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Cuando hablamos de eutanasia en perros nos referimos al detenimiento intencionado de la vida del animal, de manera premeditada y profesionalmente justificada. Se trata de un procedimiento médico veterinario de último recurso que busca evitar el dolor y sufrimiento del perro, cuando estos interfieren amplia e irreversiblemente en su calidad de vida.
La eutanasia en perros y otros animales (aquí más información) deberá siempre indicarse y ejecutarse teniendo en cuenta las diferentes pautas bioéticas reconocidas internacionalmente.
Introducción sobre eutanasia en perros
La palabra eutanasia proviene del griego antiguo. Se construye con los lexemas eu-thánatos-ia y significa “muerte buena”, que puede entenderse como muerte sin sufrimiento.
La eutanasia en perros y otros animales es un procedimiento que busca detener el sufrimiento o dolor de un animal cuando, independientemente de la causa, estos interfieren en forma irreversible en su calidad de vida. Representa una elección de último recurso dentro de la medicina veterinaria de pequeños animales, y su ejecución es siempre premeditada y justificada profesionalmente.
Mediante la eutanasia se induce intencionalmente la muerte del animal bajo un contexto éticamente cuidado, respetando los lineamientos y recomendaciones internacionales que velan por su bienestar en toda circunstancia.
Pautas de reconocimiento internacional
Antes de detenernos en las indicaciones y pasos para la ejecución de la eutanasia en perros, es importante conocer las distintas recomendaciones que importantes organismos proponen sobre el tema en pos del bienestar animal.
En primer lugar, podemos referimos a bienestar animal tomando como base la definición propuesta por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) en su Código Sanitario para los Animales Terrestres. En este código se reconoce al bienestar como un derecho que poseen los animales, y se refiere a su estado tanto físico como mental dentro de las condiciones en que vive pero también en las que muere.
Por su parte, las recomendaciones para la eutanasia de animales de experimentación de la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio agregan: que el método eutanásico debe ser indoloro, debe generar una rápida inconsciencia y muerte, debe requerir un mínimo de inmovilización y evitar la excitación, miedo y el estrés del animal. A su vez debe ser un método confiable, irreversible, reproducible, sencillo y seguro de ejecutar.
Es interesante reconocer que si bien se trata de recomendaciones y sugerencias, estas representan una obligación para el veterinario actuante a favor de un ejercicio ético de la profesión.
La eutanasia en perros es un procedimiento clínico, no quirúrgico, que se indica en situaciones fundamentadas y se realiza únicamente por personal capacitado respetando protocolos específicos.
Pasos y consideraciones de la eutanasia en perros
La realización de la eutanasia en perros y otros animales dentro de la clínica de pequeños animales tiene en cuenta no solamente la correcta ejecución de la técnica, sino también las repercusiones del evento para el propietario.
Podemos desglosar el procedimiento en cuatro etapas:
La comunicación
El protocolo se inicia notificando la decisión, explicando el fundamento al propietario lo más claramente posible.
En muchas situaciones, la relación entre el propietario y el profesional lleva el tiempo suficiente para establecer un nivel de confianza determinado que permite hablar de estos temas con anticipación. Es la situación ideal, pero no siempre ocurre.
El objetivo de la comunicación es lograr que el propietario comprenda y acepte voluntariamente la sugerencia del profesional, siendo él mismo quien tome conscientemente la decisión final.
El ambiente
El procedimiento se realizará en un ambiente tranquilo y sin posibles interrupciones. La presencia del propietario del animal es posible y deseable cuando resulta beneficiosa en lo que respecta al bienestar y tranquilidad del animal.
Es necesario y obligatorio explicarle al dueño sobre la técnica propiamente dicha, la que garantizará a su vez un procedimiento seguro, confiable y sin sufrimiento.
La técnica
Debe ser de rápida ejecución, evitando el miedo y la ansiedad del animal. Esto exige inicialmente una pronta pérdida de su consciencia o sensibilidad, lo que permite a su vez un procedimiento estéticamente aceptable para el propietario.
Existen diferentes métodos y agentes eutanásicos para la ejecución de la técnica. Todos incluyen la utilización de fármacos tranquilizantes para reducir el miedo y el estrés del animal, así como la necesidad de sujeción del mismo.
El mecanismo de acción de los eutanásicos es variable, pero todos deben cumplir ciertos puntos: ser efectivos, de fácil aplicación y seguros para el profesional actuante. A su vez deben ser inocuos para el medio ambiente y preservar al máximo la integridad de los tejidos ante la necesidad de un diagnóstico histopatológico post mortem.
El asesoramiento posterior
Aunque resulte dificultoso, el veterinario debe acompañar profesionalmente considerando el impacto de la situación. Deberá ofrecer seguridad y contención.
El veterinario debe también participar y asesorar sobre los destinos posibles para el animal eutanasiado, y velar siempre por un manejo digno y respetuoso del cuerpo.
Indicaciones para la eutanasia en perros y consideraciones finales
La implementación de la eutanasia en perros se considera, en líneas generales, cuando existe una enfermedad irreversible, sin alternativa terapéutica vigente, y que implique dolor y sufrimiento afectando la calidad de vida del animal. Esto puede ocurrir en animales de cualquier edad, aunque es muy habitual en individuos adultos viejos.
Cada caso debe estudiarse en su totalidad, considerando la situación del animal y la participación del propietario.
El veterinario deberá mostrarse siempre dispuesto y accesible, acompañando y evacuando cualquier duda antes, durante y después del procedimiento.
Aunque resulte dificultoso, muchas veces es la única figura de contención para la persona que está despidiendo tan valiosa compañía.
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