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En el ámbito de la agricultura, no todos los artrópodos son malos, si bien es cierto que muchos causan daños graves a los cultivos, otros son necesarios para la fertilización de las plantas o incluso para controlar los crecimientos poblaciones en el caso de plagas. En este sentido, existen numerosos insectos y ácaros antiplagas que se aplican a nivel mundial en los espacios agrícolas.
Estas líneas se centran en los artrópodos benéficos, en concreto de los insectos y ácaros antiplagas, es decir, aquellos que son empleados para el control biológico de plagas en agricultura, destacando las ventajas de su uso, así como los tipos y ejemplos en cada caso.
¿Qué es el control biológico?
Antes de comenzar a nombrar los insectos y ácaros antiplagas, es importante aclarar de forma breve lo que significa el control biológico. Como su nombre lo indica, consiste en un método de vigilancia de aquellos seres vivos perjudiciales para la agricultura, el cual se caracteriza por el empleo de medios naturales, específicamente, de otros organismos.
Como es de suponer, el control biológico no utiliza compuestos químicos, solo abarca elementos naturales como plantas o animales, los cuales cumplan funciones como depredadores, parasitoides, repelentes, patógenos, herbívoros, entre otros, para así mantener a raya el crecimiento y desarrollo tanto de plagas como de malezas en los cultivos, de esa manera evitar grandes pérdidas económicas.
Ventajas
Existen diferentes ventajas en el uso de insectos y ácaros antiplagas, así como de cualquier otro organismo empleado en el control biológico, las principales son las siguientes:
- Alta efectividad.
- No se producen daños a las plantas cultivadas.
- Implican bajos costos en el mantenimiento y aplicación.
- Resultan beneficioso no solo para el cultivo en sí, sino también para el medio ambiente en general.
- Los organismos empleados también pueden traer otros beneficios como la colaboración con la polinización.
Insectos y ácaros antiplagas
Los insectos y los ácaros corresponden un vasto grupo de organismos, y aunque algunos generen problemas a los seres humanos, la mayoría no causa daño alguno y hasta producen beneficios.
En este último caso, tenemos a los enemigos naturales de las plagas, los insectos y ácaros antiplagas, los cuales poseen hábitos de vida bien sea como parasitoides o depredadores y son unos de los más empleados en el control biológico.
¿Qué son los depredadores biológicos?
Los depredadores biológicos corresponden a aquellos organismos que se alimentan a expensas de otro, en este caso nos interesan los que tienen su dieta en base a plagas que atacan a los cultivos.
En la actualidad existen diferentes especies de insectos y ácaros antiplagas, que son depredadores y que se han aplicado con éxito en el ámbito agrícola, algunos hasta se ofrecen como productos comerciales.
Entre los caracteres destacados que los describen, tenemos que por lo general su tamaño es mayor, en comparación con el de las presas que consumen, además que no necesitan que ocurra una penetración interna para la alimentación, es decir, que no son parásitos.
¿Qué son los parasitoides?
Por el nombre de parasitoides se conocen a unos insectos con un estilo particular de vida, ya que depositan sus huevos en el cuerpo de otro organismo invertebrado, bien sea dentro o encima, para que cuando salgan las larvas se alimenten del ser parasitado, que también se llama hospedero. Se caracterizan porque generalmente son mongógamos o altamente específicos en sus huéspedes.
¿Cuáles son los insectos antiplagas depredadores? Ejemplos
Existen numerosos insectos depredadores de plagas, entre ellos tenemos coleópteros, tijeretas, dípteros, heterópteros, himenópteros, neurópteros, tisanópteros, entre otros.
Coleópteros: uno de los grupos de insectos antiplagas más estudiados, entre ellos tenemos por ejemplo a los coccinélidos (Familia Coccinellidae), uno de los más empleados para el control biológico, en especial contra los homópteros fitófagos.
Entre las especies antiplagas están las mariquitas de los géneros Scymnus, que son pequeñas, con pelos, de colores oscuros y las del grupo Adalia, Coccinella y Propylea, más grandes, sin pelos y de tonos vistosos, todas depredadores de pulgones.
Otro coleóptero depredador corresponde a Clitostethus arcuatus, de color marrón con motas amarillas que se alimenta de moscas blancas, específicamente de sus ninfas. Además de Stethorus punctillum, un insecto negro y eficaz frente a varias especies de araña roja, entre otras especies importantes.
Tijeretas (Dermaptera): insectos característicos de hábitos alimenticios carroñero u omnívoros, pero que pueden incluir en su dieta plagas como los pulgones. Una especie destacada es Forficula auricularia.
Dípteros: en este taxón tenemos a las moscas y mosquitos, algunos depredadores voraces. En este caso tenemos por ejemplo a algunos sírfidos, que se destacan por su abdomen pronunciado y llamativo, similar al de una avispa o abeja, cuyas larvas se nutren de áfidos o pulgones como Episyrphus balteatus.
Algunos dípteros cecidómidos también pueden resultar depredadores de plagas, Por ejemplo Aphidoletes aphidimyza que se come a los pulgones y Feltiella acarisuga que se alimenta de arañas rojas. Otro díptero que puede ser muy conocido por su papel antiplaga es la mosca tigre o Coenosia attenuata de la familia Muscidae, el cual prefiere alimentarse de adultos de moscas blancas, entre otras especies de insectos.
Hemípteros: en este grupo de insectos también hay depredadores de plagas destacados, así tenemos a los de las familias Anthocoridae y Miridae, que por lo general poseen predilección variada en su alimentación, trips, ácaros, pulgones, moscas blancas, etc. Entre los primeros tenemos por ejemplo a Orius laevigatus, una especie que ha demostrado efectividad frente a los trips como Frankliniella occidentalis.
Entre los míridos se puede mencionar a Campylomma verbasci, el cual ha agarrado importancia como insecto antiplaga en cultivos de manzano.
Himenópteros: aunque existen pocos depredadores, ya que la mayoría son parasitoides, existen algunas familias y ejemplares resaltantes como la hormiga Formica rufa (Fomicidae) contra plagas forestales. Otras familias depredadoras son algunas avispas Vespidae y Schecidae.
Neurópteros: ejemplos de depredadores en este orden son los crisópidos, insectos verdes o amarillos que destacan por sus largas antenas, por ejemplo Chrysoperla carnea que posee una dieta variable que incluye pulgones, minadores de hojas, cochinillas, moscas blancas y también algunos ácaros.
Tisanópteros: llamados popularmente trips, es un grupo con representantes mayormente fitófagos, pero con algunos depredadores, es el caso de Aelothrips intermedius que se alimenta de otro tipo de trips o Scolothrips longicomis que lo hace de ácaros.
Ejemplos de insectos parasitoides
Como hemos mencionado otro grupo de alta relevancia como insectos antiplagas, con gran potencial para el control biológico en agricultura son los parasitoides. Los grupos principales son los himenópteros, dípteros, coleópteros, lepidópteros, entre otros, algunos ejemplos son los siguientes:
Especies del género Aphytis: himenópteros que parasitan a la cochinilla roja californiana, Aonidiella aurantii, una voraz plaga de los cítricos.
Apoagyrus lopezi: una avispa que soluciona problemas de plagas en la yuca o mandioca por parasitar a la cochinilla Phenacoccus manihoti.
Ácaros depredadores
Entre los ácaros depredadores, los de mayor relevancia son los fitoseidos (Familia Phytoseiidae), algunos presentan una dieta muy variada, mientras que otros suelen ser más específicos. Pueden alimentarse de presas como trips, moscas blancas, tanto en su fase de huevos como de larvas.
Como ejemplos de ellos tenemos a Euseius stripulatus, un ácaro destacado en cítricos, ya que controla las poblaciones de otro tipo de ácaro, el Panonychis citri, de color pardo, aunque también pueden incluir en su dieta a especies de moscas blancas.
Referencias
- Devotto, L. (2010).
- Ríos-Casanova, L. (2011).
- Rodríguez, H.; Montoya, A.; Pérez-Madruga, Y.; Ramos, M. (2013).
- Smith, H.; & Capinera, J. (2013).
- Urbaneja, A.; Ripollés, J.; Abad, R.; Calvo, J.; Vanaclocha, P.; Tortosa, D.; Jacas, J.; Castañera, P. (2005).
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