donde solo llega el agua en la marea alta, hasta los 4000 metros de profundidad. Son muy abundantes en aguas poco profundas del litoral rocoso. Estos moluscos se mueven muy poco y son muy apegados a su habitáculo, pueden moverse ligeramente en busca de alimento, sin embargo, siempre regresan a su posición.
Moluscos bentónicos diversificados
Otros moluscos con una alta representación de especies sésiles y bentónicas son los bivalvos. Estos moluscos tienen amplias variaciones en los hábitats marinos que ocupan, pues pueden establecerse desde la costa en aguas superficiales hasta los 5000 metros de profundidad. Un gran conjunto de especies de bivalvos son excavadoras de los fondos marinos, desplazándose entre el fondo arenoso o fangoso con la ayuda del pie en forma de cuña, en la búsqueda de detritos y plancton que arremolinan a su alrededor por acción ciliar.
Otras especies son perforadoras de madera o rocas y viven adheridas a estos sustratos de forma permanente. Las especies sésiles viven fijadas completamente de una de sus valvas, y otras segregan filamentos de mucosidad resistente a partir de glándulas especiales presentes en el pie, para permanecer firmes en un sustrato sólido y no ser arrastradas por la corriente del agua.
Otras especies de bivalvos, por ejemplo las vieiras, pueden nadar desde el fondo como un mecanismo de huida ante los depredadores. Sin embargo, suelen permanecer en el fondo marino alimentándose por filtración.
El hábitat de los moluscos cefalópodos es muy variado, ya que se pueden encontrar desde la zona litoral hasta las zonas abisales. Muchas especies de pulpos son considerados moluscos de hábitos bentónicos, a pesar de su capacidad de nadar muy bien. En general, los pulpos permanecen ocultos en cavidades entre los corales o afloramiento rocosos, y durante las noches son activos cazadores de crustáceos y peces pequeños. Muchos pulpos suelen camuflarse muy bien y confundirse perfectamente con el sustrato donde se ocultan para acechar a sus presas. La locomoción de los pulpos, los cuales poseen un cuerpo globoso y menos hidrodinámico que el de los calamares, sepias y jibias, es rectar cerca a través de la superficie rocosa o arenosa del fondo marino.
Algunas especies abisales de pulpos son nadadoras permanentes poseyendo brazos palmeados, y se desplazan de forma similar a una medusa. Por otro lado, una gran proporción de especies son pelágicas y pueden vivir en grandes profundidades como es el caso de los calamares gigantes Architeuthis.
Algunos pulpos pueden aventurarse fuera del agua en las costas rocosas en la búsqueda de peces atrapados en pequeñas piscinas de agua, sin embargo, no es el hábitat ideal de estos animales.
Por otro lado, los caracoles y babosas (gasterópodos) tienen una gran diversidad de hábitats marinos. Son muy comunes en las zonas litorales, pero también existe una gran diversificación a altas profundidades. Generalmente son bentónicos y consiguen alimento por filtración o cazando a alguna presa, en el caso de las especies carnívoras. Algunas especies de gasterópodos son pelágicas, como es el caso de ciertos nudibranquios.
Hábitat de los moluscos dulceacuícolas
Si bien la mayoría de los moluscos son marinos, algunos moluscos han logrado adaptarse al agua dulce. Un grupo de bivalvos y otro grupo de gasterópodos son dulceacuícolas. Varias especies de gasterópodos prosobranquios viven en agua dulce en charcas lodosas, pantanos, riachuelos y lagos. Prácticamente todas las especies ramonean vegetación y otros detritos orgánicos en descomposición.
Por otro lado, grupos de bivalvos también lograron invadir el agua dulce, estableciéndose en lagos, ríos y charcas. Las almejas de río se establecen en fondos fangosos y son importantes bioindicadores de la calidad del agua en muchos de los ecosistemas en los que habitan. Se alimentan de muchas bacterias y plancton, por lo que ayudan a mantener los ecosistemas dulceacuícolas sanos.
Hábitat de los moluscos terrestres
Solo los gasterópodos han llegado a colonizar los ecosistemas terrestres. Casi todas las especies de caracoles y babosas terrestres están asociados a hábitats frescos y húmedos. Dentro de este grupo podemos encontrar principalmente gasterópodos pulmonados, los cuales perdieron sus branquias primitivas y desarrollaron en la pared del manto una región muy vascularizada que funciona como un pulmón. Pueden encontrarse en una amplia diversidad de hábitats y, generalmente, están resguardados durante el día debido a que pueden perder humedad con facilidad, además, al ser organismos lentos, pueden ser una presa fácil de muchos depredadores.
El hábitat de los moluscos terrestre varía en gran medida, los podemos encontrar en bosques prístinos e intervenidos, vegetación intervenida y áreas de cultivo donde pueden convertirse en plagas importantes. Además, pueden observarse especies que trepan en los árboles o aquellas que pasan la mayor parte de su vida en la tierra. Pocas especies se han adaptado con éxito a las zonas áridas. En la época de sequía varias especies de caracoles estiban por alrededor de dos meses, para evitar las altas temperaturas, para ello buscan un refugio y segregan una mucosidad que sella la apertura de la concha y los ayuda a mantenerse hidratados.
Referencias
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- Hickman C.P. Roberts L.S. Larson A. l’Anson H. & Eisenhour D.J. 2006. Principios Integrales De Zoología. 13ª Ed. McGraw-Hill Interamericana. Madrid. Hickman, C.P.; Roberts, L.S. y Larson, A. 2002. Principios Integrales de Zoología. McGraw-Hill Interamericana Editores,S.A. España. 895 pp.
- Lindberg, D. R. (2009). Monoplacophorans and the origin and relationships of mollusks. Evolution: Education and Outreach, 2(2), 191-203.
- Meglitsch, P.A. 1986. Zoología de los Invertebrados. Ediciones Pirámide, S.A. España. 906 pp.
- Purchon, R. D. (2013). The biology of the Mollusca. Elsevier.
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