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Al pensar en reptiles peligrosos, es común que lo primero que se nos venga a la cabeza sean serpientes. Sin embargo, estas no son las únicas especies de este grupo que poseen la capacidad de producir toxinas para defenderse o capturar presas. En este sentido, es posible mencionar algunos de los lagartos más venenosos, que al igual que las serpientes (clic para más información) cuentan con glándulas productoras de sustancias tóxicas.
No obstante, la mayoría de los reptiles pertenecientes al suborden Lacertilia son inocuos o inofensivos para los seres humanos, a pesar de que algunos representan a los lagartos más venenosos. Además, muchos de ellos cuentan con apariencias intimidantes, con garras prominentes, así como un aspecto áspero y hostil, en conjunto, con su veneno, son capaces de producir lesiones con altos niveles de dolor.
Evolución de las glándulas orales en los lagartos más venenosos
La producción de toxinas a través de glándulas que han sido modificadas para este fin, es un aspecto que se ha desarrollado solo en dos grupos de reptiles: algunas serpientes y un par de familias de lacertilios. La evolución de los sistemas de veneno se ha dado paso entre una increíble radiación de serpientes, mientras que en la subclase Lacertilia únicamente se encuentra en un par de familias, con especies consideradas como los lagartos más venenosos.
Las glándulas de veneno de los lagartos más venenosos se desarrollaron de manera independiente a los sistemas de las serpientes. Además, se ha determinado que otros grupos de lagartos como las iguanas, también tienen cierta capacidad de producir toxinas. Muchos investigadores sugieren que los reptiles que presentan glándulas orales que producen veneno conforman un clado particular.
Esto significa que la producción de veneno tiene un único origen temprano entre las serpientes y los lacertilios. Dicha teoría se ve apoyada por análisis moleculares de ADN de glándulas productoras de toxinas, además de análisis filogenéticos. Gracias a estos estudios también se ha determinado que las serpientes y lagartos más venenosos comparten alrededor de 9 tipos de toxinas distintas. Algunos de ellos, como el producido por el lagarto monitor (Varanus varius) tienen efectos negativos sobre la presión arterial y la coagulación sanguínea.
Por otro lado, en especies como Pogona barbata se conservan las características del veneno ancestral, en el que las glándulas no son compuestas y se encuentran ubicadas en serie, sobre las mandíbulas superior e inferior. La investigación de los lagartos más venenosos representa grandes aplicaciones en áreas como la biomedicina, pues abre la posibilidad de estudiar toxinas que no se han investigado en el pasado y que parecen ser las recetas ancestrales de los venenos más avanzados de algunas serpientes.
Diferencia entre lagartos venenosos y tóxicos
Aunque los términos venenoso y tóxico suelen ser usados de manera indiscriminada, existen importantes diferencias que implican aspectos morfológicos de los animales. Aprender a diferenciar un animal venenoso de uno tóxico, resulta de gran utilidad para hablar de los lagartos más venenosos.
El veneno y la toxina son prácticamente sustancias iguales, producidas a través de una glándula especializada. Se trata de compuestos químicos producidos como mecanismo de defensa, o para inmovilizar presas e incluso ayudar en su digestión. No obstante, el modo en que esta es administrada a las víctimas es lo que determina si un animal es solo tóxico o es venenoso.
Por un lado, los animales venenosos administran su veneno a partir de la mordida o por una picadura de una estructura especializada como colmillos o aguijones. Es decir, el veneno es inyectado en el cuerpo de las presas o posibles depredadores. Por su parte, los animales tóxicos no son capaces de administrar las toxinas, sino que estas son liberadas de manera pasiva o indirecta al ser tocados o presionados. Por esta razón, la mayoría de especies tóxicas (como algunos sapos y ranas) producen dichas sustancias a través de la piel.
Podemos resumir que si un animal muerde o pica es venenoso, mientras que si debe ser tocado, mordido o presionado para liberar el veneno, se trata de un animal tóxico. Se conocen especies de animales que tienen ambas habilidades. En cualquiera de los casos, se han diferenciado varios tipos de veneno: neurotóxico (efectos sobre el sistema nervioso), hemotóxico (daños en la sangre y tejidos vasculares), miotóxico (deterioro de tejido muscular) y cito o necrotóxico (muerte celular y, por lo tanto, del tejido).
Algunos de los lagartos más venenosos
Se citan algunas de las especies más representativas.
Gila
El monstruo de Gila, Heloderma suspectum, es una especie encontrada en zonas áridas de los estados de Arizona, California, Nevada, Nuevo México y Utah. Además, se encuentra en estados mexicanos de Sonora y Sinaloa. Esta especie es considerada uno de los lagartos más venenosos y cuenta con un cuerpo robusto, aunque raramente sobrepasa los 50 cm de longitud.
El lagarto de Gila representa el lacertilio más grande de los Estados Unidos y se caracteriza por tener una coloración oscura con bandas claras de tonos rojizos o rosados. En las épocas de altas temperaturas, estos animales suelen alimentarse de pequeños mamíferos que cazan durante la noche, así como algunas aves y sus huevos. La cola del monstruo de Gila sirve como un almacén de grasa, que es usada como reserva nutricional durante los meses de invierno.
A diferencia de las serpientes venenosas, el monstruo de Gila no inyecta veneno a través de sus colmillos. Estos animales tienen una fuerte mordida que ejecutan sobre sus presas, causando heridas por las que se integra el veneno producido desde las glándulas ubicadas en la mandíbula inferior. Los dientes cuentan con una especie de canal que permiten conducir el veneno hacia el lugar de la mordida. El veneno de estos animales es de tipo neurotóxico, por lo cual afecta el sistema nervioso.
Lagarto de cuentas mexicano o chaquira
El lagarto chaquira o de cuentas, Heloderma horridum, es una especie emparentada al lagarto de Gila, aunque presenta mayor tamaño, llegando a medir 80 cm de longitud. Además, tiene una coloración más oscura. El lagarto de chaquira se distribuye en la costa del pacífico mexicano. Estos lagartos no solo comparten hábitos y relaciones taxonómicas con los monstruos de Gila, sino que al igual que ellos son considerados como uno de los lagartos más venenosos.
Asimismo, inoculan el veneno de forma similar, mediante una fuerte mordida con sus imponentes mandíbulas. A pesar de ser animales venenosos, son víctimas frecuentes del comercio ilegal de mascotas exóticas, siendo exportados a Estados Unidos, Europa y algunos países de Asia.
Varano de agua
Con su comportamiento feroz, garras fuertes y presencia intimidante, el varano de agua (Varanus salvator) representa uno de los lagartos más venenosos. Esta especie proviene de las islas mayores de la Sonda y zonas costeras de la Bahía de Bengala. Se distribuye además desde Sri Lanka hasta el Sur de China. Como es característico del género Varanus, estos animales cuentan con un cuello alargado, además de un cuerpo robusto y pesado. La cola y las patas se encuentran bien desarrolladas y los adultos pueden medir, desde el hocico hasta el extremo de la cola, unos 2,7 metros.
Al igual que otros varanos, estos reptiles son carnívoros y cazadores voraces, capaces de devorar desde insectos hasta pequeños mamíferos y aves. Sus métodos de caza son bastante activos, pudiendo nadar, perseguir activamente y hasta trepar por los árboles hasta alcanzar su comida. No obstante, también son considerados como carroñeros. La mordida de los varanos de agua viene acompañada con la inoculación de veneno producido por las glándulas presentes en sus mandíbulas. Además, cuentan con una serie de bacterias que pueden causar graves infecciones en las heridas ocasionadas por sus feroces dientes.
Dragón de Komodo
El dragón de Komodo, Varanus komodoensis, es uno de los lagartos más venenosos y conocidos en el mundo. Además, representan la especie de Lacertilia viva más grande, llegando a alcanzar un impresionante peso de 135 Kg y hasta 3 metros de longitud. Tal como indica su nombre común, es una especie que habita en la isla de Komodo y otras islas vecinas de la Sonda de Indonesia.
La popularidad de esta especie radica en su ferocidad, ya que cuenta con un comportamiento bastante agresivo. Es capaz de cazar una variedad de presas, incluidos otros miembros de su especie. Su poderosa mordida es capaz de provocar heridas que son inoculadas con veneno que presenta acción hemotóxica. Además, las bacterias que acompañan la saliva de este animal infectan las heridas, causando una rápida descompensación de las presas, que entran en shock y mueren rápidamente.
Iguanas
Si bien las iguanas no podrían ser consideradas como uno de los lagartos más venenosos, se ha descubierto que muchas especies presentan glándulas venenosas rudimentarias. Estas son capaces de producir sustancias con baja toxicidad, por lo cual no se consideran animales peligrosos. Sin embargo, algunas de sus mordidas pueden causar lesiones de distintos grados en zonas vulnerables como la cara, las muñecas y los tobillos, aunque dichas heridas se relacionan más al daño causado por sus afilados y numerosos dientes.
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Referencias
- Beck, D. D. (2004). Venomous lizards of the desert. NATURAL HISTORY., 113(6), 32-37.
- Rafferty, J. P. (Invalid Date). 7 of the World’s Most Dangerous Lizards and Turtles. Encyclopedia Britannica.
- Fry, B. G., Vidal, N., Norman, J. A., Vonk, F. J., Scheib, H., Ramjan, S. F., … & Kochva, E. (2006). Early evolution of the venom system in lizards and snakes. Nature, 439(7076), 584-588.
- Sprackland, R. G. (1993). Venomous lizards. Trop. Fish Hob, 41(10), 138-145.
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