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El conocimiento de las enfermedades transmitidas por gatos y otros animales es incumbencia directa de la medicina veterinaria. Sin embargo, el manejo preventivo de las mismas y el estudio de su impacto a nivel poblacional requiere de un trabajo conjunto con los profesionales de la salud humana.
Haremos un repaso de las principales enfermedades transmitidas por gatos consideradas de importancia para la salud pública.
Concepto de zoonosis
Definimos como zoonosis (aquí más sobre zoonosis) a aquellas enfermedades de origen tanto parasitario como infeccioso que los animales pueden transmitir al ser humano. En el sentido inverso, cuando la enfermedad se transmite del hombre a los animales se denomina más específicamente antropozoonosis. Sin embargo, el término zoonosis es utilizado indistintamente para ambas situaciones dentro del campo de la epidemiología.
La epidemiología es la rama de la ciencia que estudia el comportamiento de una enfermedad a nivel de la población. Esta definición involucra no solamente su conocimiento o impacto a nivel del individuo, sino también las diferentes vías y mecanismos de transmisión, su facilidad o velocidad para diseminarse y los diferentes medios que los agentes patógenos utilizan para permanecer en la naturaleza.
Muchas especies animales son capaces de transmitir enfermedades al ser humano. En este artículo nos ocuparemos de aquellas enfermedades transmitidas por gatos que se consultan habitualmente en la práctica clínica.
Enfermedad por arañazo de gato (EAG)
Aunque popularmente conocida, dentro de las enfermedades transmitidas por gatos la EAG es considerada una de las más inusuales. Su comportamiento no está del todo comprendido.
La enfermedad fue descrita por primera vez en Francia en 1950 por el médico pediatra Robert Debré, quien logró identificar al gato como su principal reservorio. El agente causal es una bacteria de nombre Bartonella henselae, la cual se transmite en forma percutánea por medio de la mordedura o rasguño de gatos infectados.
En los gatos, la bacteria se transmite únicamente a través de la picadura de la pulga Ctenocephalides felis. Los animales pueden contraer la bacteria a través de la picadura de pulgas infectadas o mediante la ingestión de las heces de dichas pulgas durante el autoacicalamiento.
La enfermedad en el gato es habitualmente asintomática. Esos animales se consideran portadores y pueden llevar la bacteria en su sangre (bacteriemia) durante meses sin enfermar.
Cuando se desarrolla la forma clínica, los gatos pueden presentar fiebre, anemia, y una importante reacción inflamatoria en el sitio de la picadura.
Los gatos portadores o enfermos pueden llevar la bacteria a su boca cuando mordisquean las picaduras infectadas, y posteriormente a sus garras al lamerse las patas. De esta manera son capaces de transmitir la enfermedad al ser humano a través del arañazo o mordedura.
En el hombre la enfermedad es generalmente benigna y desaparece espontáneamente entre seis y doce semanas post inoculación. Comienza con la formación de una pápula o pústula en el sitio del arañazo o mordida, pudiendo aparecer luego fiebre, cefaleas y linfadenopatía en la periferia de la lesión.
Rabia felina
La rabia es una enfermedad viral de gran importancia epidemiológica. El agente involucrado pertenece al género Lyssavirus. Muchas especies de mamíferos se consideran susceptibles a la infección por el virus de la rabia, pero son los carnívoros (conoce en profundidad el orden Carnivora) y específicamente los caninos sus principales reservorios.
Los gatos domésticos pueden tener libre acceso al exterior o a sitios específicos de las viviendas en los que normalmente habitan murciélagos, el principal reservorio del nicho aéreo de la enfermedad. Por su instinto cazador, los felinos persiguen y capturan a los murciélagos. Cuando los murciélagos se encuentran afectados por el virus rábico vuelan atípicamente cerca del suelo o salen durante el día. Los gatos adquieren entonces la enfermedad cuando son mordidos por los murciélagos afectados durante los intentos de captura.
Es importante aclarar en este punto que los murciélagos normalmente no atacan, solo reaccionan y se defienden ante la amenaza o depredación.
El comportamiento de la enfermedad en los gatos es variable, ya que depende de la carga viral inoculada por medio de la mordida, el grado de patogenicidad (virulencia) de la cepa y el estado inmunitario o general del animal. Presenta un período de incubación altamente variable que va desde unos diez días hasta nueve meses.
El virus replica inicialmente en sistema nervioso central y viaja desde allí a diferentes órganos incluyendo las glándulas salivales a través de las cuales es posteriormente eliminado.
La enfermedad puede transmitirse a los humanos por medio de la mordedura del animal afectado, a partir de los ocho a diez días previos al comienzo de los signos. Los signos incluyen una fase nerviosa con irritabilidad, incoordinación, parálisis de miembros posteriores e hipersalivación, entre otros.
El principal manejo epidemiológico de la enfermedad es a través de la vacunación de los animales susceptibles.
Toxoplasmosis
Es una enfermedad de tipo parasitaria ampliamente difundida causada por el protozoario Toxoplasma gondii.
La toxoplasmosis puede desarrollarse en prácticamente todos los mamíferos, así como en aves. El gato se considera el huésped definitivo en el cual la enfermedad lleva generalmente un curso asintomático. En su forma clínica, los signos son inespecíficos e incluyen letargia, anorexia, fiebre, o cuadros digestivos con vómitos y diarrea.
El gato adquiere comúnmente el parásito a través de la ingestión de aves o roedores que llevan las formas quísticas del protozoo en sus tejidos.
En el hombre, la principal vía de transmisión es la ingestión de carne mal cocida proveniente de animales domésticos que albergan los quistes tisulares infestantes. De igual manera, la enfermedad puede adquirirse por la ingestión de agua o alimentos contaminados con heces de gatos portadores o enfermos.
Es importante tener presente que la sola presencia del gato en la casa no representa un riesgo para la transmisión de la enfermedad. Para esta y tantas enfermedades deben tomarse medidas precautorias durante la manipulación de los alimentos, así como una correcta higiene de manos luego del contacto con los animales o los territorios que estos frecuentan.
Otras enfermedades transmitidas por gatos
Otras enfermedades transmitidas por gatos, de menor impacto epidemiológico pero igualmente frecuentes en la clínica veterinaria, son: la dermatofitosis o tiña, las parasitosis externas como pulgas, y las internas como gusanos chatos y redondos.
El conocimiento, comunicación y educación de los individuos sobre las enfermedades transmitidas por gatos y otros animales domésticos, son las herramientas de manejo epidemiológico más valiosas. Los veterinarios y profesionales de la salud humana son los principales responsables para su ejecución, trabajando conjuntamente bajo el concepto de una única salud.
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