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Enfermedad del beso (Mononucleosis infecciosa)

Virus Epstein Barr, causante de la enfermedad del beso

La enfermedad del beso es el nombre común por el que se conoce a la “mononucleosis”, una enfermedad infecciosa causada por el virus Epstein Barr, y que es transmitida por la saliva a través de un beso, algo que es tan común en nuestra sociedad.

Antes de proceder a describir bien esta enfermedad, es necesario tener en claro que es un virus. Un virus es un agente infeccioso considerablemente pequeño que causa muchas enfermedades en los humanos. Estos solo pueden reproducirse en tejidos vivos, por lo que necesitan infectar a la célula y utilizar su maquinaria genética para la replicación, transcripción y traducción de nuevas copias del virus.

Los virus se componen de un núcleo de ácido nucleico que puede ser DNA o RNA, están rodeados por una cubierta proteínica. Algunos virus poseen una envoltura formada por lípidos y glucoproteínas. La forma extracelular del virus se denomina virión, el cual penetra la célula hospedadora y libera el ácido nucleico viral dentro de la misma.

El virus Epstein Barr es el causante de la mononucleosis infecciosa, o conocida también como la enfermedad del beso. Es miembro de la familia Herpesviridae, la cual alberga a otros como el del herpes común y la varicela. El virus del Epstein Barr se caracteriza por provocar fiebre, faringitis, adenopatías y linfocitosis atípicas (aumento desmedido de linfocitos). El virus responsable de la enfermedad del beso también se ha asociado con varios tumores en los seres humanos como el carcinoma nasofaríngeo, el linfoma de Burkitt, la enfermedad de Hodgkin y el linfoma de células “B” en pacientes que están inmunodeprimido. También se encuentra asociado con leucoplasia vellosa, lesión blanquecina en la lengua no maligna, en pacientes con SIDA.

En 1964 los científicos Anthony Epstein y Yvonne Barr lograron aislarlo, en muestras recolectadas por el doctor Dennis Burkitt en 1956, y procedentes de África. Se considera al primer virus vinculado con la formación de tumores en los seres humanos.

Epidemiología de la enfermedad del beso en el mundo

La enfermedad del beso causada por el virus del Epstein barr es una de las infecciones más comunes a nivel mundial. Se han encontrado casos de esta patología en todas partes del mundo, por lo que se ha considerado como una enfermedad cosmopolita.

Suele frecuentar mayormente a niños en edades comprendidas de 5 y 12 años, en su mayoría son de países de escasos recursos o donde el nivel de higiene es deficiente. Al final de la adolescencia existe un gran número de jóvenes infectados por este virus en todo el mundo. En edad adulta, en Estado Unidos y Europa, un número amplio de personas han afirmado haber padecido esta patología en su juventud y tener anticuerpos frente a la misma.

Cómo se transmite la enfermedad del beso

La enfermedad del beso se transmite por el intercambio de saliva mediante un beso, una persona también puede contagiarse al beber del mismo vaso o botella de la persona que está infectada. La enfermedad tiene un periodo de incubación de cuatro a siete semanas, y afecta principalmente a niños y a adolescentes.

Otras formas de contagio del virus de la mononucleosis son por infusiones de sangre y por diversos trasplantes de órgano. El aumento en la proliferación de esta enfermedad se ha asociado a pacientes inmunodeficientes y aquellos con mononucleosis avanzada.

Cómo infecta al ser humano

Se transmite por la saliva, comienza su escalada infecciosa por la orofaringe (cavidad de la boca y la faringe), luego procede a llegar al sistema sanguíneo donde infecta a las células linfoides (linfocitos), principalmente a los linfocitos B (un tipo de glóbulos blancos).

El virus de la enfermedad del beso se adapta a los linfocitos B, manipulando su desarrollo para establecer una infección que dura toda la vida. Los linfocitos T citotóxicos (células defensoras del sistema inmunitario) detectan y reaccionan contra los linfocitos B infectados, controlando el crecimiento excesivo de los mismos. Sin embargo, el virus del Epstein Barr permanece latente en algunos linfocitos B, y poco a poco promueve la proliferación de estas células hasta generar el desarrollo de un linfoma, por ejemplo el linfoma de Burkiit, un tumor formado por linfocitos B. El virus de la enfermedad del beso puede contrarrestar la acción inmunitaria de los linfocitos T.

La mononucleosis infecciosa se forma como el resultado de una lucha entre los linfocitos B infectados con el virus latente y los linfocitos T. Los linfocitos T son rodeados por los linfocitos B infectados, los péptidos (cadena de pocos aminoácidos) antigénicos virales activan a los linfocitos T, y generan una linfocitosis clásica (aumento del número de linfocitos T), estos tienen un aspecto atípico y pueden generar una hipertrofia (crecimiento celular excesivo) en los órganos linfoides ( ganglios linfáticos , bazo e hígado). Por lo que la mononucleosis infecciosa proviene especialmente por la activación y proliferación de linfocitos T. En la segunda semana de la infección se observa un aumento en el número de linfocitos T en la sangre periférica, pasan de 10% a un 80 % del recuento leucocitario.

La infectividad en saliva está presente durante seis meses tras la mononucleosis, debido a la presencia de una carga viral elevada por el DNA del virus.

Signos y síntomas de la enfermedad del beso

La fiebre es el síntoma más común que suele ocasionar esta afección. Ocurre un aumento de tamaño en los ganglios linfáticos cervicales de forma moderada, que son simétricos, elásticos y se perciben fácilmente al palpar. La enfermedad del beso también va a acompañada de faringitis (infección de la faringe) que puede ser un poco mucopurulenta o ulceromembranosa. Pueden formarse exantemas (erupciones cutáneas) temporales.

Es frecuente que las personas sientan escalofríos, suden demasiado, que tengan fuertes dolores de cabeza, dolor en las articulaciones y agotamiento físico en general. La fatiga extrema y la apatía son síntomas importantes.

El virus del Epstein Barr puede generar otras dos enfermedades, una de ellas es muy severa y fatal llamada síndrome linfoproliferativo ligado al cromosoma X, la cual suele ocurrir en niños con una inmunodeficiencia heredable. La otra es la leucoplasia vellosa, que se caracteriza por una lesión blanca en la lengua de pacientes con el virus del SIDA. Los síntomas menos frecuentes son: ictericia, rigidez de cuello, fotofobia, dificultad respiratoria y taquicardia.

Aunque la mayoría de las veces la enfermedad del beso o mononucleosis infecciosa se cura de manera espontánea, existen algunas complicaciones que pudieran presentarse tales como: ruptura esplénica, anemia hemolítica, hepatitis viral, meningoencefalitis, ataxia, neumonía, miocarditis, pleuritis, síndrome de Guillain Barre etc.

Diagnóstico de laboratorio de mononucleosis infecciosa

Al momento de diagnosticar si una persona ha contraído esta patología, es necesario tener en cuenta cuáles son los síntomas que el paciente presenta, y si alguno de estos corresponden a los generados por la afección. El recuento leucocitario también juega un papel importante como método de diagnóstico, la presencia de linfocitos conforman el 65% o el 70% del recuento de leucocitos, y un 35% de linfocitos atípicos.

Es común hallar durante el primer mes de la enfermedad episodios de neutropenia, disminución anormal de glóbulos blancos en la sangre, y trombocitopenia, disminución anormal de plaquetas en la sangre. Las funciones hepáticas también son afectadas por la infección del virus, por lo que genera un aumento de las enzimas hepáticas como las aminotransferasas y la fosfatasa alcalina, las cuales se pueden detectar por pruebas bioquímicas. Además se realizan pruebas de anticuerpos heterofilos, que ayuda en el diagnóstico temprano de la enfermedad, porque son positivos durante la segunda semana.

Como método de diagnóstico, es esencial el estudio de la respuesta inmunitaria al virus. Están los anticuerpos IgM (inmunoglobulinas) contra el antígeno de la cápside vírica (VCA) y los IgG contra la VCA. Al detectar la IgM nos indicaría que la infección está presente en el momento, mientras que la respuesta a la IgG revelaría que hubo la infección y que hay que estar preparado para segundos episodios de mononucleosis, el anticuerpo IgG persiste toda la vida.

Tratamiento de la enfermedad del beso

Es importante que la persona conserve un reposo óptimo y se mantenga hidratada. Los niños y adolescentes deben evitar actividades físicas, por ejemplo hacer deportes como el fútbol o baloncesto durante 4-6 semanas, por el riesgo que hay de rotura esplénica de origen traumático.

La toma de paracetamol o ibuprofeno es de ayuda para calmar la fiebre y el malestar general, también el uso de corticosteroides, aunque solo en casos donde haya crecimiento de las amígdalas y tejido linfoide con compromiso de las vías aéreas.

Medidas preventivas

Por el momento no existe una vacuna comercial aplicable para la prevención de esta afección. No es necesario aislar de forma total a la persona que tiene mononucleosis infecciosa, pero hay que tener mucho cuidado de evitar la proliferación de esta por medio de un beso.

Referencia bibliográfica

– Levinson, W. 2006. Microbiología e inmunología médica. Octava edición. Editorial McGRAW-HILL INTERAMERICANA. 255- 256 pp.

– Vicente, E. 2016. Medicina Interna. Diagnóstico y tratamiento. Segunda edición. Editorial Ciencias Médica La Habana. 477- 479 pp.


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