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En el reino animal, los mecanismos innatos y aprendidos son la base del comportamiento. En ese marco, hablar de emociones o sentimientos ha sido siempre un tema controversial. Independientemente de eso, sabemos que las emociones no están relacionadas con el corazón. Sin embargo, existen muchos desequilibrios y enfermedades que pueden alterar la funcionalidad cardíaca. Seguidamente describiremos las patologías cardíacas en los perros, su mecanismo y la importancia de un diagnóstico temprano.
Las patologías cardíacas en los perros pueden afectar cualquier raza, sexo y edad. En muchos casos, estas alteraciones se evidencian en una fase tardía, cuando los mecanismos compensatorios comienzan a fallar.
Para comprender los cambios y sus consecuencias, es importante conocer primero la estructura y funcionamiento básico del corazón.
Estructura y función cardíaca
A grandes rasgos, podemos decir que el corazón del perro está compuesto por músculo, membranas, vasos sanguíneos y tejido nervioso. A su vez, tabiques y válvulas dividen su interior en cuatro cámaras: dos atrios (o aurículas) y dos ventrículos.
Esta estructura organizada se ocupa de ‘bombear’, con la fuerza y el ritmo adecuados, la sangre que recibe por retorno venoso, garantizando una irrigación permanente a diferentes órganos y tejidos corporales. Pero este músculo involuntario no trabaja solo. Cambios en la presión arterial y el volumen de sangre que circula por minuto activan una serie de mecanismos compensatorios a nivel neurológico y hormonal.
Las patologías cardíacas en los perros pueden clasificarse según la edad de presentación y la parte afectada, veámoslo más detenidamente.
Cardiopatías congénitas (CC)
Como su nombre lo dice, este tipo de patologías cardíacas en perros puede manifestarse poco tiempo después del nacimiento.
Los animales que llegan a consulta pueden estar asintomáticos o presentar: dificultad respiratoria, intolerancia al ejercicio, mal estado general y/o soplo (ruido audible) cardíaco, entre otros.
Un examen clínico completo y estudios complementarios adecuados permitirán detectar la presencia de cardiopatías congénitas en cachorros.
La radiología, electro y ecocardiografía aportan datos valiosos sobre tamaño, dilatación de las cámaras, grosor de las paredes, entre otros.
La detección temprana es fundamental, ya que muchas de ellas tienen resolución quirúrgica y buen pronóstico.
Entre las más frecuentes, se encuentran:
Persistencia del conducto arterioso
Una de las cardiopatías congénitas más frecuentes en el perro, principalmente en razas como ovejero alemán, caniche y collie.
Al comunicar la aorta con la arteria pulmonar, este conducto le permite a la sangre oxigenarse en la placenta durante la vida fetal, ‘saltando’ unos pulmones que aún no son funcionales. Al momento del nacimiento, este conducto se cierra fisiológica y anatómicamente, dando paso a la circulación pulmonar. La persistencia del mismo, termina provocando una sobrecarga de volumen sanguíneo y presión para uno u otro lado. Según el caso y la presencia o no de complicaciones, puede resolverse quirúrgicamente con pronóstico variable.
Estenosis pulmonar
Con una incidencia por debajo del 50 %, esta afección se presenta mayormente en razas de terrier, schnauzer miniatura, beagle, bulldog, etc.
La estenosis pulmonar se produce por un engrosamiento y fusión parcial de las válvulas pulmonares que dificulta el vaciado del ventrículo derecho. Como resultado, hay una sobrecarga de presión e hipertrofia (aumento del grosor) concéntrica de la pared ventricular.
Los signos son variables y pueden aparecer luego del primer año de vida. El tratamiento es farmacológico y puede intentarse cirugía.
Estenosis aórtica
En este caso se afecta la salida de sangre desde el ventrículo izquierdo.
Dentro de las razas predispuestas están el boxer, golden retriever, ovejero alemán, etc.
Puede haber intolerancia al ejercicio o muerte súbita en casos graves.
El tratamiento es principalmente farmacológico y el pronóstico depende de la gravedad y complicaciones.
Comunicación interventricular
El defecto se ubica en el tabique que divide ambos ventrículos produciendo una sobrecarga de volumen. La gravedad del cuadro dependerá del tamaño de la alteración y sus complicaciones.
Su tratamiento es medicamentoso y puede intentarse cirugía.
Afecciones de las válvulas: enfermedad mitral crónica
Representa la condición de mayor frecuencia dentro de las patologías cardíacas en los perros.
Se caracteriza por una degeneración de las válvulas y cuerdas que dividen atrio y ventrículo izquierdos.
Afecta principalmente animales de talla pequeña y mediana, como Dachshund, caniche, pequinés, etc.
Es una enfermedad de curso prolongado, y puede detectarse clínicamente a partir de los seis a nueve años de vida cuando la válvula comienza a ser insuficiente.
Debido al cierre valvular inadecuado, se produce un aumento de volumen y presión del lado izquierdo, pudiendo progresar hacia edema pulmonar.
Los signos varían de acuerdo al momento de la enfermedad y van desde soplo como signo único, hasta tos y dificultad respiratoria.
El tratamiento es farmacológico y apunta a mejorar la calidad y sobrevida del animal.
Enfermedades del músculo cardíaco (cardiomiopatías)
Dentro de las patologías cardíacas en los perros, aquellas que afectan al músculo cardíaco pueden dividirse en primarias y secundarias.
En las primeras, la cardiomiopatía dilatada es la más común en el perro y afecta a animales de razas grandes.
Por afecciones secundarias nos referimos a toda enfermedad sistémica, metabólica, nutricional, infecciosa o tóxica que afecte como consecuencia al músculo cardíaco.
En la forma dilatada, el músculo afectado disminuye progresivamente su fuerza de contracción, lo que causa el agrandamiento de las cuatro cámaras cardíacas. Se produce una disminución del volumen de sangre descargado por minuto, de esta manera se termina activando los mecanismos compensatorios.
Las razas más afectadas son el doberman, san bernardo, gran danés, etc.
Los signos clínicos aparecen generalmente entre los cinco y ocho años.
Debido a que todo el músculo está comprometido, se observan signos de enfermedad derecha e izquierda.
El tratamiento es farmacológico y busca también mayor calidad y sobrevida.
Otras enfermedades cardíacas
Pueden existir otras enfermedades o patologías cardíacas en los perros como las destacadas a continuación.
Enfermedades del saco pericárdico
Su incidencia es muy baja. Diferentes factores pueden causar la acumulación excesiva de líquido entre las membranas que rodean el músculo cardíaco. Esta situación definida como “colecta pericárdica”, provoca un aumento de la presión externa comprometiendo el llenado y la función cardíaca.
La colecta puede deberse a sangrado intrapericárdico o vincularse con neoplasias (tumores). Se realiza evacuación de la colecta con fines terapéuticos y diagnósticos.
Dirofilariosis canina
Por último, dentro de las patologías cardíacas en los perros, existe una afección causada por un parásito denominada dirofilariosis canina (gusano del corazón).
La especie es denominada a nivel científico: Dirofilaria immitis, se trata de un gusano redondo que puede llegar a medir entre 12 y 30 cm de largo en su forma adulta. Realiza parte de su ciclo en distintas especies de mosquitos (vectores), los que transmiten las larvas infectantes cuando pican al perro.
Los parásitos se alojan en corazón derecho y arterias pulmonares, provocando hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca.
La enfermedad se trata con antiparasitarios y antiinflamatorios, pero deben considerarse acciones preventivas para casos de alta exposición a los vectores.
Consideraciones finales
Dada la silenciosa progresión de las patologías cardíacas en los perros, es indispensable remarcar la importancia de la detección temprana.
La sola presencia de soplo, en cachorro o animal adulto, debe obligarnos a realizar una evaluación cardiológica completa y continua.
Se debe evitar reproducir aquellos individuos que desarrollan enfermedad congénita, concretamente por su componente hereditario.
Como ocurre en otros casos, la detección temprana de las patologías cardíacas en los perros responde a un trabajo de equipo. Actuar a tiempo depende tanto del clínico veterinario como del propietario. La consulta inmediata y el examen adecuado, componen la primera barrera entre la presencia de enfermedad cardíaca y las complicaciones por insuficiencia.
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