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El aparato reproductor del perro y demás mamíferos está compuesto por un conjunto de estructuras cuya fisiología responde en forma permanente al accionar de las hormonas sexuales. Sus órganos presentan un origen embrionario común con el sistema excretor, y es por eso que diversos textos lo describen como aparato urogenital.
Haremos un repaso anatómico del aparato reproductor del perro destacando los principales componentes en macho y hembra.
Órganos reproductivos del macho
El aparato reproductor del perro macho está compuesto por elementos con función principalmente glandular, comunicados entre sí por un sistema de conductos cuyo último tramo se encuentra representado por la porción visible de la uretra.
En su descripción anatómica se reconocen los testículos con sus anexos, y el pene o uretra peneana.
Testículos
Los testículos constituyen las gónadas o glándulas sexuales masculinas del aparato reproductor del perro. Su secreción está conformada por un componente interno (endocrino) hormonal y uno de tipo externo (exocrino) representado por los espermatozoides. Son órganos pares, sólidos y de forma elipsoide.
En el perro, los testículos se encuentran ubicados en una posición intermedia entre la región inguinal y el periné, llevando una inclinación predominantemente horizontal. Están recubiertos por un escroto que, a diferencia del gato (te sugerimos visitar el aparato reproductor del gato), es péndulo y con poco pelo.
El tejido funcional principal -llamado parénquima- está compuesto por una gran cantidad de conductillos conocidos como túbulos seminíferos. Estos túbulos representan pequeñas estructuras contorneadas, a partir de las cuales se producen los espermatozoides en un proceso conocido como espermatogénesis.
Cada túbulo seminífero desemboca posteriormente en una red central, para continuar su recorrido en conductos de mayor calibre ubicados en epidídimo y conducto deferente.
Epidídimo y conducto deferente
El epidídimo es una estructura par, longitudinal, ubicada sobre el eje largo de cada testículo. Es un órgano firme, formado internamente por una red de conductillos y conductos principales sostenidos por una matriz o estroma de tejido conectivo. Se lo divide anatómicamente en tres porciones principales conocidas como cabeza, cuerpo y cola.
La secreción espermática producida en las células de los túbulos seminíferos es conducida por las vías del epidídimo hacia el conducto deferente.
El conducto deferente, uno por cada testículo, es un órgano tubular por medio del cual el componente celular del semen alcanza la uretra peneana. Su mucosa o superficie interna posee una gruesa pared muscular, que deja conformada a su vez una luz particularmente estrecha.
Pene, prepucio y glándulas accesorias
El aparato reproductor del perro macho se continúa con el pene o uretra peneana, su prepucio y las glándulas sexuales accesorias.
La primera porción de la uretra del perro se encuentra rodeada por la próstata. Esta última -junto con las glándulas ampollares- constituye la estructura accesoria principal responsable del componente líquido del semen del perro.
El pene del perro presenta importantes diferencias con respecto al pene del gato. Es una estructura pendular, con raíz a nivel inguinal y dirigido hacia delante en su recorrido por la superficie ventral del perro. En su constitución se reconocen una uretra central, un tejido eréctil esponjoso, y un componente fibroso que se transforma en hueso en su porción distal (extremo). Este hueso, también conocido como os penis, es el componente de la uretra peneana que posibilita la característica penetración (sin necesidad de erección) en la especie canina.
Es su posición de reposo, el pene del perro se halla enteramente contenido dentro del prepucio. El prepucio representa una estructura péndula, y se encuentra suspendido del piso del abdomen por un pliegue de piel.
Órganos femeninos de la reproducción
El componente femenino del aparato reproductor del perro está formado por estructuras dinámicas especializadas con diferente aspecto y función. En su composición anatómica se identifican los ovarios, las trompas uterinas, el útero, y su porción final compuesta por vagina, vestíbulo y vulva.
Ovarios y trompas uterinas
Los ovarios son estructuras elipsoides firmes de aproximadamente 1,5 cm de largo, dependiendo del tamaño de la perra y de la fase del ciclo reproductivo en la que esta se encuentre. En las perras, cada ovario se encuentra contenido en una estructura formada por pliegues de tejido conectivo con abundante grasa llamada bolsa ovárica.
Los ovarios representan las gónadas o glándulas sexuales femeninas a partir de las cuales se producen los oocitos o gametos.
Las trompas uterinas son delicadas estructuras que parten de cada ovario formando un trayecto tortuoso. Es el sitio en el cual los espermatozoides se encuentran con los gametos de la hembra una vez producida la ovulación.
Cada trompa se une finalmente por uno de sus extremos al cuerno uterino de su mismo lado.
Útero
El útero de la perra presenta un cuerpo corto de 2 a 3 cm, del cual parten dos cuernos largos y delgados de aproximadamente 12 cm de largo por 1 cm de ancho. Los cuernos uterinos representan los sitios de anidación de los embriones en la hembra gestante.
El útero de la perra posee un cuello corto, cuya luz describe un conducto que promedia 1 cm de largo. Representa el punto anatómico de transición con la vagina propiamente dicha.
Vagina, vestíbulo y vulva
La descripción anatómica del componente femenino del aparato reproductor del perro termina con la vagina propiamente dicha, el vestíbulo vaginal y la vulva o labios vulvares.
La perra presenta una vagina larga de aproximadamente 12 cm, cuya disposición a nivel de la pelvis es principalmente horizontal. En su tramo vestibular, sin embargo, el recorrido de la vagina adquiere una inclinación de tipo descendente. Esta disposición es característica de la especie y debe tenerse en cuenta al momento de introducir cualquier instrumento con fines de exploración o diagnóstico.
En el aparato reproductor del perro, finalmente, la vulva representa la porción visible de los órganos femeninos. En la hembra canina, los labios vulvares son gruesos y delimitan una comisura dorsal redondeada frente a una ventral que termina en forma de punta. A diferencia de la gata, la vulva de la perra se vuelve turgente y edematosa en la fase estrogénica de cada ciclo estral.
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