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La rana común (Iberian Green Frog), Pelophylax perezi, es un miembro de la familia taxonómica Ranidae con amplia distribución en toda la península ibérica, así como en parte del territorio francés. Esta especie puede ser tolerante a la presencia de humanos, por lo que es habitual hallarla en espacios urbanos.
Su estado de conservación es estable, con preocupación menor, aun cuando es el alimento predilecto de una gran gama de depredadores dentro de su área de distribución.
Su carne es valorada en consumo gastronómico (ancas de ranas), formando parte de otros anuros que también son seleccionados para tal fin.
Identificación de la rana común
Es un anfibio de mediano tamaño, con tallas entre los 80 y 110 mm de largo, de cuerpo robusto y cabeza angosta, ligeramente alargada. Tiene ojos prominentes que sobresalen notablemente sobre su cabeza, un poco más próximos entre sí que la mayoría de las ranas y con pupilas dispuestas de forma horizontal.
Su coloración es mayormente verde, con ligeras variaciones en la tonalidad. Posee manchas oscuras en todo su cuerpo, especialmente en el dorso y extremidades, mientras que la región ventral es muy clara, en una tonalidad de blanco.
Lateralmente posee un pliegue glandular, de color marrón claro o cobrizo, ligeramente desarrollado y que se extiende desde la cabeza hasta la parte superior de las extremidades traseras. El tímpano de estos ejemplares es de un tamaño ligeramente por encima de los dos tercios del tamaño del ojo.
La rana común presenta extremidades marcadamente largas. Las delanteras poseen 4 dedos, terminando en punta, siendo el tercer dedo el más largo. Las extremidades traseras tienen 5 dedos, entre ellos hay unas membranas interdigitales que facilitan la propulsión durante su desplazamiento en los cuerpos de agua. Al igual que en las patas delanteras, los dedos termina en punta.
Existe dimorfismo sexual en las ranas comunes, siendo la hembra un poco más grande que el macho.
Distribución de la rana común
La rana común tiene una amplia distribución en todo el territorio español y el territorio portugués, y una limitada presencia en Francia, quedando restringida a su extremo Sureste. También puede hallarse como especie introducida en las islas Canarias y las islas Baleares.
Este espécimen está asociado a cuerpos de agua, preferiblemente en sistemas lóticos y lénticos con escasa vegetación. Pueden establecer territorios desde el nivel del mar hasta poco menos de 2500 msnm, pero es poco frecuente a estas alturas tan extremas.
Evita los arroyos de montaña, y su actividad está condicionada a las temperaturas, siendo más activos durante todo el año los individuos que viven en zonas más bajas, mientras que los que viven a mayores alturas pueden sufrir variaciones metabólicas y reposos invernales debido a las bajas temperaturas.
De qué se alimenta
Se describen como anfibios omnívoros (conoce mejor a los animales omnívoros) con una marcada tendencia a hábitos insectívoros. Sus presas pueden ser tanto de hábitos acuáticos como terrestres, aunque estos últimos son lo más frecuentes en su dieta de elección.
Reproducción de Pelophylax perezi
La actividad reproductiva de la Pelophylax perezi se da entre los meses de marzo y julio, con un intenso despliegue de vocalizaciones por parte de los machos para llamar a las hembras reproductoras.
Una hembra adulta puede colocar, según reportes, hasta 2500 huevos en las charcas escogidas por los machos. Por lo general, los charcos suelen ser permanentes, con moderada vegetación ribereña y emergente. El desarrollo larvario puede tardar unos 8 semanas. La madurez sexual puede variar según el sexo del individuo, concretamente un año para que las hembras la alcancen, mientras que a los machos este desarrollo les toma sobre los dos años de edad.
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