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En las ciencias biológicas, el termino herbívoro se utiliza para describir a todos aquellos organismos que se alimentan principalmente del tejido vegetal de las plantas. La mayoría de herbívoros son considerados consumidores primarios desde un punto de vista trófico, debido a que se alimentan de organismos autótrofos (más información) y probablemente sean presas de los consumidores secundarios o carnívoros. Podemos encontrar especímenes herbívoros en animales tanto invertebrados como vertebrados, así como los enormes enjambres de langostas (familia Acrididae) capaces de devorar cultivos enteros, la iguana de las Galápagos (Amblyrhynchus cristatus) que solo se alimentan de algas, aves como los colibrís (Subfamilia Trochilinae) también conocidos como picaflores, quienes se alimentan principalmente del néctar de las flores o el gorrión (Passer domesticus) cuya dieta es básicamente semillas. Incluso mamíferos, en donde podemos encontrar rumiantes y mamíferos herbívoros no rumiantes.
Como sabemos, los mamíferos son vertebrados amniotas placentarios, cubiertos de pelo, endotérmicos y homeotermos, cuya principal característica es la presencia de glándulas mamarias, con las cuales, pueden alimentar a sus crías con leche. Se considera que los primeros reptiles sinápsidos mamiferoides aparecieron en el Triásico superior en la era mesozoica, hace unos 280 millones de años; aunque no fue sino hasta la extinción masiva del Cretácico terciario cuando los mamíferos comenzaron a diversificarse hasta la actualidad.
La evolución y diversificación se ha visto asociada con la aparición de muchos caracteres derivados de gran importancia como: un cerebro mayor, mayor integración y desarrollo sensorial, modificaciones en el esqueleto que permitieron mayor actividad, mayores tasas metabólicas y endotermia. Se han clasificado aproximadamente 5.486 especies, distribuidas en 29 órdenes y 156 familias.
La dieta de los mamíferos puede ser altamente especializadas o generalista, y muchas de sus adaptaciones se encuentran asociadas a sus dietas. Esto les ha permitido explotar una enorme diversidad de fuentes de alimentación, por lo que podemos encontrar mamíferos carnívoros (en donde podemos incluir a los piscívoros e insectívoros), omnívoros y herbívoros.
Entre los mamíferos herbívoros reconocemos dos grupos principales: los rumiantes y los mamíferos herbívoros no rumiantes. Los rumiantes son aquellos cuya digestión se lleva a cabo en dos etapas, y la mayoría pertenecen al Orden Artiodactyla (camellos, llamas, antílopes, jirafas, ciervos, cabras y bóvidos). Por el contrario, los mamíferos herbívoros no rumiantes presentan una digestión en una sola etapa, entre ellos podemos identificar a conejos, caballos, algunos roedores, el elefante, los zorros voladores e incluso algunos primates.
A continuación, vamos a explorar cuales son las características principales de los mamíferos herbívoros no rumiantes, las adaptaciones de sus sistemas digestivos y algunos especímenes resaltantes.
Sistema digestivo en mamíferos herbívoros no rumiantes
En los mamíferos herbívoros los caninos suelen estar ausentes o reducidos, por el contrario, los molares son amplios, con coronas altas y adaptados para la trituración. Debido a su dieta, presentan adaptaciones para poder metabolizar la celulosa, ya que ningún vertebrado es capaz de romper los enlaces que unen esta molécula, los herbívoros almacenan una micro flora de bacterias anaeróbicas en cámaras de fermentación en el tubo digestivo.
Los sistemas digestivos de los mamíferos herbívoros no rumiantes cuentan con un divertículo lateral en el tubo digestivo conocido como ciego, el cual, cumple la función de una cámara de fermentación y área de absorción. Cuentan con un tracto digestivo grande y alargado, y para sobrevivir necesitan alimentarse de una cantidad considerable de plantas. Presentan un estomago simple, que, a diferencia de los rumiantes, no posee ninguna cámara.
Ejemplos de mamíferos herbívoros no rumiantes
Muchas adaptaciones de los mamíferos están asociadas al tipo de dieta que presentan, por eso podemos encontrar una gran cantidad de hábitos y estructuras anatómicas que les permiten explotar los distintos recursos tróficos. Entre los mamíferos herbívoros no rumiantes, encontramos algunas adaptaciones en sus sistemas digestivo o relacionada con sus dietas. En este segmento, vamos a hablar sobre los sistemas digestivos de algunos especímenes:
El caballo
El caballo (Equus ferus caballus) es un mamífero perteneciente a la Familia Equidae (Orden Perissodactyla), el cual, ha sido domesticado por el hombre. Son mamíferos herbívoros no rumiantes, aunque al igual que muchos rumiantes practica el ramoneo o pastoreo. Su sistema digestivo se encuentra adaptado para el consumo de fibra y materia vegetal, llegando a consumir de 7 a 11 Kg de alimento diariamente. En comparación con los rumiantes, su sistema digestivo es considerado monogástrico e incluye órganos como el esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso.
El estómago del caballo es particularmente pequeño, comprende una sola cámara y se encarga de almacenar, mezclar, digerir e impulsar el alimento hasta el intestino delgado. Muy poco de los nutrientes son absorbidos mientras el alimento es digerido en el estómago. A diferencia de los rumiantes, los caballos no pueden consumir grandes cantidades de alimento al mismo tiempo; no obstante, de forma similar, tampoco puede quedar vacío porque generan gases que pueden causarle la muerte al ejemplar. Esto quiere decir, que los caballos deben comer porciones pequeñas y continuas de alimento. Después de ser digerido en el estómago, el bolo de alimento parcialmente digerido continua hasta el intestino delgado.
En el intestino delgado se lleva a cabo la absorción de la mayoría de los nutrientes y ocurre una digestión enzimática. Cuenta con las adaptaciones necesarias para absorber los hidratos de carbonos solubles y las proteínas; los hidratos de carbonos que no puedan ser digeridos serán movilizados hacia el intestino grueso. El paso de los alimentos por el intestino delgado de los caballos se considera que es relativamente rápido.
El ciego y el colon se encuentran en el intestino grueso del caballo. En el ciego ocurre la fermentación de los alimentos gracias a la flora microbiana, en un proceso similar al que ocurre en la panza de los rumiantes. A continuación, el alimento se moviliza al colón, en donde se absorben los nutrientes que no pudieron ser asimilados en el intestino delgado. En comparación con el estómago y el intestino delgado, el paso de los alimentos por el intestino grueso es relativamente lenta, siendo este la parte más alargada del sistema digestivo.
El conejo
Ahora veamos el sistema digestivo del conejo común (Oryctolagus cuniculus). Son mamíferos herbívoros no rumiantes, pertenecienten a la Familia Leporidae (Orden Logomorpha), en esta familia podemos encontrar también a otras especies de conejos y liebres que comparten un sistema digestivo similar.
Debido a su tamaño, los conejos presentan una alta tasa metabólica, por lo cual, se encuentran constantemente forrajeando y mordisqueando la materia vegetal. Por su mismo tamaño, solo pueden almacenar pequeñas cantidades de alimento. El tubo digestivo cuenta con una longitud de unos 4,5 a 5 m en conejos adultos. Esta comprendido por la boca, el esófago, estómago, intestino delgado y grueso.
El esófago es corto, el alimento se moviliza desde la boca hacia el estómago por esta estructura. El estómago de los conejos es simple, presenta una sola cámara que puede llegar a contener entre 90 a 100 gr de alimento, en donde comienza la digestión y la mezcla de este bolo alimenticio, el cual sufre pocas transformaciones químicas durante esta fase. Al estómago le sigue el intestino delgado, el alimento transita del estómago al intestino gracias a las contracciones estomacales. El intestino delgado cuenta con 3 metros de longitud y en él se absorben los líquidos y los elementos fácilmente degradables, gracia de enzimas especializadas para esta acción.
Al pasar por el intestino delgado, el bolo de alimentos desemboca en el ciego. Esta estructura se trata de una segunda cámara de aproximadamente 40 cm, cuya pared está constituida por un tejido linfoide, que se encuentra ubicado muy cerca del inicio del colon. Esta estructura sirve como lugar de depósito, en él se encuentran bacterias y enzimas que permiten la fermentación de la celulosa hasta convertirla en hidratos de carbonos. El contenido que queda del bolo alimenticio se puede mantener en el ciego hasta 12 horas, siendo digerido por las enzimas producidas por la microbiota.
El contenido que no es digerido por el ciego es impulsado hacia el colon, hasta este punto el funcionamiento del tubo digestivo es similar al de cualquier herbívoro no rumiante con una digestión monogástrica. Posterior a la fermentación, se forman pequeños bolos conocidos como cecotropos (heces nocturnas). Estas heces son expulsadas y re consumida por los conejos directamente desde el ano (cecofagía). Su proceso de excreción está asociado con el ciclo circadiano de los animales. La cecofagía permite al conejo incrementar la digestibilidad de los nutrientes.
El Capibara
Muchos roedores (Orden Rodentia) como ratones de campo y hámster son mamíferos herbívoros no rumiantes. Una especie llamativa para explicar cómo es la digestión en roedores herbívoros, es el capibara (Hydrochoerus hydrochaeris), también conocido como chigüire. En la naturaleza, los capibaras juegan un importante rol en los pastizales de sabana al consumir el forraje, lo que permite que otras especies de plantas poder desarrollarse.
Al igual que otros roedores, el capibara cuenta con cuatro incisivos muy desarrollados y carecen de caninos, y gracias a la articulación mandibular, les permiten moler efectivamente el alimento. El esófago presenta un epitelio conificado, para proteger a la mucosa del paso de alimentos muy grandes o toscos. Cuenta con un típico estomago monogástrico, donde se lleva a cabo parte de la digestión y con un tamaño aproximado de 30 cm de longitud.
El intestino delgado cuenta con vellosidades similares a los de los rumiantes, las cuales se encuentran muy desarrolladas y presentan un alto poder de absorción, y el intestino puede llegar a medir casi 6 m de largo. Así mismo, el intestino grueso es muy parecido al de otros mamíferos, el ciego presenta pliegues que aumentan la superficie de absorción del agua y los nutrientes que resultan de la fermentación de los alimentos. Los restos de los alimentos son movilizados al colon, cuyo tamaño es de aproximadamente 2 m de largo. El tubo digestivo de los capibaras tiene una longitud total de unos 9,99 metros.
Aunque existen muchos mamíferos herbívoros no rumiantes que abarcan varios ordenes, vamos a concluir esta sección hablando de uno de los primates más llamativos de la naturaleza: el gorila de montaña.
El gorila
El gorila (Gorilla beringei beringei), es un mamífero herbívoro no rumiante, aunque pueden llegar a consumir algunos insectos, su dieta es principalmente a base de material vegetal como: frutas, hojas, y brote.
Sus incisivos son amplios y aplanados, mientras que los caninos son grandes y desarrollados, adaptados para defenderse. Presentan molares grandes, adecuados para la triturar y moler la materia vegetal. Durante la masticación es necesario que los gorilas rompan con sus dientes las paredes celulares de las plantas, permitiendo liberar el contenido intracelular y que este se mezcle con la saliva.
Presentan un estomago simple, con una sola cámara, y un intestino delgado largo. La fermentación de los alimentos se lleva a cabo en el colon, el cual es mucho más ancho que el intestino delgado. También cuentan con un ciego grade y que sirve como cámara accesoria de fermentación. En el intestino grueso se realiza la absorción de agua y electrolitos, así como la de vitaminas.
Otros mamíferos herbívoros no rumiantes pueden ser los murciélagos frugívoros, los elefantes y los pandas.
Bibliografía
- Costa Barllori, P. 1993.
- Hickman, C. et al. 2010.
- Mora-Valverde, D. 2010.
- Ziswiler, V. 1985.
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