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En este artículo te informamos sobre los nutrientes y sus correspondientes funciones para el organismo.
¿Qué son los nutrientes?
Los nutrientes son una amplia variedad de sustancias necesarias para el óptimo funcionamiento del organismo. Estos poseen múltiples funciones que garantizan el aporte de energía y la estabilidad de las estructuras celulares, además de constituir mecanismos de defensa ante patógenos infecciosos.
Estas sustancias, de importancia nutricional, se encuentran distribuidas en los alimentos tanto de origen animal como en los de origen vegetal. Su ingesta adecuada marca la diferencia entre salud y enfermedad.
El exceso de nutrientes puede conducir a problemas de obesidad, mientras que la deficiencia produce la desnutrición. Ambas patologías son de gran preocupación en la actualidad, por su alta prevalencia en países desarrollados y países en vías de desarrollo, respectivamente.
Clasificación o tipos de nutrientes
Los nutrientes pueden clasificarse de diversas formas, pero la más habitual es de acuerdo a las cantidades requeridas por el organismo. En tal sentido, se clasifican en macronutrientes y micronutrientes. También, en los párrafos posteriores hacemos una mención al agua.
Dentro de los macronutrientes se encuentran los carbohidratos o azúcares, los lípidos o grasas y las proteínas. En cuanto a los micronutrientes tenemos a las vitaminas y los minerales.
Macronutrientes
Carbohidratos
Estos son clasificados de acuerdo a la cantidad de residuos de azúcar presentes en su estructura química:
Monosacáridos, son los compuestos más simples, como la glucosa (azúcar presente en la sangre), fructosa (azúcar de las frutas) y galactosa.
Disacáridos: poseen dos residuos de monosacáridos en su estructura, a este grupo pertenecen la sacarosa o azúcar común, la lactosa presente en la leche y la maltosa o azúcar de la malta.
Oligosacáridos: son carbohidratos complejos que poseen de tres a cinco residuos de monosacáridos, tal como la rafinosa (trisacárido).
Polisacáridos: son carbohidratos complejos que tienen más de diez residuos de monosacáridos en su estructura, como es el caso del almidón que se encuentra en las papas, granos y tubérculos.
Lípidos o grasas
Los lípidos o grasas se clasifican en simples y compuestos.
Lípidos simples
De acuerdo a la presencia o cantidad de insaturaciones (dobles enlaces) en su cadena, pueden ser:
Ácidos grasos o grasas saturadas: no poseen insaturaciones en su cadena. Están presentes en las carnes, mantequilla y aceite de girasol entre otros.
Ácidos grasos o grasas insaturadas saludables: poseen dobles enlaces en su cadena y pueden ser: monoinsaturadas si tienen un solo doble enlace o poliinsaturadas si tienen varios. Un ejemplo de estas son los ácidos grasos alfa linolénico (omega 3) y ácido linoléico (omega 6), presentes en los aceites vegetales.
Sin embargo, existe otro grupo de grasas insaturadas, que no son saludables, conocidas como grasas trans. Estas son productos creados por hidrogenación de las grasas insaturadas, en procesos industrializados, y se encuentran en la manteca o aceites para freír.
Lípidos compuestos
A este grupo pertenecen los fosfolípidos, que se encuentran en hígado y huevos. Los glucolípidos presentes en el atún (ver ficha) y la leche. Además de las lipoproteínas de la mantequilla, margarina y la piel de pollo.
Por último, están los lípidos misceláneos como las vitaminas liposolubles A, D, E y K, y los esteroles que se encuentran principalmente en los alimentos de origen animal.
Proteínas
Las proteínas se clasifican de acuerdo a su estructura en:
Primaria: conformada por una cadena de polipéptidos sintetizada en los ribosomas.
Secundaria: forman alfa hélices y láminas beta y están presentes en proteínas estructurales como el colágeno, la elastina y la queratina.
Terciaria: estas pueden ser de estructura lineal, esférica o globular. Esta conformación es característica de la mioglobina, una proteína muscular.
Cuaternaria: es el resultado de las interacciones de dos o más cadenas polipeptídicas. Esta es una importante característica de la hemoglobina.
No obstante, es de interés en nutrición su clasificación de acuerdo a su valor biológico, el cual es definido por la cantidad de aminoácidos esenciales presentes en la proteína. En tal sentido, pueden ser de valor biológico alto, medio o bajo.
Las proteínas de alto valor biológico presentan una cantidad de aminoácidos esenciales similares a las proteínas del cuerpo. El aporte de aminoácidos esenciales es de aproximadamente 85%. Estas se encuentran en las carnes, leches y huevos.
Las proteínas de valor biológico medio aportan entre 70 a 84% de uno o más aminoácidos esenciales. Mientras que las proteínas de bajo valor biológico suministran menos del 70%.
Micronutrientes
Adicionalmente, existe otro grupo de nutrientes que son requeridos en muy pequeñas cantidades, al que se denomina micronutrientes. A este grupo pertenecen las vitaminas y minerales. En el caso de las vitaminas, estas forman dos grupos: hidrosolubles (solubles en agua) y liposolubles (solubles en grasas).
Por su parte, los minerales se pueden clasificar en: macrominerales o principales y microminerales o trazas. Los macrominerales son requeridos en el organismo en más de 100 mg diarios. Ejemplos de estos son el calcio, magnesio, fosforo, potasio, sodio, cloro y azufre.
En cambio, los microminerales o trazas se requiere una ingesta menor de 100 mg diarios. Estos representan una gran variedad, dentro de los que se destacan el hierro, zinc, cobre, selenio, manganeso, flúor, yodo, cobalto, entre otros.
Agua
El agua, aun cuando no es considerada propiamente como un nutriente, está presente en muchos alimentos. Es un componente esencial para todos los procesos fisiológicos, desde la absorción de nutrientes por el sistema gastrointestinal hasta la excreción de desechos metabólicos por la orina.
El agua es importante no solo como solvente de sales minerales, carbohidratos y proteínas, sino también como substrato activo de diversas reacciones químicas y como producto final de oxidaciones. Además, gracias a la cantidad de agua presente en la sangre, esta puede fluir a todos los tejidos del cuerpo.
En resumen, el agua es vital para mantener el equilibrio hidroelectrolítico y por ende la homeostasis del organismo.
Sustancias no nutrientes
También se conocen otras sustancias presentes en los alimentos, a las que se les adjudica beneficios para la salud, pero que no son consideradas nutrientes, como es el caso de los compuestos bioactivos: polifenoles, fitoesteroles y flavonoides, entre otros.
Por el contrario, se han descrito otro grupo de sustancias que obstaculizan la absorción de los nutrientes, a las que se le denomina antinutrientes como el ácido fítico y el ácido oxálico.
Estas sustancias se encuentran en algunos alimentos como los frijoles, cáscara de nueces, semillas, granos, etc.
Función de los nutrientes
Los nutrientes cumplen diversas funciones desde energéticas o estructurales, también intervienen en los procesos de desarrollo, diferenciación y proliferación de las células del sistema inmunitario.
Por ejemplo, algunos ácidos grasos como el omega 3 y omega 6 promueven la síntesis de las prostaglandinas, leucotrienos y tromboxanos. A estos ácidos grasos se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas y de reparación celular.
Adicionalmente, las vitaminas liposolubles solo pueden ser digeridas, absorbidas y transportadas por las grasas del cuerpo. Por lo que son vitales para el metabolismo digestivo y como precursores de hormonas, entre ellas las sexuales y de moléculas que participan en la señalización celular.
Por su parte, los lípidos como el colesterol y los fosfolípidos, en su rol estructural, son capaces de mantener la estabilidad de la membrana plasmática. Mientras que las proteínas contribuyen con el funcionamiento del sistema endocrino, puesto que algunas cumplen funciones hormonales. Adicionalmente, forman parte de la estructura celular, y como enzimas participan en muchas reacciones químicas del organismo.
Asimismo, transportan sustancias vitales como el oxígeno y el hierro, entre otras. Actúan como defensa (inmunoglobulinas y citocinas) ante las infecciones.
Sin embargo, se debe destacar su importancia en el crecimiento, pues una deficiencia de este macronutriente en la dieta conduciría, no solo a retraso del crecimiento, sino también a diversas patologías e incluso a la muerte.
En cuanto a los micronutrientes, como las vitaminas y minerales, se caracterizan principalmente por sus roles de cofactores enzimáticos en el metabolismo de los macronutrientes. Y poseen un gran potencial como antioxidantes, previniendo el daño de las células.
Aunque no menos importante es su destacada participación como inmunomoduladores e inmunoreguladores de las respuestas inmunitarias, tanto innata como adaptativa. También en el metabolismo óseo y la regulación de la expresión de genes.
Nutrientes no esenciales
Son aquellos nutrientes que pueden ser sintetizados por el organismo, a partir de otros que se encuentran en la célula. Esto los diferencia de los esenciales que no se sintetizan endógenamente y deben ser ingeridos en los alimentos. Es decir, estos últimos se obtienen de fuentes exógenas.
Por ejemplo, la glucosa es un carbohidrato que puede ser sintetizado en el hígado a partir del aminoácido alanina. Sin embargo, a pesar de que no es esencial, las células requieren de la glucosa por ser su principal fuente de energía.
Asimismo, la mayor parte de los ácidos grasos no son esenciales, exceptuando el omega 3 y el omega 6 que son esenciales. Sin embargo, el colesterol y los fosfolípidos, que no son esenciales, cumplen funciones fundamentales en la estabilidad de las membranas plasmáticas.
En cuanto a las proteínas, estas se conforman de aminoácidos y algunos de estos no son esenciales como es el caso de la glicina, alanina, serina, ácido aspártico, ácido glutámico, arginina y la prolina.
Por otra parte, la mayoría de las vitaminas son esenciales, sin embargo, la vitamina D, puede considerarse no esencial debido a que es sintetizada en la piel por la acción de la luz solar.
Nutrientes energéticos
Incluye a aquellos nutrientes que se oxidan en las células, con el objeto de aumentar la energía que la célula va a utilizar, es decir, que son los que proporcionan la energía que necesita el organismo.
Los macronutrientes, como los carbohidratos y las grasas, son los que principalmente aportan más energía. Sin embargo, en casos excepcionales, como dietas hiperproteicas y en enfermedades las proteínas, se rompen para producir energía.
Los carbohidratos representan por ejemplo, el mayor aporte del total de la energía de la dieta 45-60%, mientras que las grasas solo un 20-25% y las proteínas entre 10 y 15%.
Referencias
- Gropper SS, Smith JL, Groff JL. (2009). Advanced nutrition and human metabolism. Fifth edition. Wadsworth Cengage Learning.
- Gil, A. (2010). Tratado de nutrición. Bases Fisiológicas y Bioquímicas de la Nutrición. 2da edición.
- Ascencio, PS. (2018). Fisiología de la nutrición. 2da edición. Manual Moderno, S. A. de C. V. Ciudad de México, México.
- Otero, LB. (2012). Nutrición. 1era edición. Red Tercer Milenio S.C. Estado de México.
- Siän Astley, Paul Finglas, Nutrition and Health. 2016. Disponible en: dx.doi.org/.
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