Índice de este artículo
Las migrañas son dolores de cabeza de curso crónico, originado por un descontrol neurológico. Se manifiesta casi siempre después de experimentar ciertos síntomas de alerta, al cual se le denomina aura, aunque también se puede presentar sin ella.
El dolor de cabeza migrañoso o jaqueca como también se le conoce presenta un umbral de dolor entre moderado y severo. Además, se combina con otros síntomas que suelen ser muy característicos en este padecimiento.
Según la Sociedad Internacional de Cefalea, las migrañas pertenecen a las cefaleas de tipo primaria.
Se denomina cefaleas primarias, aquellas que se presentan sin que exista una causa aparente que la esté provocando.
Los episodios de dolor suelen ser recurrentes, manifestándose más o menos de la misma manera y con los mismos síntomas en la persona que la padece, pero con diferencias entre un individuo a otro. Su duración es variable.
Durante el episodio migrañoso, es común que el paciente manifieste una hipersensibilidad a la luz y a los sonidos, conociéndose a estos fenómenos como fotofobia y sonofobia respectivamente, es decir, al paciente le molesta la luz y los sonidos fuertes.
Aparte, también puede presentar náuseas y vómitos.
Fisiopatología de las migrañas
La migraña se produce por un descontrol o cambios en la perfusión sanguínea en la zona afectada.
Los estudios indican que antes de presentarse el dolor, existe hipo perfusión sanguínea y gradualmente se va modificando hasta llegar a una híper perfusión. Con la híper perfusión aparece el dolor y este desaparece cuando la irrigación sanguínea vuelve a la normalidad.
La híper perfusión se origina por la vasodilatación de los vasos sanguíneos a nivel craneal, lo cual se desarrolla en conjunto a una inflamación local de tipo aséptica.
Tipos de migrañas
No todos los individuos que padecen de este problema lo hacen de la misma manera. Según la Sociedad Internacional de Cefalea existen 6 subtipos que se explicarán a continuación:
Migraña sin aura
También se le conoce como migraña común, siendo mucho más frecuente que la migraña con aura. Su origen no obedece al padecimiento de ninguna otra patología subyacente.
Las migrañas sin aura son aquellas que aparecen sin que existan síntomas previos que puedan servir de premonición antes que el dolor de cabeza haga su aparición.
Cumplen ciertos criterios, estos son:
- Suelen durar de 4 a 72 horas, si no es tratada o si el tratamiento no es el adecuado.
- Por lo general el dolor se manifiesta hacia un lado de la cabeza (unilateral).
- Se presenta o se intensifica con alguna actividad física.
- El dolor se caracteriza por ser pulsátil.
- El dolor se describe de moderado a severo.
Migraña con aura
Este tipo de migraña también se le denomina migraña clásica. La palabra aura significa que a la migraña le anteceden unos síntomas de alerta que ponen en preaviso al paciente sobre la crisis de dolor que desarrollará; casi siempre inmediatamente después de sentirlos.
Aunque también podría aparecer el dolor mientras se desarrollan los síntomas del aura.
Entre los síntomas que pueden aparecer como señal de aviso o aura son:
- Visualización temporal de luces o manchas destellantes o luminosas. Que luego desaparecen.
- Pérdida de la visión repentina y transitoria.
- Afectación somatosensorial, tales como: puyazos o hincadas o adormecimiento de alguna parte del cuerpo.
- Se pierde de forma transitoria la coordinación del habla (Disfasia temporal).
- Los síntomas del aura pueden aparecer por rangos de 5 minutos (un mismo síntoma o varios en forma continuada cada 5 minutos).
- Es posible que el aura dure más de 5 minutos sin sobrepasar 1 hora de duración.
Cabe destacar que no se presentaran todas estas características en un mismo paciente, por lo general se combinan varias de estas posibilidades.
Síndromes periódicos de la niñez que usualmente son precursores de migraña
Son niños que durante su infancia presentan algún signo o síntoma en forma de episodios inexplicables y únicos para cada paciente.
Los síntomas no están asociados a ninguna patología existente. Los síntomas son: vómitos recurrentes, dolores a nivel del abdomen y/o vértigo paroxístico.
Esta condición es considerada un signo de alarma o preaviso de sufrir crisis de migrañas en la edad adulta.
Migraña retiniana
Los pacientes con este tipo de migrañas refieren junto al dolor alteraciones a nivel de la retina como su nombre lo indica.
Las anomalías visuales son diversas y recurrentes. Estas pueden ser zonas lumínicas o espacios oscuros (escotomas) o pérdida total de la visión momentánea. Estos síntomas visuales generalmente se presentan en uno de los dos ojos (monocular).
Complicaciones de la migraña
Existen algunos términos diagnósticos en relación a los tipos o formas de migrañas más complicadas como las que se mencionan a continuación:
Migrañas crónicas
A este padecimiento se le da el nombre de migraña crónica cuando las crisis de dolor se repiten por más de 15 veces en un solo mes, perdurando de ese modo por tres meses o más. Al realizar la evaluación clínica al paciente este no presenta ninguna patología, ni condición especial que justifique ese dolor.
Estado migrañoso
Esta denominación es usada cuando el episodio de dolor tiene un tiempo de duración mayor a 72 horas sin tregua. Si el dolor llegase a desaparecer en algún momento antes de este tiempo, por ejemplo mientras duerme, entonces ya no se trata de un estado migrañoso.
Aura persistente sin infarto
Este tipo de diagnóstico se da cuando el paciente aun sin tener manifestaciones radiográficas de haber sufrido un infarto cerebral, presenta un aura migrañosa persistente y continuada por más de 1 semana de duración.
Infarto migrañoso
Se le llama así cuando el paciente presenta un aura migrañosa por más de 1 hora, sin importar si fue un solo episodio o si el mismo es recurrente. Radiológicamente debe existir evidencia de infarto cerebral.
Aunque no hay datos científicos que puedan sustentar la siguiente teoría, se cree que los pacientes que sufren de migrañas tienen un alto riesgo de sufrir de enfermedad vascular cerebral y por ello el estado de infarto migrañoso es posible.
Migrañas que inicia una crisis epiléptica
Son diagnosticados con este subtipo de migraña a los pacientes que durante la crisis dolorosa con aura o después de esta sufren un ataque epiléptico.
Probable migraña
Se le llama así, cuándo los síntomas que presenta el paciente no entran en ninguna de las clasificaciones antes mencionadas, pero existen dolores de cabeza crónicos sin causa aparente.
Desencadenantes de la crisis migrañosa
- El insomnio.
- La hipersomnia.
- El estrés.
- El ejercicio físico de alta intensidad.
- Algunas comidas como quesos y el chocolate.
- Algunas bebidas como los licores, el café en exceso.
- Cambios de temperatura bruscos.
- Cambios hormonales en las mujeres.
Prevalencia
Las mujeres son más propensas a sufrir de migrañas que los hombres, se estima que 17,6% de las mujeres presentan este mal, exacerbándose el dolor si toman anticonceptivos orales, mientras que solo el 6% de los hombres se ve afectado por este padecimiento, según un estudio de prevalencia realizado en Estados Unidos.
Sin embargo, el pronóstico en la mujer es mucho más alentador que en los hombres, ya que la migraña parece estar asociados a las hormonas.
Es por esta razón que las crisis se atenúan en los primeros meses de embarazo, y puede llegar a desaparecer en las mujeres después de la menopausia, pero en el hombre no desaparece nunca, solo se controla.
Diagnóstico diferencial
Muchas personas piensan que tienen episodios de migrañas, cuando en realidad se trata de una cefalea de tipo tensional episódica. Estas suelen ser mucho más frecuente que las migrañas, pero solo el médico tratante es capaz de diferenciarlas.
Tratamiento
No todas las personas reaccionan igual a los tratamientos. Cada paciente con migraña tendrá un fármaco que le será más efectivo que el resto.
Por lo general, la elección del medicamento se realiza dependiendo de la intensidad del dolor. Se deben evitar el uso de opiáceos porque producen adicción en el paciente o fármacos combinados de la misma familia.
El tratamiento se basa en aquellos medicamentos que ayudan a bloquear la crisis migrañosa, una vez que ya ha comenzado y aquellos que previenen su aparición.
Bloqueadores de la crisis migrañosa
Entre los que se utilizan para tratar el dolor se encuentran los pertenecientes al grupo de los triptanos.
Estas son sustancias agonistas del receptor de serotonina 1 (5-HT1). Se recomiendan cuando la intensidad es de moderada a intensa.
Son muy efectivos por su doble función antimigrañosa, pues son vasocontrictores y antinflamatorios. Está contraindicado en mujeres lactantes, en los hipertensos o con afecciones cardíacas, vasculares cerebrales.
Por otra parte, se encuentran los alcaloides ergotamínicos, estos son agonistas no selectivos de los receptores vasculares (5-HT1). Esta característica hace que desencadenen más efectos adversos secundarios y causen adicción.
Se usa en crisis de moderada a alta intensidad. Tienen las mismas contraindicaciones que los triptanos.
Otra opción son los antiinflamatorios no esteroideos. Estos actúan bloqueando a la enzima ciclo oxigenasa y por tanto inhiben la producción de sustancias pro-inflamatorias como las prostanglandinas.
Se usa en casos de dolor leve a moderado, aunque en algunos pacientes ha sido útil en dolores fuertes. Ejemplo ketoralaco, ketoprofeno, ibuprofeno, naproxeno.
Terapia preventiva
Se usan betabloqueadores como el propanolol, timolol y atenolol entre otros. Está contraindicado en hipotensos y pacientes que sufren de asma bronquial o que tengan problemas con la circulación aurículoventricular del corazón.
Otras sustancias útiles para la prevención de la crisis son: el divalproato de sodio, el topiramato, como primera elección y la gabapentina y el levetiracetan como segunda elección.
Entre otros menos utilizados y de eficacia dudosa se encuentran: flunarizina, verapamil, nimodipina, fluoxetina, sertralina y paroxetina.
Bibliografía consultada
- Deza L. (2010).
- Ramírez A, Díaz V, Rojas C, Behrens M y Kubisch C. (2006).
- Benavides D, Rodríguez L, Restrepo J, Vargas D. (2015).
- Gómez-Otálvaro M, Serna-Vélez L. (2015).
Deja una respuesta