Índice de este artículo
En la clínica de pequeños animales, la oncología veterinaria constituye una especialidad que en el pasado era inexistente. El sector industrial ha influido positivamente en el incremento y bienestar de la calidad de vida de las mascotas: alimentación balanceadas, productos y accesorios relevantes para su mantenimiento, fármacos orientados en exclusiva a los animales domésticos, etc.
Todo lo anterior, junto con mayores vínculos afectivos entre propietario-mascota, hace que nuestros animales domésticos sean más longevos, al mismo tiempo que con el transcurso de la edad, desafortunadamente, el cáncer en mascotas es más susceptible de contraer.
En la clínica veterinaria, si bien es consciente del problema relacionado con cáncer en mascotas, y la oncología es considerada como una especialidad, lo cierto es que está menos avanzada si se compara con los estudios que a tal fin existen en la medicina humana.
Los avances al respecto constituyen un paso alentador, ya que en muchas ocasiones va a suponer la cura o, al menos, aumentar la calidad de vida del paciente; no obstante, en otras ocasiones, desafortunadamente supone la muerte de la mascota.
En estudios relacionados con perros y gatos, se calcula que el 25% fallecen al contraer cáncer, tasa que se incrementa hasta un 45% en los considerados geriátricos, con más de 10 años de edad. En gatos parece que la predisposición a contraer cáncer es menor.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer en mascotas, al igual que en otros seres vivos, es considerado como una patología de tipo genético con presencia de un incremento de división celular y sin respuestas a mecanismos de control. En definitiva, se producen ciertas alteraciones en la célula que favorecen su división, crecimiento, incluso puede invadir otros tejidos. Igualmente la apoptosis no está presente, lo que inhibe al propio organismo deshacerse de células dañadas.
En pacientes o mascotas oncológicas, el clínico veterinario suele diferenciar términos para que la comunicación con el propietario sea más acorde con la patología que presente el animal doméstico. Así se suele utilizar la siguiente terminología:
Cáncer: proceso neoplásico con crecimiento incontrolado celular, puede ser benigno (el crecimiento es lento) o maligno (crecimiento acelerado).
Tumor: es un término que se utiliza para describir lo perceptible físicamente, es decir, una masa en el organismo extraña (neoplasma). Las células cancerígenas se agrupan formando tumores.
La diferencia entre maligno o benigno alude al hecho de que si estamos ante una neoplasia maligna, el crecimiento celular es más rápido y afecta a otros tejidos lo que suele producir metástasis.
Neoplasia: Es el término adecuado para determinar la existencia o formación de un neoplasma o tumor.
Diagnóstico oncológico veterinario
Para el diagnóstico de un cáncer en mascotas el facultativo tiene en cuenta un detallado historial clínico del paciente, en el que se analizan factores de riesgos como la raza, edad, sexo, etc. La anamnesis también es muy relevante, es decir, la propia información aportada por el propietario de la mascota.
Si el tumor es visible, la exploración física también cobra importancia para el diagnóstico oncológico. Otras técnicas veterinarias utilizadas son las pruebas de diagnóstico por imagen, citología y biopsia.
Tratamientos frente al cáncer en mascotas
Existen diferentes tipos de tratamientos utilizados para combatir el cáncer en mascotas, en algunas ocasiones puede ser necesario la combinación de varias terapias. Su prevención no es posible en la mayoría de los casos, aunque si se detecta a tiempo y con un óptimo tratamiento veterinario, sin duda es la mejor opción para luchar frente a esta enfermedad. Así tenemos:
Cirugía: eficaz en tumores localizados que pueden extraerse del organismo afectado. Pueden afectar a la morfología de la mascota, aunque su capacidad de adaptación es elevada.
Quimioterapia: empleo de fármacos, si bien son agresivos en la medida que presentan toxicidad, pueden impedir la multiplicación de células cancerígenas o incluso facilitar que mueran.
Radioterapia: esta técnica permite proyectar radiaciones frente al tumor con la finalidad de manipular su ADN. Las radiaciones dañan a las células cancerígenas impidiendo su división.
Terapia de soporte: es importante un seguimiento veterinario en colaboración con el propietario dado los efectos que supone el tratamiento agresivo frente al cáncer, la mascota precisará de terapia para combatir efectos secundarios y otras sintomatologías.
Otras técnicas: son más avanzadas, muchas no se aplican tan asiduamente como las anteriores, ya que están en fases experimentales, por ejemplo, criocirugía o la hipertermia.
Eutanasia: en último caso, cuando los resultados no son los esperados, se recurre a la eutanasia pues ante todo se pretende evitar el sufrimiento del animal.
Cáncer en mascotas más susceptibles de contraer
Algunos ejemplos de cáncer en mascotas que más fácilmente se aprecian en la clínica veterinaria son los siguientes:
Tumores de piel: Frecuentes en perros y en gatos, más habitual en cánidos, aunque son menos malignos que los contraídos por felinos domésticos.
Tumores de mamas: en gatos hay una más alta porcentabilidad de ser malignos, si se compara con perros.
Linfomas: en ciertas ocasiones son consecuencias de virus, el paciente afectado presenta un incremento de tamaño en ganglios linfáticos.
Abdominales: tienen el problema de que estos tumores son difíciles de diagnosticar en la mascota.
Tumores de huesos: más fácil de que se manifiesten en perros que en gatos. El animal afectado presentan síntomas como cojeras, dolor o inflamación.
Neoplasias en cavidad oral: más frecuente en perros que en gatos.
Conclusiones en oncología veterinaria
Muchas neoplasias malignas no pueden ser curadas e inevitablemente conducirán a la muerte de la mascota.
Otras, aunque malignas, pueden tratarse adecuadamente, incrementan la calidad de vida del animal y alargan sus propias expectativas. Sin olvidar que en tratamientos agresivos se han obtenido, en ocasiones, resultados favorables con la total curación del paciente.
El cáncer en mascotas, si son benignos, son más fáciles de tratar, algunos incluso pueden curarse por completo.
El cáncer en mascotas se tratará mejor si se descubren tempranamente.
No todo es negativo en cáncer de mascotas, es una enfermedad crónica, pero en ocasiones puede tener cura, a diferencia de otras enfermedades crónicas que afectan a órganos o sistemas y de las que carecen de cura: problemas renales, cardíacos, etc.
Gracias a los avances en oncología veterinaria, cada vez son más sofisticadas las técnicas de diagnóstico y tratamiento para luchar frente a neoplasias.
Aunque mayoritariamente se desconocen las causas del cáncer en mascotas, en ocasiones se pueden prevenir, especialmente aquellos en que sí se ha logrado conocer su causa, por ejemplo, tumores de mama. Por desgracia, el desencadenante de la enfermedad es desconocido en la mayoría de los casos, por lo que detectarlos y tratarlos precozmente es la mejor opción que los expertos valúan en la clínica veterinaria.
Deja una respuesta