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La fisioterapia canina representa una valiosa herramienta para el tratamiento de afecciones traumatológicas del perro y el manejo integral del dolor. Es un recurso terapéutico utilizado desde hace tiempo en la medicina veterinaria de animales pequeños, y permanece aún en constante crecimiento debido a su amplio campo de aplicación.
Conoceremos las técnicas empleadas dentro de la fisioterapia canina y sus principales usos.
Conceptos generales sobre fisioterapia canina
El término fisioterapia deriva de la construcción griega phy-sis therapeía eia; se interpreta como un método curativo que utiliza agentes físicos naturales para el abordaje de afecciones inflamatorias y dolorosas de origen diverso. Incluye métodos sencillos que trabajan por medio del frío o el calor, así como técnicas más complejas que utilizan la radiación o distintos clases de corriente eléctrica para el mismo fin.
La fisioterapia canina se utiliza para el manejo de afecciones tanto agudas como crónicas. Su principal mecanismo de acción es el aumento de la circulación sanguínea en el sitio afectado; esto permite un incremento en la oxigenación, la llegada de las defensas y la activación de los mecanismos de reparación tisular. La actividad metabólica produce a su vez un aumento de la temperatura y modificaciones químicas que llevan finalmente a un alivio significativo del dolor.
Métodos empleados en fisioterapia canina
Existe gran cantidad de técnicas que pueden estar más o menos indicadas -e incluso contraindicadas- de acuerdo al animal y su principal dolencia.
Describiremos los principales métodos empleados en la fisioterapia canina, así como las técnicas de movimiento propios de la kinesioterapia con la cual se complementa.
Masoterapia e hidromasaje
El masaje constituye la primera y más sencilla técnica empleada dentro de la fisioterapia canina y para la mayoría de las especies. Actúa mediante la presión, el contacto y las vibraciones que se producen al masajear los tejidos manualmente o de forma indirecta a través de aparatos llamados masajeadores.
La lesión articular muchas veces se encuentra agravada por la consecuente tensión en músculos y ligamentos circundantes; esto produce espasmo, incrementa la sensación dolorosa y dificulta así la reparación del trastorno original. La masoterapia produce en forma directa vasodilatación y drenaje linfático, los que disminuyen el edema y favorecen la relajación muscular.
El hidromasaje es un método complementario mediante el cual se utiliza agua a presión, fría o caliente, como elemento masajeador. El efecto puede conseguirse por medio de mangueras o a través de bañeras especiales de hidromasaje. Es importante considerar el temperamento del animal y su respuesta al agua antes de implementar este método, ya que la reacción de huida por temor o incomodidad altera los resultados.
Movimientos pasivos y activos
La terapéutica de movimiento es propia de la kinesioterapia, la cual siempre se incluye en los programas de rehabilitación dado los beneficios que produce. La mencionamos aquí ya que es un gran complemento de la fisioterapia canina.
Los movimientos pasivos se realizan mediante asistencia manual, siguiendo el ángulo y la capacidad de flexión, extensión o rotación de la articulación involucrada. El trabajo muscular que se realiza mediante estos movimientos permite aumentar la circulación sanguínea y el drenaje linfático, además de evitar adherencias en los tejidos inflamados y prevenir contracturas musculares. Están contraindicados ante la existencia de yesos, férulas o cualquier medio de fijación externa, así como en fracturas, luxaciones o enfermedad ósea.
La movilidad activa incluye aquellos movimientos que el animal ya es capaz de realizar por su cuenta, en ocasiones con ayuda de fajas o correas para permitir que se incorpore o recupere la postura. Se aplica mediante caminatas cortas o ejercicios repetitivos, así como natación en caso de ser compatible con la idiosincrasia del animal.
Los movimientos activos contrarrestan el desarrollo de atrofia que aparece con frecuencia en el músculo ante reposo o desuso prolongados. Deben implementarse siempre de manera gradual y controlada.
Termoterapia
La aplicación de calor mediante temperatura y duración restringida -y profesionalmente supervisada- posee, entre otras cosas, acciones descongestivas, bactericidas y analgésicas. Puede lograrse mediante el uso de mantas térmicas, paños húmedos o radiación infrarroja.
Ultrasonoterapia
La ultrasonoterapia es otro método utilizado en los programas de fisioterapia canina. Actúa por medio de equipos de ultrasonido los cuales emiten ondas acústicas que están muy por encima del espectro audible para el ser humano.
Dentro del músculo, la vibración sonora se convierte en calor y produce un micromasaje con efecto analgésico.
Láser y electroterapia
La terapia con láser se utiliza por su efecto vasodilatador y regenerador tisular, mientras que las corrientes eléctricas se emplean en fisioterapia canina como electrogimnasia y electroanalgesia. El estímulo eléctrico aplicado de manera dosificada activa el metabolismo muscular, previene su atrofia y alivia el dolor de forma transitoria.
Consideraciones finales sobre fisioterapia canina
Como hemos anticipado, no existen grandes contraindicaciones para la rehabilitación mediante fisioterapia canina. Sin embargo, cada caso es único y los animales deben evaluarse meticulosamente antes de optar por el o los métodos que se implementarán en su programa terapéutico.
Los animales con trastornos neurológicos, pacientes ortopédicos, así como los perros deportistas pueden beneficiarse ampliamente con este tipo de terapia. La fisioterapia canina acelerará en muchos casos el proceso de curación además de mejorar el pronóstico y la calidad de vida del animal en tratamiento.
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