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El envenenamiento en gatos es causa habitual de consulta en la práctica veterinaria, debido principalmente a la ingesta de productos presentes en el hogar. Las características anatómicas y fisiológicas del gato lo convierten en un animal particularmente susceptible de sufrir envenenamiento.
El envenenamiento en gatos es habitualmente considerado una emergencia clínica, en la que cada minuto y accionar se vuelven críticos.
Sustancia tóxica y antídoto
La definición de “tóxico” se encuentra aún sometida a precisiones y cambios frecuentes realizados por los expertos del campo de la toxicología. En general, y tomando como referencia definiciones aportadas por la Organización Panamericana de la Salud, son muchos los factores que deben considerarse para clasificar una sustancia como tóxica.
Aplicando estos conceptos a la medicina veterinaria, para la interpretación de una sustancia tóxica podemos considerar: la cantidad ingerida o absorbida de la sustancia, la especie, edad y estado fisiológico del animal, el tipo de sustancia o agente involucrado (químico, físico o biológico), entre otros.
Podemos comprender, entonces, que muchas de las sustancias consideradas tóxicas lo son únicamente bajo determinados contextos.
Los antídotos son agentes específicos, naturales o sintéticos, utilizados para contrarrestar los efectos nocivos que provocan los tóxicos sobre los organismos vivos. Estos antídotos no siempre existen o están disponibles para cada sustancia, lo que convierte al manejo de muchas intoxicaciones en un verdadero desafío.
La toxicología es un campo en constante crecimiento dentro de la medicina veterinaria. Opera siguiendo protocolos específicos para el manejo de la intoxicación aguda en especies tanto domésticas como silvestres.
Envenenamiento en gatos
El concepto que sostiene que “el gato no es un perro pequeño” no podría tener mejor aplicación que dentro del campo de la toxicología. Existen determinadas características anatómicas y fisiológicas que hacen al gato una especie altamente sensible a sufrir intoxicaciones. Entre las más importantes, se encuentran:
– Un estómago e intestino pequeño con menor capacidad de digestión para determinadas sustancias.
– Barreras corporales menos selectivas, que dejan libres y sin neutralizar gran cantidad de toxinas.
– Una hemoglobina muy sensible a la acción oxidante de compuestos tóxicos.
– Una capacidad enzimática limitada para conjugar y metabolizar distintos fármacos o agentes específicos.
Existen muchas sustancias que pueden generar importantes cuadros de envenenamiento en gatos. Estas sustancias son habitualmente productos de uso o existencia en el hogar, y representan los principales motivos de consulta por intoxicación.
Causas y signos más frecuentes de envenenamiento en gatos
Entre las sustancias o eventos que más habitualmente son motivo de envenenamiento en gatos, se encuentran: pesticidas utilizados para el tratamiento de parásitos externos o internos -muchas veces por dosis inadecuadas o por utilización de productos desarrollados para perros-, venenos para babosas y caracoles (accede a la ficha de este molusco), anticoagulantes rodenticidas utilizados para el control de plagas, intoxicación farmacológica por uso inapropiado de productos como paracetamol o aspirina, ingestión de plantas con diversas propiedades o mecanismos de toxicidad, etc.
El envenenamiento en gatos puede manifestarse con diversos signos como hipersalivación, hemorragias, vómitos, diarrea, dificultad respiratoria, incoordinación, sensorio deprimido, convulsiones, excitación, etc.
Ante la sospecha de la ingesta o absorción de algún posible tóxico resultará conveniente actuar siempre en forma precautoria, independientemente del comienzo o no de la signología descripta.
Manejo general de la intoxicación aguda
La intoxicación o envenenamiento en gatos y otras especies se realiza dentro de la clínica veterinaria siguiendo criterios y pasos específicos estandarizados. Esta secuencia de eventos, sin embargo, debe ajustarse permanentemente teniendo en cuenta el estado del animal al momento de la consulta.
Manejo del animal compensado
Muchas veces, la consulta comienza con un interrogatorio telefónico ante la sospecha de ingesta del tóxico o la manifestación de signos en el animal advertidos por el propietario. Es en ese momento donde se intentará recoger datos como tiempo transcurrido desde la ingesta (o absorción) del producto o su sospecha, tipo de sustancia y cantidad ingerida, signos observados en el animal, etc.
Dependiendo de la situación -y suponiendo un animal compensado- se podrá comenzar mediante asistencia telefónica con las primeras maniobras de auxilio. Estas maniobras buscan evitar que el tóxico se siga absorbiendo, e incluyen la inducción del vómito en casos de ingestión o el lavado con agua en casos de absorción por piel o mucosa ocular.
Las instrucciones telefónicas representan así las primeras medidas de contención antes de acercar al animal -y el tóxico involucrado cuando fuera posible- a la clínica, para luego continuar con el tratamiento de la intoxicación.
Envenenamiento en gatos descompensados
En el envenenamiento en gatos y otras especies, estas primeras medidas muchas veces no son posibles, y el animal aparece en la consulta en estado de descompensación. En estos casos, los primeros minutos deben ser utilizados para tratar la descompensación, para luego continuar con el interrogatorio y los ajustes necesarios del caso.
Una vez estabilizado el animal, los pasos siguientes incluyen: una decontaminación -para evitar que el tóxico se siga absorbiendo- mediante la inducción del vómito, enemas, lavado gástrico o baños, según el caso; la depuración -para facilitar el metabolismo y eliminación de la sustancia- mediante fluidoterapia o agentes diuréticos, finalmente el cuidado de apoyo y sintomático del animal una vez compensado.
Consideración final
Es importante destacar que en el envenenamiento en gatos y demás especies domésticas o silvestres cada caso es único, y debe abordarse desde el animal más allá de la sustancia involucrada.
Las maniobras realizadas durante los primeros minutos son críticas para la resolución y abordaje exitoso del caso, y deben realizarse siempre bajo supervisión del profesional veterinario.
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