Órganos de los sentidos de los reptiles según grupos o individuos

Órganos de los sentidos de los reptiles
Órganos de los sentidos de los reptiles

La percepción sensorial es la manera como los organismos interpretan los estímulos provenientes de su ambiente. Estos estimulan el sistema nervioso y generan señales que les permite a los organismos generar respuestas adecuadas a tal estimulo, por ejemplo la capacidad de huir al escuchar o percibir una amenaza. En este artículos estudiaremos los órganos de los sentidos de los reptiles.

Los órganos de los sentidos de los reptiles son casi los mismos de otros vertebrados. El ojo, el oído, el olfato y el tacto, hacen parte de la producción de los estímulos, sin embargo en los diferentes grupos unos órganos están más desarrollados que otros. Adicionalmente encontraremos otras capacidades sensoriales como la termorrecepción y la quimiorecepción, todos relacionados con la activación del sistema nervioso autónomo.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la visión

En la mayoría de los reptiles la visión es un sentido bien desarrollado, ya sea lateral o binocular. Hay reptiles con una visión limitada como las tortugas y otros con una visión muy desarrollada, como el camaleón, el cual presenta uno de los sistemas oculares más desarrollados de la naturaleza.

Los ojos de los reptiles presentan una amplia gama de colores, y según los hábitos presentan variaciones en la forma de la pupila. En el caso de organismos nocturnos como algunas especies de serpientes y lagartos la pupila es elíptica. En organismos de hábitos completamente diurnos las pupilas son generalmente redondas.

En la retina encontramos otra diferenciación con respecto a los hábitos de vida. En reptiles nocturnos se encuentran generalmente gran cantidad de bastones, los cuales son células encargadas de absorber la luz proveniente del medio. En el caso de reptiles de hábitos diurnos, la cantidad de bastones disminuye y se encuentra una mayor cantidad de conos, los cuales son otro tipo de células fotosensibles, encargadas de percibir los colores y absorber mayor cantidad de luz.

En los reptiles se puede encontrar un par de parpados móviles que pueden estar fusionados como en el caso de muchos lagartos, o no, como en los cocodrilos. También pueden presentar los parpados fijos y transparentes. Adicionalmente, como órganos de los sentidos de los reptiles, se puede encontrar una estructura llamada membrana nictitante, que hace la función de un tercer parpado, protegiendo los ojos. A diferencia de los parpados, la membrana nictitante le permite al individuo conservar su rango de visión, principalmente debajo del agua, como es el caso de los cocodrilos.

En el caso de las tortugas la visión presenta variaciones. La mayoría de especies marinas presenta una visión aguda debajo del agua pero muy reducida sobre la superficie. Las tortugas terrestres presenta una visión limita si se compara con otros reptiles, limitándose a objetos en movimiento. En los quelonios la retina no tiene conos, solo bastones, por lo cual no son muy sensibles a la luz y no pueden diferenciar el rango de colores.

En el caso particular de los camaleones, se presentan unos ojos laterales que se mueven independientemente con una amplitud de 180 ° horizontalmente y 90° verticalmente. Durante el proceso de fijación binocular de una presa, se presenta superposición del ángulo visual en ambos ojos.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la audición

En los reptiles los sonidos generalmente son percibidos por la vibración del tímpano gracias al aire, de ahí que en muchos grupos de reptiles la membrana timpánica se visualice sobre la superficie de la cabeza.

En el caso las serpientes, la ausencia de oído externo, tímpano y trompa de Eustaquio hace que estos reptiles sean casi sordos, sin embargo son sensibles a las vibraciones del suelo ya que presentan un oído medie e interno que les permite captar este tipo de estímulos.

En los cocodrilos se presenta una pequeña hendidura sobre los ojos, por donde ingresa el sonido. En los lagartos ocurre algo similar que en los cocodrilos. En ellos se puede evidenciar la membrana timpánica, y las “orejas” presentan un acoplamiento a través de la faringe. Este acoplamiento posiblemente mejora el proceso de señales de baja frecuencia, haciendo que estos organismos perciban fácilmente sonidos muy leves.

Las tortugas semiacuáticas perciben con mayor precisión las vibraciones sonoras, mientras que en las terrestres el sentido de la audición es casi inexistente, y estas se guían principalmente por las vibraciones del suelo.

El olfato

En los órganos de los sentidos de los reptiles, el olfato juega un papel importantísimo, ya que este les favorece a la hora de capturar sus presas.

Las serpientes tienen el órgano de Jacobson (también conocido como órgano vomeronasal), el cual es el encargado de analizar las moléculas dispersas en el ambiente que capta la lengua bífida. En lagartos también se presenta este órgano, permitiéndoles el reconocimiento de presas, enemigos y compañeros sexuales. En las tortugas este órgano confluye con la cavidad nasal y es vestigial en el caso de los cocodrilos.

En las tortugas el órgano vomeronasal está muy desarrollado, funcionando incluso debajo del agua, donde puede percibir un sin fin de moléculas.

Órganos de los sentidos de los reptiles: la termorrecepción

Adicionalmente a la quimiorecepción, las serpientes tienen a parte de los órganos de los sentidos de los reptiles stricto sensu, otro sentido muy importante: la termorrecepción. Esta habilidad sensorial les permite a las serpientes identificar sus presas o un posible predador al detectar su calor corporal.

Los receptores de termorrecepción se ubican en fosetas alrededor de las narinas en vipéridos y en la zona labial en boas.

El gusto

El sentido del gusto también forma parte de los órganos de los sentidos de los reptiles, este es similar al del resto de los vertebrados, actuando a través de la quimiorecepción, de manera similar al olfato, pero esta vez a través de papilas gustativas en la lengua y otras regiones de la boca. Encontramos este sentido muy desarrollado principalmente en cocodrilos.

Bibliografía

– Angel. 1982
– Bierman y Carr. 2015
– Schwenk. 1994

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