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Desde hace millones de años la evolución ha jugado un papel fundamental en la supervivencia de los organismos vivos, dotándolos de ciertas cualidades morfológicas y fisiológicas que les permitan sortear cada obstáculo en su vida, como es el caso del tema que nos ocupa: la piel de los reptiles.
En el caso de los reptiles, la evolución los dotó rápidamente de características que le han permitido colonizar grandes espacios desde la era de los dinosaurios hasta las pequeñas lagartijas, y otras especies que desde tiempos remotos presentan una morfología muy similar en nuestros días. Una de las estructuras u órgano que ha permitido a estos animales llegar tierra adentro, luego de los anfibios, y permanecer en muchos casos como el hábitat preferido, es la piel de los reptiles, la cual en términos generales es el órgano más grande y que proporciona una serie de ventajas a estos animales, frente a diferentes escenarios difíciles como la desecación, altas y bajas temperaturas, protección contra agentes patógenos externos, incluso en algunos casos se han desarrollado estructuras fuertes que le sirven como coraza; así mismo, pueden presentar órganos especializados en la formación de color otorgándole vistosidad a muchas lagartijas y serpientes presentando gran importancia en las especies productoras de veneno.
Conformación de la piel de los reptiles
La piel de los reptiles se asemeja un poco a la de los anfibios, ya que está compuesta por dos capas denominadas dermis y epidermis.
A diferencia de los anfibios, la piel de los reptiles no poseen ningún tipo de glándulas para humedecerla, lo que le confiere una piel más seca y dura que también la hace impermeable al agua.
Dermis
En cuanto a la dermis, es la capa más profunda, compacta y laxa en la que se pueden encontrar células adiposas, esta capa es de origen mesenquimal y también contiene vasos sanguíneos y cromatóforos. Estos cromatóforos son los encargados de brindar la coloración presente en los reptiles, a su vez están regulados por un sistema neuroendocrino que responde a estímulos externos. Dependiendo de la coloración de los pigmentos que se encuentren en las células, se pueden clasificar como Lipóforos (amarillos), Alóforos (rosados o violáceos), Guanocitos (azulados).
Epidermis
En cuanto a la capa más superficial o externa llamada epidermis, está formada por otras tres subcapas a las que se le denomina capa profunda compuesta por células cubicas, una capa intermedia en el cual están presentes elementos aplastados y se empiezan a formar la queratinización o dureza de la piel, y es el límite de la capa en donde ocurre el cambio de piel o mejor conocido como muda, proceso mediante el cual periódicamente deben pasar los reptiles para poder crecer, y la capa más externa denominada estrato córneo en la cual se observa la queratinización. Esta queratinización en la piel de los reptiles se da gracias a un compuesto denominado queratina, que a su vez está conformado por queratina alfa y queratina beta, siendo la primera la forma de queratina más común, mientras que la segunda o queratina beta es la que le proporciona rigidez, resistencia e impermeabilidad al agua.
Así mismo, la epidermis de la mayoría de los reptiles está cubierta por una serie de escamas, las cuales son muy distintas a la que poseen los peces. Dependiendo de su localización o función reciben diversos nombres, en general, para mayor comprensión en la estructura de la piel de los reptiles se han identificado dos tipos de escamas llamadas imbricadas y yuxtapuestas.
Las escamas imbricadas son aquellas que se superponen unas encima de otra, además poseen el mismo patrón en cuanto al tamaño y forma. En los reptiles las escamas imbricadas pueden ser de pequeños tamaños y laminares, además suelen ser más gruesas en el área de inserción y delgadas cuando se alejan de estas; finalmente están rodeadas por lo que denomina epidermis fina, la cual esta hecha de queratina alfa lo que le da flexibilidad a la zona.
Las escamas yuxtapuestas en la piel de los reptiles son aquellas que poseen un tamaño de pequeño a grande y se subdividen en escamas granulosas y las placas. Las escamas granulosas suelen ser redondeadas y presentar abultamientos, generalmente estas escamas están en las zonas que tienen mayor fricción o contacto con su entorno, ya que son más resistentes, mientras que las placas son escamas un poco más grandes y duras, este tipo de escamas no presentan espacios entre sí ya que se encuentran unas al lado de la otra, están fuertemente queratinizadas al estar constituidas por la queratina beta. También existen las escamas aquilladas las cuales le dan un aspecto áspero a los reptiles que las posean y logran hacer sonidos al frotarlas unas con otras.
Estructuras especiales en la piel de los reptiles
Los reptiles poseen en su epidermis estructuras formadas por la capa córnea y que puede o no estar en contacto con el sistema óseo del animal, unos de lo más vistosos es el caparazón de la tortuga, el cual está formado en su parte externa por las placas córneas lo que le da rigidez y lo hace impermeable. En este caso el caparazón le puede servir a la tortuga como mecanismo de defensa al lograr esconder o cubrir cuando así lo requiera las extremidades y cabeza.
Igualmente existen otras estructuras en la piel de los reptiles como las crestas de algunos lagartos, las cuales las pueden usar como protección o bien sea para exhibir cualidades superiores en las épocas de apareamiento.
Referencias
– Canseco, M.; Gutierrez, G. (2009)
– Cardenas, M. (2016)
– Laporta, M. (2012)
– Meneghel, M. (2006)
– Regner, P. (2014)
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